tag:blogger.com,1999:blog-50377672840874617552024-03-12T20:45:06.922-07:00HISTORIAS EN EL PISO TRECETodo es vulnerable en el piso trece. La realidad se desdibuja y sus bordes se vuelven filosos, cortando el sutil velo que nos separa de las más profundas de nuestras pesadillas. Aquí todo es posible. Bienvenidos al piso trece. No dejen que se cierren las puertas del ascensor. Es la única forma que tienen para escapar...Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.comBlogger14125tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-15380131161386961472012-02-21T20:25:00.002-08:002012-02-22T02:53:59.269-08:00LA CASA DE LA CALLE MAPLE<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Showcard Gothic'; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 28pt;">Presenta</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg<o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Juice ITC'; font-size: 48pt;">LA CASA DE LA CALLE MAPLE</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu4qTyfETaTpwDpg8y7UOoo6wLYjvGlauSqLZi9dFTGWIm9D6qAZrWlkO3WpfacS3umVJn-Tm1-CtULx7jAAVTZXYPTkP-cnXtZJqyBfmv700By_qsWaovv9XgsxWY_BzTLkS0-bR24Qw/s1600/14+La+casa+de+la+Calle+Maple.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu4qTyfETaTpwDpg8y7UOoo6wLYjvGlauSqLZi9dFTGWIm9D6qAZrWlkO3WpfacS3umVJn-Tm1-CtULx7jAAVTZXYPTkP-cnXtZJqyBfmv700By_qsWaovv9XgsxWY_BzTLkS0-bR24Qw/s400/14+La+casa+de+la+Calle+Maple.jpg" width="315" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Bodoni MT Condensed'; font-size: 18pt;">Fue un despegue perfecto</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt;">Escrito por Ana Gambutti<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Juice ITC'; font-size: 28pt;">E</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">l abuelo Máximo se murió de risa. Es que el pobre, había perdido la costumbre —decía la abuela—. Desde el accidente con el submarino se había puesto serio, serio. Sólo sonreía a veces cuando yo bajaba al sótano para acompañarlo mientras él inventaba. No entendía del todo lo que me explicaba, pero estoy segura de que era un buen inventor porque por ejemplo, el asunto </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">de la </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"><a href="http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/medioambiente_espacio/issue_8481.html">calefacción humana</a>,</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> funcionó</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">. Por lo menos, según dicen, mientras mi papá y mis tíos vivían ahí. Parece que cuando se empezaron a ir, la abuela se cagaba de frío, con perdón de la palabra. Pero era mi papá el que le decía eso al abuelo y lo retaba. Le decía que no fuera cabeza dura, que pusiera lo del gas. O un aire frío-calor. Pero, no. No hacía caso.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Había otra manera para hacer funcionar la calefacción, pero no convenía mucho usarla porque aparte de encenderse el reactor, también se encendía la cara del abuelo y se iba a encerrar abajo. Furioso, me parecía a mí. Pero la abu decía que lo que estaba, era “abochornado”. Eso significa que tenía vergüenza, como me pasa a mí cuando tengo que saludar a alguien que no conozco. Y por otras cosas, también. Se ponía así cuando alguien hablaba de lo del accidente en su presencia. Yo sabía, porque había escuchado hablar a los grandes en mi casa y en las de mis tíos. También una vez en lo de Amandita Solesmestre —mi amiga del cole— la mamá me preguntó si mi abuelo era el Máximo Arandiburu que había hundido el submarino. Como me dio rabia, no le contesté, como cuando mamá dice que me hago la sorda. Pero además, cuando aprendí a leer, un día busqué mi nombre completo en Internet y apareció: “Noticias Insólitas. Blooper en la Armada. Submarino hundido por error humano”. Y ahí estaba, el nombre de mi abuelo. Cuando fui un poco más grande y le enseñé a la abuela a usar la compu, le avisé que nunca, nunca, fuera a leer esa noticia. Al abuelo no hacía falta decirle porque odiaba la informática. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">La nota ésa me la guardé en “Favoritos” porque cuando sea grande voy a ser periodista, o detective, o presidenta, todavía no estoy segura. Pero lo que sí, voy a sacarle “el bochorno” a mi abuelo. Y a mí misma, porque aunque me sale bastante bien, cuesta mucho hacerse la sorda cuando mis compañeros me molestan. Cada vez que la leo, estoy más segura, segurísima, de que la culpa la tuvo el avizor. No, el de la Vela Blanca, sino el del submarino. Que es como un vigía —que es el que espía el mar por si vienen piratas o un Tsunami—, pero que en lugar de subirse a la casita de arriba del palo, se queda adentro y espía por un tubito. A ver si no tengo razón. La cosa fue así: tenían que entrar a la Base Naval de Mar del Plata para “amarrar” el barco, o sea, estacionarlo. Pero la rada —otra palabra que me gusta— era muy angosta, había mucha corriente, y aunque era de mañana, había una “densa” niebla, o sea que había mucha. En la zona ya habían ocurrido varios accidentes, así que mi abuelo estaba preocupado por apuntarle bien a la entrada. El marinero que estaba mirando por el “periscopio” —que vendría ser el tubito—, de pronto gritó:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">— ¡Humo por estribor!<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Estribor, quiere decir a la derecha, eso lo sé porque a veces salimos a navegar con mi papá y mi mamá, pero en un barco que anda siempre por arriba del agua, y mucho, pero mucho más chico que el de mi abuelo. Y “Humo” quiere decir “humo”, para todo el mundo. Pero para mi abuelo, que era un navegante más viejo, “Humo por estribor” significaba “Vapor a la derecha”. Así que ordenó seguir el rumbo del humo pensando que el barco de adelante había encontrado el camino correcto. Pero fueron a parar sobre la arena de Playa Grande en la que había ochenta asadores que estaban tratando de ganar el premio del asado más grande del mundo para el libro Guinness de los Records, que es uno que todos los años reparte premios para cualquier cosa que sea más o mejor que las otras parecidas. Aunque no sirvan para nada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> Los asadores se habían juntado ahí para festejar la inauguración de la “Obra Pro Caddies” y juntar fondos para la escuelita que se iba a ocupar de enseñarles educación, catecismo y como estar más sanos a esos chicos que son los que cargan con las bolsas de golf de los señores que no tienen un carrito como el de mi papá. Parece que el único que se “abochornó” fue mi abuelo, porque la gente se puso loca de contenta creyendo que la aparición del submarino era una sorpresa inventada por los organizadores de la fiesta que trabajaban para el Intendente, que es el que manda más en una ciudad. Hasta se querían subir para salir a dar una vuelta y poder ver de una vez por todas, el fondo del mar. Pero por más que todos los ayudantes de los asadores y el público en general ayudaron a empujar, no hubo manera de devolver el Arautilius al mar —Arautilius era el nombre del submarino, por si no lo dije antes—. Trajeron dos tractores, caballos, bueyes, pero nada. La Prefectura —que es la policía del mar— vino con unos remolcadores, pero dijeron que era muy peligroso tratar de tirar hacia la rompiente, así que dejaron el trabajo para alguien más y bajaron a la playa a comer choripán, tira, morcilla y todo lo demás. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Después de eso, a mi abuelo lo echaron del trabajo. Y sin pagarle nada. Así que aparte de la vergüenza, tenía que ponerse a hacer otra cosa porque en esa época las mujeres se quedaban en casa y la abuela no trabajaba más que limpiando la casa —tanto, que brillaba por todos lados—. Y cuidando a los nietos, que somos mis primos y yo. Y aunque Lili había sido profesora de natación, de remo y de cocina en el Club Náutico Fraülein Guazú, cuando se casaron, el abuelo Máximo le prohibió seguir trabajando. Así que, el único que traía plata era él y aunque ella se ofreció a buscar trabajo, el abuelo se negó. Tampoco le quiso pedir ayuda a los hijos, aunque mi papá y los hermanos no le hacían caso y siempre le estaban llenando la heladera a la abuela. Pero mi abuelo sabía muchas cosas y enseguida hizo un poco de orden en el sótano y armó un taller de reparaciones para la gente del barrio y también, la fábrica de invenciones. Al sótano se entraba por una puerta de madera que estaba como oculta en el piso del comedor. A mí me encantaba tirar de la argollita para levantarla y descubrir la escalera de madera que bajaba al laboratorio de mi abuelo. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">— ¡¿Qué laboratorio?! —Decía papá—. Eso no es más que un depósito de chatarra. El viejo, desde que se retiró, se convirtió en cartonero.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Pero el abuelo no juntaba cartón. Salía a la calle con una vara larga —que vendría a ser un palo— que en la punta tenía un imán “muy poderoso”, decía él y cuando volvía a la casa, la vara se había convertido en una rama con una flor preciosa formada por tornillos, tuercas, bulones, monedas, chapitas, medallas, resortes, botones, hebillas, llaves, horquillas, de todo. A veces me llevaba con él y yo me pegaba cada susto cuando de golpe el imán atraía algo grande que venía volando y se pegaba a las otras cosas con un “clang”. Yo entendía lo que pasaba porque el abuelo me había contado lo que hacía el imán. Me habló de los polos magnéticos y me había enseñado a hacer unos dibujos —que me sorprendían por lo lindos que me salían— poniendo sobre un papel un poco de “limadura de hierro” —que es un polvito negro que queda después de limar hierro, que es un metal— y pasándole de cerca un imán de acá para allá.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Una cosa que hacía el abuelo Máximo cuando andaba con el submarino por todo el mundo, y que yo no estoy muy segura de si estaba bien o no —me parece que no—, era llevarse sin permiso —que quiere decir como robar, por eso— piedras, cacerolitas, huesitos de momias —que son gente muerta y re seca—. polvitos y otras cosas de cada ciudad de esas tan antiguas que ya no vive nadie y que a veces aparecen de sorpresa si a alguien se le ocurre hacer un pozo o plantar algo. De cada lugar al que llegaba, si podía esconderlo, traía algo. Una</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> de esas cosas, un polvito amarillo que </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">se llama <a href="http://observatorio.info/2005/02/oklo-antiguos-reactores-nucleares-africanos/">óxido de uranio</a>, usó también para lo de la calefacción en el <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Reactor_nuclear">Reactor de Fisión Nuclear</a>, que no es lo mismo que <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Reactor_nuclear#Posibles_combustibles_para_reactores_de_fusi.C3.B3n_nuclear">Reactor de “Fusión” Nuclear</a></span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—me explicó él— pero la verdad, no me acuerdo bien por qué.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Eso del accidente con el submarino pasó antes de que yo naciera, pero al abuelo Máximo le duraba la cara seria. “Cara de culo” —decía mamá—. Por eso, a la gente le daba un poco de miedo, mi abuelo. Pero a mí, no. Me daba lástima que estuviera triste. Así que, una vez que fui a jugar a la casa de Xiomara Pérez Harris, y vi que su abuelo ̶ ¡que vive con ellos! ̶ se reía como loco mirando la televisión, pensé qué bueno que mi abuelo Máximo se riera así. Y le pregunté qué miraba porque yo no conocía ese programa y encima, no tenía colores. Todo en gris. Me dijo que eran “Los tres chiflados” mientras se agarraba la panzota y se despatarraba a las carcajadas en el sillón porque un viejo le pegaba en la cara a otro con una torta de crema. A mí me pareció un poco tonto, pero si lo divertía tanto a ese abuelo, a lo mejor al mío también. Así que, tuve una idea fantástica: le pregunté al abuelo de Xiomara Pérez Harris en qué canal y a qué hora estaba ese programa y al día siguiente… ¡Chachá, cha cháaan! Le dije al abuelo Máximo que tenía una sorpresa, lo llevé de la mano y lo senté frente al televisor. Nunca me imaginé lo que iba a pasar, pero la abuela Lili, papá, mamá, y mi otra abuela, Renata, me aseguraron que había hecho muy bien porque en algún momento el abuelo se iba a morir, como se muere todo el mundo —por suerte, yo, todavía no, falta muchísimo— y qué mejor que morirse de la risa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">La abuela Lili no lloró mucho, pero yo creo que eso era cuando yo estaba con ella. Seguro que cuando se quedaba sola no podía parar. Yo le miraba los ojos para ver si se le ponían rojos, como a mí. Pero no. Será porque yo lloraba a cada rato. Cuando era más chica, claro. Pero Lili los tenía preciosos, como siempre, como un cielo de día pero lleno de estrellas. Como los de mi papá, pero más lindos, todavía. La verdad es que la extraño mucho y a veces pienso si me hubiera gustado irme con ella. Tan feliz, se iba. “Al fin partimos”, gritaba asomada a la ventana del living. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fue un despegue perfecto</i>, lo pude ver porque cuando el temblor se hizo muy fuerte me solté de su mano y salí corriendo para la calle, igual que habían hecho todos los demás. Y las vi subir. Me quedé llorando parada en la vereda de enfrente porque me hubiera gustado acompañarla. Pero no, si no iban también mi mamá y mi papá. Y menos mal, porque a la abuela Lili no la vimos más. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Le insistí tanto a mi papá para que me llevara al Tigre, a la calle Maple, porque estaba segura, segurisisisíma de que la casa y Lili estaban allá. Pero, no. Tal vez se perdió, porque mi abuela Lili es un poco despistada —como dice siempre mi papá—. Y la casa no tiene GPS, aunque su auto sí, pero ése no se lo llevó.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">La policía dijo que todavía no habían podido identificar la causa de la explosión, y menos porque no quedó nada de nada. Pero yo vi la nube amarilla de la “propulsión” debajo de la casa —que quiere decir que la empujaba para arriba—. La misma que se hacía en chiquito en el reactor del abuelo. Ése que había fabricado con todo el metal que juntaba y que usaba para lo de la calefacción junto al polvito amarillo que había traído —sin permiso— </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"><a href="http://observatorio.info/2005/02/oklo-antiguos-reactores-nucleares-africanos/">Oklo</a>, un lugar en el África. África es un continente que está enfrente del nuestro y donde viven los leones, los pigmeos y las jirafas. <a href="http://observatorio.info/2005/02/oklo-antiguos-reactores-nucleares-africanos/">Oklo</a></span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—lo busqué en Wikipedia y en Google Earth— es un lugar donde hace muchísimos años, tenían calefacción sin necesidad de estufas ni nada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Los de la banda, que habían salido corriendo antes que yo, y los vecinos, que habían salido a espiar, afirmaban que se las chupó un OVNI. Así que ahora todas las noches anda gente ida y vuelta por la cuadra con largavistas, cámaras, máquinas que hacen sonidos, velas, linternas, fotos, panchos, facturas, helados… Uno tiene una App en el celu que repite todo el tiempo “itigoujoum, itigoujoum”. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Al principio yo le quise explicar a mi papá que la culpa la tuvo el abuelo Máximo, aunque fuera sin querer. Pero papi me miraba con lástima —y los ojos bastante rojos—, me acariciaba la cabeza y me decía:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">— Pero, no, Clarita, seguro que la abuela se olvidó de apagar la hornalla. O algo así. Mi mamá fue siempre bastante despistada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Y dale con eso. Así que no insistí más. Lo que pasa es que cuando el abuelo se ponía a contar sobre sus viajes o a explicar sus inventos y teorías, mi papá y mi mamá ponían los ojos en blanco y no escuchaban nada. Pero yo, sí. Y Lili, también. Creo. Por lo menos, me sentaba a upa y las dos le prestábamos atención. Lili, con una sonrisa. Y yo, con la boca abierta. Una vez papá me dijo:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Clari, no creas todo lo que cuenta el abuelo. Siempre inventó cosas, y ahora que está viejo, peor.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Pero él, qué sabe. No escuchaba. Además, Lili me dijo que cuando sus hijos eran chicos, el papá, mi abuelo, estaba siempre ocupado. O no estaba. Porque como ya lo dije, mi abuelo era marino, ¡submarinista! y se iba de viaje por muchos meses. Por trabajo, claro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Lili decía que lo extrañaba un montón. A mí me parece que se amaban en serio. Con amor, amor. A él, cuando la miraba, le cambiaba la cara de malo por una un poco boba. Aunque yo los escuché a papá y a mamá decir que Lili le seguía teniendo un rencor —lo que significa que algo de rabia, tenía—. Y eso era porque después del accidente el abuelo no podía ver ni oler el mar ni de lejos. Y tampoco los ríos. Menos que menos, los del Tigre, donde hay tanta agua. Pero Lili, había vivido en el agua. Aparte de las clases, competía en natación y en remo, salía a correr por el Paseo Victorica, hacía Yoga y Tai Chi Chuan en la punta del muelle del Puerto de Frutos, meditaba en la placita frente al Museo Naval —ahí fue donde se conocieron— . Él era re lindo, aunque el pelo aplastado y el bigotito de las fotos, se ven un poco raros. Y ella, preciosa. Cada vez que miro sus fotos me la imagino vestida de Cenicienta, con el traje de fiesta. La cara, igualita. Bueno, sigo. Cuando se casaron, compraron la casa de la calle Maple —que quiere decir “Arce”, que es un árbol muy lindo que en otoño se pone rojo, rojo—. La calle era cortita, y cortada, y estaba en medio de lo que Lili llamaba “La Isla”, porque estaba rodeada por tres ríos, el Tigre, el Luján y el Reconquista. La casa estaba al fondo de la cortada. En el frente tenía un pico, como un triángulo, con la ventana del altillo arriba de todo, y que fue lo que hizo que algunos que no creían en los OVNIS pensaran que despegaba un cohete, el día que se fueron.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> Cuando el abuelo volvió de Mar del Plata, aquél día que terminó en el asado de Playa Grande, no quería ni entrar a la casa. Se ponía a temblar si pensaba que podía venir la Sudestada. Así que se quedó en un hotel en pleno Centro de Buenos Aires y le dijo a Lili que se tenían que mudar. Sí, o sí. Lili, lloraba y lloraba. Finalmente, el abuelo la convenció prometiéndole que iba a comprar un terreno e iba a llevar la casa completa, parte por parte, pieza por pieza. Eso hizo, y se mudaron a Villa Ballester, donde había muchos alemanes, como ella. En realidad, Lili no se llamaba Lili, sino Elizabeth. Y no era alemana, sino rumana, pero como a mi bisabuela —que vendría a ser la mamá de mi abuelo Máximo— le costaba pronunciarlo, mi abuelo le cambió el nombre por Lili y así le quedó. Y como la mayoría de la gente no sabía qué era Rumania ni dónde quedaba, ella les dejó creer que era alemana. Y, chau. Villa Ballester tenía muchos jardines, y una linda plaza. Pero nada de agua. En realidad, agua sí. Había unas piletas de natación enormes, pero el abuelo no quería que se mostrara en malla ahí. Así que Lili se quedaba en la casa. Cuando murió el abuelo, ella quiso vender y volverse al río. Pero mi papá, mi mamá, los tíos y las tías, le dijeron que no le convenía, que iba a estar muy lejos de todos nosotros. Y entre ellos, les escuché decir que estaba chiflada. Así que se quedó. Y yo sé que se aburría muchísimo. Cocinaba. Fue a tomar un curso de Macramé, hizo Spinning, Zumba, Tango, Danza Española. Pero no había caso. Extrañaba.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Limpiaba sobre lo limpio. Barría la vereda, pasaba el trapo. Hasta que un día, empeñada en hacer brillar su casa, con el tacho de basura, la escoba, el escobillón, el cesto de la ropa, se puso a jugar. Sin querer, hizo no sé qué movimiento y le pareció que el sonido era divertido. Así que como estaba sola se puso a bailar y golpear con todas esas cosas y como le divirtió un montón, lo siguió haciendo todos los días. Cuando yo iba a bañarme, a cenar y a dormir a su casa, a la mañana siguiente las dos bailábamos por todos los cuartos haciendo sonar y repiquetear todo lo que encontrábamos. Lili, hasta se acordaba de lo que habíamos hecho el día anterior, así que inventó una manera de anotarlo, porque música, no sabía. Yo no les conté nada a mis papás, porque seguro que iban a pensar que estaba más loca, todavía, y capaz que no me iban a dejar ir más.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Un día, estábamos en ésa, bailando y haciendo sonar muebles, escobas y cubiertos, cuando sonó el timbre. Era un hombre vestido de rojo que preguntó quién estaba haciendo percusión.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Nadie —dijo mi abuela con cara de nada. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Yo traté de imitársela, pero parece que no me salió porque el hombre me miró a mí y me dijo:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Linda, ¿quién estaba haciendo percusión?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> Como el de rojo era muy lindo, y parecía muy simpático, le contesté la verdad:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Nosotras.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Se nos quedó mirando con la boca abierta, hasta que se dio vuelta y gritó:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Muchachos, ¡increíble! ¡Vengan a escuchar esto!<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Y de un camión rojo que estaba estacionado enfrente de la casa y que tenía pintadas unas palabras en amarillo que decían “Rataplunes de Fuego”, empezaron a bajar otros vestidos también con esos enteritos rojos y se metieron en la casa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Lili parecía preocupada. Y yo estaba muerta del susto. Nos pidieron que hiciéramos lo del baile y las escobas, pero nos daba vergüenza. Además, yo estaba segura de que nos iban a asaltar, aunque capucha, no tenían. Después Lili me confesó que en un momento sospechó que los había mandado alguna de sus nueras para tener pruebas de que había que meterla en un loquero. Pero no, eran músicos de verdad. Cuando al final la convencieron a Lili y les mostramos cómo jugábamos, los hombres ésos se quedaron anonadados —que quiere decir agradablemente sorprendidos—. Le preguntaron cómo hacía para lograr esa energía y la abu les contó que antes de empezar a bailar y repiquetear, pensaba muy fuerte en un deseo, en algo que le gustara mucho. Y ya estaba. Le salía solo. —A mí ya me lo había enseñado y yo casi siempre elegía lo de desabochornar al abuelo —.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Cuando escuchó eso, el director —que vendría a ser el jefe de la banda— les dijo a los otros músicos:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Muchachos, ¡ése es el secreto! ¡Tanto que lo buscamos!: Hay que tener una intención, ¡un fuerte deseo que cree energía!<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Después, cuando vieron las anotaciones de Lili, le dijeron directamente que era una genia. Que entre eso, y el sistema de señas para dirigir la banda que habían inventado ellos, íbamos a tener tanto éxito que los sponsors se iban a pelear por tenernos. Le pidieron que se uniera a ellos. Y a mí, también, porque iba a ser su mascota —y además, porque bailo y canto muy bien—. A Lili le parecía loquísimo, pero al final, la convencieron. ¡Y ahí empezó la etapa más divertida DE MI VIDA! Dos o tres veces por semana, yo me iba a bañar, a cenar y a dormir con Lili, pero en realidad, ensayábamos con la banda de percusionistas en el living enorme de la abuela.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">En eso estábamos una noche cuando la casa empezó a moverse un poquito. Al principio, no me di cuenta de lo que era, pero cuando empezó a hacer demasiado calor, le dije a Lili:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Abu, la calefacción. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Qué, mi vida— me dijo mientras le daba al tacho de basura con todas sus ganas. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Que la calefacción, parece que se encendió. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Oh, no importa… después lo arreglamos. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Pero no nos dio el tiempo. El abuelo Máximo se habría sentido re orgulloso por su reactor. Respondió al calor humano maravillosamente. Pero se le fue un poco la mano. Así que no sé por qué, quizá por tanta transpiración, pero se encendió también la propulsión y ahí fue cuando la banda entera se escapó dejando en la casa todos los instrumentos. Como Lili seguía tan contenta y fue a asomarse a la ventana, yo primero me agarré fuerte de su mano y con la otra saludé también. Creía que ni por un invento de mi abuelo ni en la compañía de mi abuela, me podía pasar nada malo. Pero después pensé en mi papá y en mi mamá, y me puse a extrañarlos tan fuerte que la solté a Lili y salí corriendo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">Estuve pensando que quizá, cuando sea grande, voy a ser percusionista. O si no, investigadora y científica. Investigadora, para encontrar a ese tonto del vigía y que confiese que la culpa del accidente la tuvo él. Y científica, para seguir con los inventos del abuelo porque estoy segura de que Lili está en alguna parte. El otro día, fue Nochebuena, y lo prometo — porque no se debe jurar— que las vi pasar. Se lo dije a mi primo Juan Pedro y me contestó:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;">—Boluda, son globos de papel ¿no ves?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 14pt;"> Estúpido. ¡Qué me importa! Yo sé que si estudio mucho, la voy a encontrar..</span><span lang="ES-AR" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-89708812684246257122012-02-14T03:59:00.001-08:002012-02-14T09:55:47.694-08:00ÓSCAR Y ALFONSO<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 28pt;">Presenta</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg<o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt;">OSCAR Y ALFONSO</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qLCdQnDL3sMRMauQVNHfQN_-ZiHj_2gqN0gzx4g1TjKqFGGMF2VNSF_1Jy5PFU1slSC6Ai62SOPa_RqMCWpbDSrQJFBrRx07HActawnUCLREBcm2Psd5V9Nhzv5EKt1AmY60fPM7ngM/s1600/13+%C3%B4scar+y+Alfonso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qLCdQnDL3sMRMauQVNHfQN_-ZiHj_2gqN0gzx4g1TjKqFGGMF2VNSF_1Jy5PFU1slSC6Ai62SOPa_RqMCWpbDSrQJFBrRx07HActawnUCLREBcm2Psd5V9Nhzv5EKt1AmY60fPM7ngM/s400/13+%C3%B4scar+y+Alfonso.jpg" width="321" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Bodoni MT Condensed"; font-size: 18pt;">Sabía que era el momento de devolverlas<o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Bodoni MT Condensed"; font-size: 18pt;">Las Orugas se deslizaron suavemente por sus manos al escribir “adiós”.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="PT-BR" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt;">Escrito por Mauricio J. Howlin<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">-A ver, mostrame tus manos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Carolina las extendió con temor. Alfonso las examinó superficialmente y con impensada velocidad las golpeó con su varilla a la altura de la tercera falange.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">-Ahora vas a ir a lavártelas una vez más, pero en esta ocasión lo vas a hacer bien.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Carolina marchó nuevamente al baño. Odiaba a Alfonso con toda su alma. Luego de permitir que el agua fría de la canilla alivie el dolor de sus dedos procedió a quitarse de bajo las uñas los últimos restos de tierra que habían quedado de su última excursión al jardín hacía algo menos de media hora. Entonces se dirigió hacia el comedor donde Alfonso la sometió a una nueva revista, la que en esta ocasión superó exitosamente. Óscar ya estaba en la mesa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Su padre había muerto dos meses antes de que ella naciera cumpliendo su servicio como fuerza de paz de la ONU en Eslavonia. Su madre pronto había vuelto a casarse, más interesada en mantener su imagen ante la sociedad que en el bienestar de su hija o sus propios sentimientos. Óscar era un inútil en todos los aspectos, pero aún así un muy buen partido. Heredero de una basta fortuna familiar, había vivido de renta durante toda su vida y jamás había necesitado hacer algo productivo como, por ejemplo, trabajar. Acostumbrado al lujo y la ostentación, al contraer nupcias con María de los Ángeles, Óscar había encontrado el complemento perfecto para su personalidad. La reciente viuda en primeras nupcias pronto había tomado contacto con él y antes de que pasara un año ya estaba planeando la boda. Ésta se llevó a cabo en octubre y luego ellos dos se dedicaron por completo a una luna de miel de doce meses viajando alrededor de Europa. Poco antes de emprender el regreso María de los Ángeles perdió la vida en un accidente ocurrido mientras intentaban escalar el Mont Blanc, obviamente sin éxito. Óscar quedó desolado. Una sombra de él volvió a su vida anterior. De María de los Ángeles sólo le quedaba un recuerdo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Carolina.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Durante toda la luna de miel la niña había permanecido al cuidado del mayordomo y críado personal de Óscar. Alfonso tenía sesenta y ocho años de edad cuando le fue encomendada la criatura. Desde entonces se dedicó a su educación con mano dura y rigidez. Durante toda su vida Carolina se había visto reprimida en todo aquello que deseaba. Óscar, mientras tanto, se pasaba día y noche lamentándose por su desdicha. Cuando Carolina cumplió cinco años Alfonso la inició en la jardinería, con el objetivo de que ella se dedicara al cuidado del jardín más temprano que tarde. Carolina encontró en esta tarea la distracción que necesitaba. Se pasaba en el jardín largas horas por día, cuidando las plantas y aprendiendo no solo sobre ellas sino también sobre sus ocasionales visitantes del reino animal. Orugas y mariposas, abejas y caracoles, mantis y bichos bolita, todos caían bajo la examinadora mirada de Carolina. Al cumplir diez años, ya era toda una especialista en el tema.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">-Carolina, temo que a partir de la semana que viene habremos de internarte en una escuela de pupilas. El señor Alfonso me ha sugerido tomar esa medida y yo la he considerado la más apropiada. Él ya ha cumplido los setenta y siete años y su salud no le permite seguir con la crianza de una niña pequeña. En cuanto a mí, bien sabemos que no puedo ocupar mi cabeza en nimiedades. Es necesario que prepares tres mudas de ropa para llevar. El lunes partirás.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ya era sábado y Carolina quería disfrutar una de sus últimas veces en el jardín, con todas sus plantas y sus insectos. Un colibrí libaba en el interior de una orquídea, mientras una mariquita volaba hasta su mano. Carolina la miró con interés y luego de un momento la sopló.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Al volver a la casa Carolina se lavó con cuidado las manos para evitar otro golpe de la varilla de Alfonso. Como cada tarde los dos hombres tomaban el té de las cinco mientras ella se contentaba con un horrible tazón de leche con cascarilla de cacao.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">-Señor, ya he ultimado los detalles -dijo Alfonso-. Mañana vendrán del colegio para recoger a la señorita Carolina. He hablado con la madre superiora para asegurarme de que sean lo suficientemente estrictos con ella como para asegurarnos de que no pierda el rumbo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">- Excelente, Alfonso -dijo Óscar-. Finalmente nuestra niña se convertirá en mujer. Debes asegurarte especialmente de que...<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Óscar no pudo terminar la frase. Súbitamente comenzó a tener convulsiones y cayó pesadamente al suelo de la sala. Alfonso se arrodilló a su lado para examinarlo, pero pronto comenzó él también a tenerlas. Prontó estaban los dos sacudiéndose en el suelo, revolcados en un charco común compuesto de una mezcla de sus respectivos vómitos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Carolina los miró hasta que dejaron de moverse.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Luego de eso se acercó a la tetera y le quitó la tapa. Metió la mano y con su pequeña mano retiró de su interior dos orugas venenosas. Ella sonrió. El calor del agua no las había matado, pero sí había sido suficiente para que ellas liberen su toxina. Agradecida, la niña las llevó hasta el jardín. No hubiese querido desprenderse de ellas, pero bien sabía que era el momento de devolverlas. Se arrodilló en el jardín y con la mano izquierda removió un poco de tierra. Era suficiente. Las orugas se deslizaron suavemente por su mano al escribir “adiós”.<o:p></o:p></span></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-17735602959767154102012-01-31T05:47:00.000-08:002012-02-03T16:37:45.530-08:00SOLO POSTRE<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 28pt;">Presenta</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt;">SOLO POSTRE</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivoHMceZMs-CQmZNE7Z1YrZf65PZXzRWFQIx__KKkL0mgW8n2gR-o9L2nLVsfH_WGd6ejOrjAmIRCfntHyDxjtW40UrZXGF1HQtE_hMjej7kLOAMTLUUFKgYUD4HY7XQ9NKu-j3y7oxPA/s1600/11+Solo+postre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivoHMceZMs-CQmZNE7Z1YrZf65PZXzRWFQIx__KKkL0mgW8n2gR-o9L2nLVsfH_WGd6ejOrjAmIRCfntHyDxjtW40UrZXGF1HQtE_hMjej7kLOAMTLUUFKgYUD4HY7XQ9NKu-j3y7oxPA/s400/11+Solo+postre.jpg" width="316" /></a></div><span lang="ES-AR" style="font-family: "Bodoni MT Condensed"; font-size: 18pt;">Acercó el cuchillo y se iluminó aun más</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt;">Escrito por Mauro Vargas</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;"></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><a href="http://www.blogger.com/" name="more"></a><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">E</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">llen se preguntó cuándo acabaría el martirio en el que se había convertido su matrimonio y, como una respuesta inmediata, la calabaza se encendió. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Su corazón dio un vuelco y se quedó mirando el suave resplandor. Aunque no terminaba de comprender, su mente se encargó de recordarle algo más aterrador, algo que, a pesar de vivir todos los días, seguía provocándole pánico: su marido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry había dicho en la mañana que cuando llegara del trabajo, comería la tarta de calabaza que ella <i>debía</i> prepararle, pero, aunque era viernes y sabía que vendría borracho, Ellen se retrasó peligrosamente en la preparación de la tarta para después de la cena. Ahora apenas tenía el tiempo suficiente y debía prepararla como fuera, porque Harry borracho sólo tenía cabeza para dos cosas: comer o agarrarla a golpes.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Así que no podía perder tiempo. A pesar de que estaba embelesada con la luz oscilante de la calabaza, debía olvidarla e ir en busca de otra hasta la tienda de Beth Duncan.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">No hay tiempo.</span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">No, no lo había. Se demoraría mucho en ir y volver. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Quiso rebanarla y seguir como si nada pero… parecía tan viva. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Sólo córtala y sigue cocinando. Complácelo y se irá a dormir tranquilo. No seas tan tonta.</span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Entonces el resplandor se apoderó de sus preocupaciones. Una atracción la obligó a tocarla y sintió el cosquilleo en su brazo. Luego, aquella cosa leyó sus pensamientos y los proyectó en una secuencia vívida.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry llegaba a casa y se sentaba a la mesa. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—¿Hiciste la tarta? —preguntaba apartando los platos vacíos. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Su respuesta era «no» y él no aceptaba ninguna excusa. No había campo para eso. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry golpeaba la mesa y los cubiertos saltaban por los aires, gritaba con su voz pastosa y le recordaba cuál era su lugar en el mundo. Luego vinieron los golpes. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"><i>Los tres meses sin maltratos terminaban en ese momento.</i></span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ellen seguía observando la calabaza, hipnotizada. Su mano izquierda estaba sobre la corteza mientras empuñaba el cuchillo con la otra.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Aquella cosa borró sus pensamientos y reescribió la historia como debía ser, sobre el espacio blanco en el que se había convertido su mente. Ellen se vio a sí misma borrando la tiza del pizarrón para rehacer la ecuación. La ecuación de la venganza. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Luego vino la otra secuencia vívida.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry llegó a casa y se sentó a la mesa a comer.</span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—¿Hiciste la tarta? —preguntó apartando los platos vacíos. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"><i>La respuesta fue «por supuesto, amor» y él aceptó el postre con un ansia bestial. Luego se retiró de la mesa, eructó y se dirigió a la cama; sin embargo, Ellen empuñaba detrás el cuchillo.</i></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"> Se abalanzó hacia él, pero las cosas no siempre salen bien. Lo supo cuando Harry se volteó, agarró su mano armada y la retorció. Luego vino la paliza. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"><i>Fue la primera vez que la dejó al borde de la inconsciencia.</i></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">No. El resultado no era el adecuado. En su mente, la Ellen adolescente soltó la tiza y el cuchillo cayó sobre el mesón en la realidad. Debía dejar actuar a la energía de la calabaza. Lo sabía porque, de alguna manera, ella se lo había dicho.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ahora sus dos manos estaban aferradas a la corteza y en sus ojos sólo se veían las escleróticas, teñidas del anaranjado resplandeciente de la calabaza sobre el mesón.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ahora veía cómo la ecuación se solucionaba de la manera correcta, en una nueva visión. El resultado que buscaba era el fin de aquella pesadilla denominada «Mi vida con Harry». Tiene nombre de comedia, pensó. Una comedia bastante cruel.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry llegó a casa y se sentó a la mesa. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—¿Hiciste la tarta? —preguntó apartando los platos vacíos. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">La respuesta era «por supuesto, amor» y él aceptó el postre con un ansia bestial. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—Anda, pruébala —le insistió Ellen. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Lo estaba instando a que comiera. ¡Rayos, no tenía que decirle qué hacer! Maldita mujer. Eso lo hizo mirar con reticencia la tarta. </span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—¿Qué tanto miras, Harry? Es sólo postre.</span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"><i>Harry decidió dejar sus especulaciones para después y devorar la tarta. A los pocos minutos se estremeció y empezó a convulsionar. Su cara se convirtió en un rictus de angustia. Se llevó las manos al cuello mientras su lengua se agitaba por fuera como una babosa a la que le hubieran echado sal. Ellen observó a Harry caerse de la silla, agitarse en el suelo y desvanecerse partícula por partícula… literalmente.</i></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ellen regresó a la realidad súbitamente, apartó las manos de la calabaza y respiró profundo recostada en el fregadero.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"><i>La última vez</i>, pensó. <i>Funcionará. Sólo debes preparar la tarta.</i></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">¿Era su pensamiento o la calabaza seguía hablándole?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Detrás suyo, la calabaza se apagó lentamente. Debía cumplir con su cometido: ayudar a Ellen. Se lo había hecho sentir. Se lo había garantizado. Había utilizado toda su energía para ofrecerle una visión que no podía ser más clara. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">En el fregadero, Ellen no sabía qué hacer. ¿Matarlo? ¿En serio?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">No morirá. DESAPARECERÁ.</span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ya había visto las posibilidades. No era una mujer de esas. Se había casado para obedecer su marido. Así la habían educado, aunque los tiempos actuales afirmaran lo contrario y su voluntad estuviera a punto de hacerse pedazos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Vio la calabaza sobre el mesón. Todo le parecía una locura, sobre todo la última visión. No fue un sueño porque aún sentía el cosquilleo en sus manos, pero sí le pareció extraño dejar todo en manos de una calabaza. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Podría guardarla, o botarla, y seguir con su vida normal, pero también quería librarse de los abusos. ¿Lo mataba ella o dejaba actuar a la calabaza?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ellen esperó a que su mente se aclarara y tomó una decisión cuando agarró el cuchillo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry llegó borracho, como todos los viernes. Lo primero que hizo fue sentarse, cenar y esperar el postre que, esperaba, le tuviera listo su mujer.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—La hiciste, ¿cierto? —dijo Harry con sus voz pastosa, retirando los platos vacíos del bistec.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—Por supuesto, amor. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Harry aceptó el postre con ansias y Ellen se sentó en la mesa, lo que le pareció bastante raro. A él le gustaba cenar solo. Ella lo sabía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—Anda, pruébala —le insistió Ellen.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">¡Rayos, no tenía que decirle qué hacer! Maldita mujer. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ellen no dejaba de mover sus dedos sobre la mesa. Eso lo hizo mirar con reticencia la tarta. Estaba ansiosa. Jamás la había visto así. Sintió una especie de advertencia, un impulso por no comerse el postre, y aunque su apetito le podría más que su presentimiento, decidió salir de dudas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—Qué te parece un bocado, ¿Ellen? —le dijo ofreciéndole la tarta y una cuchara.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Ellen se quedó fría. Harry la estaba mirando, esperando su reacción. Él lo sospechaba. Debió haberlo sabido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">—¿Qué tanto miras, Ellen? Es sólo postre —le dijo Harry con una sonrisa en su rostro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Recordó que esa pregunta la tenía que hacer ella. Luego Harry comía la tarta y…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Pero no tenía más opción. Aunque desconocía el poder de la extraña calabaza decidió que con tan solo un poco no sucedería nada, así que empezó a comer mientras Harry la observaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;">Sólo fueron tres bocados.</span><br />
<br />
<br />
<div style="text-align: right;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace;">Blog del autor</span></span> </span><span style="color: #366092; font-family: Tahoma; font-size: x-small;"><a href="http://frikimortis.blogspot.com/" rel="nofollow" target="_blank">http://frikimortis.blogspot.com/</a></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt;"></span></div></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-44342944599367284982012-01-30T06:30:00.000-08:002012-02-07T09:05:39.265-08:00CAPITÁN TORY<div class="MsoNormalCxSpFirst"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #7030a0; font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt; line-height: 115%;"><span style="color: white;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-size: 28pt; line-height: 115%;"><span style="color: white;">Presentan</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 36pt; line-height: 115%;"><span style="color: white;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 22pt; line-height: 115%;"><span style="color: white;">De Chris Van Allsburg</span></span></div></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
<span style="color: white; font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt; line-height: 115%;">CAPITÁN TORY</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFGMwS87Tvi_DDped0TbcUXS5ORzGmO219gJt4L6lirk81ySLYtYxGb7SyewIXBbnQ8o3XaiPFMqGaeRGUbNUZT7VQXJfUf5ofvfPVSoKxfD6D3MOkRA9w5WlyEeHafCQgHpAUffuzJXQ/s1600/12+Capit%25C3%25A1n+Tory.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFGMwS87Tvi_DDped0TbcUXS5ORzGmO219gJt4L6lirk81ySLYtYxGb7SyewIXBbnQ8o3XaiPFMqGaeRGUbNUZT7VQXJfUf5ofvfPVSoKxfD6D3MOkRA9w5WlyEeHafCQgHpAUffuzJXQ/s400/12+Capit%25C3%25A1n+Tory.jpg" width="313" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: white; font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;">Meció su farol tres veces y lentamente apareció la goleta.</span><br />
<br />
<br />
<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #002060; font-family: Jokerman; font-size: 28pt; line-height: 115%;"><span style="color: white;">Escrito por Ricardo</span></span></div></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="color: #0070c0; font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"> </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="color: #0070c0; font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"> </span><br />
<br />
<span style="color: #0070c0; font-family: Bodoni MT Condensed; font-size: large;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%;">M</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">ovió su farol tres veces y lentamente apareció la goleta. Ambos se miraron con el alivio en el gesto y en el rostro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cuando se acercó el bote, el capitán Tory subió primero como correspondía, y solo después de reconocer al marinero que remaba, le hizo señal, para que también embarcase, diciendo:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">“Puede venir, Señor Benoit, está todo controlado. Este hombre es de mi confianza."</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">El oficial había organizado el viaje, y la vieja goleta, La Chiffonne, había sido la elegida para no despertar sospechas, ya que no era lujosa ni nueva, mas muy marinera y por esto segura. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Su vida no había sido fácil y aun soplaban tiempos de odio y muerte. Había nacido signado para el comando y la sentencia, con poderes de vida y muerte, de soberanía, de guerra. Y era, él propio, un escondido, amenazado y fugitivo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cuando fuera raptado y trasladado, envuelto en capa hasta Calais, su cuidado y guarda fuera otorgado al matrimonio Benoit bajo juramento de mantener secreto. El propio Napoleón los amenazó con perder la lengua si dejaban saber a quienquiera que fuese, quién era en realidad Pierre Benoit.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">El capitán Tory llegó un día después, y ya no se despegó del niño, haciendo de guardián y compañero de sus horas. Pierre no iba a la escuela mas recibía profesores en casa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"> El capitán Tory, como se lo conocía en Calais, (Toribio Foucauld era su nombre) hijo de una asturiana y un oficial de Gasconia, era recto en disciplina y lleno de energía y carácter, aunque la risa franca y la fina ironía asomasen a su rostro en forma de explosión alegre o sarcástica sonrisa, con bastante frecuencia. Era también reservado y misterioso, sobretodo cuando hacía rápidas salidas para contactos con otros agentes de la Masonería, de los cuales solía volver algo chispeado y a veces con olor a perfumes de mujer. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">El día anterior le había ordenado a Pierre preparar sus equipajes para un largo viaje marino. Solo ahora, poco antes de embarcar le había revelado el destino.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">"Buenos Aires, América del Sur", dijo lacónicamente. “En esa nueva república del Plata, compuesta de diversas Provincias." </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Toribio le entregó los documentos que mantenían su nombre Pierre Benoit, junto con los avales de Pasaportes y su pasaje, así como una carta de presentación a Simón Bolívar, firmada con un enigmático triángulo y un compás. Toribio saludó militarmente y dio media vuelta para ir a embarcarse en el bote, sin dejar trasparecer la emoción que lo embargaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Quien fuera Delfín de Francia y parecía destinado a ser Luis XVII antes de la Revolución Francesa, iniciaba su discreto destino de militar y posteriormente pintor, en cuyos cuadros imprimiría las letras LCRF-PB - que podrían significar: LUIS CARLOS REY DE FRANCIA - PIERRE BENOIT.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"> </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Observación: la figura del capitán es ficticia. Sobre el personaje principal y su identidad, me remito al Libro "La Historia argentina que muchos argentinos no conocen", del autor Alonso Piñeiro, específicamente a su capítulo 34, titulado: "¿Luis XVII vivió en Buenos Aires?”.</span></i></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-53044666436648640602012-01-24T02:05:00.000-08:002012-02-03T16:38:23.802-08:00LA ALCOBA DEL TERCER PISO<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Presenta</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><span lang="ES-AR" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">LA ALCOBA DEL TERCER PISO</span></span></div><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"> <span lang="ES-AR" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Escrito por </span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Liliana Norma Cavallo Segal</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">I</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">C</span></b><a href="http://www.blogger.com/" name="more"></a><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">arina salió del consultorio convencida de que su problema iba a poder solucionarse pronto. Su alegría inmediata la hizo doblar sorpresivamente por Juncal y se ayudó las ganas de comer un bocadillo que había comprado una hora antes y lo llevaba guardado en el bolso. Estaba rico, peceto, lechuga y tomate con pan blanco. Terminaba de saborear el último bocado y comenzó a llover. Dobló por Salguero y Beruti, vio una pizzería italiana pero no quiso refugiarse allí, prefirió seguir caminando. La lluvia intermitente la obligó a correr y saltar por las veredas evitando los charcos. Vió una rotisería y entró. Pidió un bollo de acelga, “Seis pesos, ¿lo caliento?” “Sí” La empleada puso el bollo en el microondas y ella solicitó un imán publicitario del local, como si viviera por la zona. La lluvia comenzó a ser muy potente. Carina siguió caminando rápido, sin rumbo fijo, subiendo por Salguero, cruzando Avda. Santa Fe. El agua tibia de octubre limpiaba sus dudas. Sonreía casi feliz, tomaba del envoltorio grasiento pequeños trozos del bollo de acelga gigante, quemándose los dedos.”Uf! ¡cómo calienta ese microondas!”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Llegó a la Plaza de Mansilla, frente a la Iglesia de Guadalupe, cuando el olor del papel y sus manos le sabían a pescado y aceite rancio. “¡Qué! ¿Habrían freído ese bollo dentro del mismo aceite que los filet de merluza?” Con un gesto de asco tiró el envoltorio y limpió sus manos con alcohol en gel. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">La Plaza estaba desierta, ese vacío de niños y de perros jugando, sumado a su propio cansancio por haber caminado tanto y el desagrado de haber comido cualquier cosa por la calle, le hizo recordar la tristeza básica de su pobre vida solitaria, en esa ciudad sin luz, donde nadie la estaba esperando. Miró a su derecha, la Iglesia estaba cerrada. Cruzó y se decidió por la lujosa confitería de la esquina de Salguero y Mansilla. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entró como turista, jugando a que todavía vivía en París.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se sentó en una mesa donde podía ver a todos los demás y pidió un cortado largo con leche, lo más parecido al <i style="mso-bidi-font-style: normal;">caffe au latte</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La pareja sentada a su lado tenía cara de velorio, hacían muchos llamados cada uno por su móvil, y en una de esas conversaciones que ella escuchaba sin querer debido a ese típico estertor con que hablan los argentinos, se enteró que viajarían a España. “mmm Madrid en octubre…” recordó.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sacudió la cabeza borrando viejas tristezas y decepciones.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando la pareja se levantó para retirarse notó que habían dejado las masitas de cortesía en la mesa, estiró disimuladamente el brazo y con la adrenalina de un ladrón de bancos sacó una masita del plato y se la llevó entera a su boca, le sabió mal, mientras se atragantaba pensando que todos la habían notado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Llegó enseguida la moza portando su cortadito, que bebió de a pequeños sorbos para estirar el tiempo hasta que dejara de llover.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Se entretuvo mirando a la gente del lugar. Fantaseando con la soledad ajena para olvidarse de su propia soledad. Le llamó la atención un hombre que cenaba solo sentado contra el escaparate de la esquina. Fue ahí que miró por primera vez la ventana del edificio antiguo frente a la plaza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tenía un cartel que decía “Alquilo habitación temporal”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Terminó su café, hizo un gesto con su brazo derecho, llamando a la moza, esperó ansiosa hasta que llegó su cuenta, pagó rápido y sin dejar propina cruzó la calle. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al momento de pararse frente al portón de la ochava un frío le corrió por el estómago. ¿Era ese el lugar que quería para pasar una temporada en Buenos Aires? Por su cabeza aparecieron como un slide las esquinas del Barrio Latino de París y las del Gótico de Barcelona, así como el Portón del Pasaje de la Piedad de Congreso.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una sensación de pertenencia a su “mundo rata de ciudad” le dio la certeza suficiente para tocar el timbre y esperar. Otra vez había encontrado una lúgrube esquina donde empalagarse de melancolía. Nadie la recibió. Era tarde. Casi las once de la noche. Escribió una pequeña nota con sus referencias y puso dentro unos cuantos billetes para señar la habitación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Caminó otra vez feliz hasta la parada del colectivo que la llevaría a Floresta.</span><br />
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><a name='more'></a></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">II</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Dejó pasar unos días luego que señó la habitación. Cuando llegó el llamado esperado, con la aceptación de sus referencias,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>preparó sus cosas en una pequeña maleta.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se despidió de sus tías con tristeza, sabía que la iban a extrañar. Trató de justificar esa pronta mudanza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“No, tía Cora, es sólo por un tiempo, nomás”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Sí, tía Marta, voy a llamar todos los días”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Prometo venir a visitarlas en cuanto me instale”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Salió perpleja, subiendo al taxi con una extraña sensación de libertad y alivio, mezclada con incertidumbre al sentir que no pertenecía a ningún lugar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Ya dentro del taxi llamó desde su móvil a la encargada, para anunciar su llegada. Cuando arribaron, vio a la mujer canosa, esperándola en el portón de la ochava. Fue una bienvenida cordial y amable, pero igual tenía la sensación que esa señora la estaba “estudiando”. Pagó el taxi dejando una generosa propina para que el buen hombre le subiera la maleta por la escalera sin descanso de más de veinte escalones.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Llegaron hasta es pallier. Impoluto, brillante como un diamante en bruto. Planta a la izquierda, espejo a la derecha, de esos antiguos donde se dejaban el sombrero y el paraguas. El taxista dejó la maleta en el piso y salió sin despedirse, había dejado mal estacionado el auto, pero la propina generosa lo valía.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entraron las mujeres y Carina sintió otra vez ese frío en el estómago.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fueron directo a la puerta de la habitación rentada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El aroma a naftalina y lavanda impregnaba el ambiente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La vieja abrió la ventana sin cortinas y la luz del sol de la mañana inundó el lugar. Un roperito a la izquierda, una cómoda en la pared opuesta a la ventana y una cama de plaza y media de caoba, cubierta con una sábana.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Carina le llamó la atención el empapelado, color lavanda, con pintitas blancas a la manera de pequeñas gaviotas. Caminó hasta la ventana y con asombró pudo ver desde allí la plaza, la iglesia, la confitería.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Del frío en el estómago pasó a un calorcito en el pecho. Parecía casi un hogar. Miró a la vieja pensionista y ésta le sonrió como si entendiera.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Sí, Señorita, sé lo que siente, esta era<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>habitación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando yo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>era<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>jovencita ésta era una esquina de categoría.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>También fue la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>habitación<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>madre,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>incluso de mi abuela.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mansión pertenece<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>familia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aquí<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fui<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muy<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>feliz y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>también<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muy desdichada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En fin. Así es la vida…¿no?”</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Sra, -dijo Carina- a pesar de mis juventud, yo también sé qué es recordar con añoranza momentos más felices.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Creo que ambas compartimos la melancolía de la orfandad, si no me equivoco… contestó la vieja mirándola de soslayo y con ternura.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Es muy probable- contestó Carina bajando la cabeza.- Señora, ¿puedo traer un televisor?- siguió cambiando vertiginosamente de tema.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Sí, ¡cómo no!- Contestó la vieja mientras preparaba la cama, sacando las sábanas y el cubrecamas dentro del viejo roperito. –Por ahora le ofrezco este juego de cama humilde, así como las cortinas de voile que tengo en la baulera abajo. Si prefiere decorar la habitación a su gusto, puedo retirarlas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-No, no! Como Ud. diga está bien. Disculpe, ¿cómo dijo que se llama Sra,?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Sra. no!, Señorita! –contestó con énfasis exagerado- creí habérselo dicho, me llamo Eusebia Gonzalez Garcia del Ponce y Carril.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Guau! ¡Cuánto apellido! – contestó la muchacha.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Seeee, antes era sinónimo de pedigree… ahora es sólo fastidio- contestó con sorna.- A mí me gusta llamarme Eusebia del Carril.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Pues bien, Sra del Carril… me recuerda a Hugo… el actor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Sí, si! Eramos primos hermanos, pero lejanos, apenas lo conocí en mi infancia.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Ja! Ya me lo decía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Bien, Señorita, vamos a la organización del Hotel. Como verá esto funciona como una pensión familiar. Usted paga la habitación y eso incluye desayuno y cena. El desayuno es a las siete y la cena a las ventiuna.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Si le apetece cenar antes o desayunar despues, Ud me da aviso y le dejo preparada una vianda.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En general las personas que viven aquí son mayores, como yo, y por supuesto muchos cenamos a las veinte. Si Ud. prefiere prepararse su propia cena, puede hacerlo en la cocina, que es compartida. Puede utilizar también un estante de la nevera. Sin embargo las reglas son precisas, debe al menos compartir una de las comidas, es para conservar el ambiente familiar. ¿Ud. me entiende verdad?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Si, Señora, claro que la entiendo y estoy agradecida. Me agrada el ambiente familiar…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Bien, ¿existe algún postre que prefiera?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Ah! Sí, recuerdo la crema de sabayón con isla flotante de merengue que hacía mi abuela… contestó sincera y sin prejuicios.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Bien, Señorita, los viernes prepararé ese postre, para acompañar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el caldo de verduras y la tarta de puerros, reemplazando el flan que servía, tiene casi los mismos ingredientes.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Mmm paso con la tarta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span lang="PT-BR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: PT-BR; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">-Ja! Ja! No se preocupe. </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Hago variedades de tartas que conservo en el freezer, podemos reemplazar la suya.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-No hay problema!<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Prefiero comer pan de ayer antes que cocinar.-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Rio contenta Carina, presintiendo una etapa tibia en su vida, con aroma a sopa y tostadas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Srta, espero no se importune por lo que voy a decirle, Ud me recuerda mucho a mí en mi juventud, a mi tampoco me gustaba cocinar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Claro! ¡para qué hacerlo si se vende comida ya hecha! Ja jaja-</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Bueno, la dejo para que pueda desempacar. ¡Hasta mañana! Y ¡Buenas noches!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Buenas Noches!</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"> </span><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">III</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Trató de acomodar su ropa antes de dormir pero no pudo. Estaba muy cansada. Comenzaba a llover otra vez, una tenue brisa entró por la ventana, entornó las persianas y se tendió en la cama aún vestida. Cerró los ojos y entró en un sopor parecido al sueño. Cualquiera que la observara podía afirmar que efectivamente estaba dormida pero los movimientos de los pies y las manos, así como los párpados y la boca, daban al menos una especie de duda, de inquietud. Los cabellos se erizaban por momentos. Todo indicaba que estaba sumida en una pesadilla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por la mañana despertó agitada. Tomó su cuaderno de notas y escribió hasta que se le acalambró la mano. Por indicación de su siquiatra debía describir con detalles sus sueños y este había sido muy particular.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Bajó a desayunar. Era la primera. La Srta. Eusebia se puso muy feliz al ver que la chica nueva era tan madrugadora. La mesa estaba servida para ocho comensales. Carina se sirvió te negro con unas gotas de crema, cuatro tostadas y queso cottage. Se sintió sorprendida al ver un servicio tan ordenado, pero más la animó ver que había cosas de su preferencia. Sin embargo no se percató que la anfitriona había colocado el menú exacto de su desayuno habitual.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Salió a las nueve puntual, luego de tomar una ducha y peinarse de una manera diferente, con el cabello prolijamente recogido, separando algunos mechones sobre su frente y su cara. Caminó hasta Avda. Santa Fe y se decidió por el subte para llegar hasta el Centro. Debía concretar la beca que le otorgara la Academia Francesa, entregando la constancia de su master hecho en París el año anterior y pretendía solicitar otra para el año próximo. Luego de la entrevista, tuvo la certeza de que le iban a negar la segunda beca, o la desestimarían, por no haber presentado la tesis en término.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Embriagada en la más típica de sus melancolías caminó hasta Perú y Avda.de Mayo, siguió hasta el Cabildo y cruzó. La plaza de Mayo estaba atestada de turistas, vendedores ambulantes y gente protestando, además de las molestas palomas. Cruzó hasta la confitería de la esquina y pidió café con un vaso de hielo. Sentada en la vereda norte miraba el sol caer por la calle Hipólito Yrigoyen, detrás del campanario del Cabildo. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con la mirada perdida recordaba los paseos por el Montmatre y la Catedral de Sacre Coeur, de la mano del chico argelino que parecía la encarnación del Mago Baltazar o mejor dicho el hijo del Mago. A diferencia de las otras chicas argentinas no se había entusiasmado con las insulsas pieles lavadas de los franceses y prefirió el chocolate amargo de ese hermoso varón, con quien también compartía el estudio y por eso demorarían tanto en completar la famosa tesis. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando los gemidos dejen de ser guturales o el amor sensual pueda describirse en palabras de diccionario académico, quizás entonces una pareja entre una estudiante argentina y un pasante argelino puedan no demorarse en escribir. El amor no es palabra sino abrazos y piel encendida, miradas tiernas y sonrisas atrevidas. Ningún idioma puede describir el sentir elocuente de dos cuerpos que se funden y sienten que toda la vida habían estado buscándose.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero todo tiene un final, todo termina.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando finalizó el idilio con Aarón pudo dedicarse a la tesis entre lágrimas y suspiros, compadeciéndose de su suerte al enterarse que él se casara con la prometida que su familia había elegido. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Si su tesis hubiera sido de Sociología la habría finalizado en un día. Pero era de Idioma Francés. No podía mezclar las cuestiones religiosas o raciales en un teorema de frases, donde debía analizar el origen de las palabras desde el románico, y no el origen de la lucha por concretar el amor dos personas de diferente estracto social, religioso y racial. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sacudió su cabeza para despabilarse. Ya era tarde y no quería perderse la cena con sus compañeros de pensión. Entró al subte en la estación Catedral y bajó en Bulnes. Salió por Avda. Santa Fe y siguió hasta Avda. Coronel Díaz y Mansilla. Otra vez Paris… esa avenida tranquila y llena de gente tomando algo en la vereda. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Estaba condenada a ser turista en su propio país. Cuando llegó habían casi terminado de cenar. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La Señorita Eusebia la presentó a todos, un grupo de vejetes pálidos y grises, insignificantes, que la miraban de soslayo, como si fuera la aparición misma de la Virgen María en una Sinagoga. Tomó la sopa en silencio, rechazó la tarta, cuando todos iban por el café ella prefirió postre. Hablaron del tiempo y los aumentos, sin contar nada personal. Mejor. A eso de las diez, Carina iba a su dormitorio, con un tazón de leche tibia con miel y canela, que preparó ella misma mientras ayudó a la Srta Eusebia a poner los platos en la lavadora. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entró en su habitación, olía a nardos y fresias. Miró instintivamente hacia la cómoda y vio un pequeño ramillete de esas flores preparado prolija y decorosamente, colocado en un pequeño jarrón azul sobre una carpetita tejida al crochet. Una ráfaga de viento húmedo entró por la ventana y vio las cortinas colocadas primorosamente con un moño azul. Otra vez la lluvia de octubre bañaría sus sueños.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se decidió por el camisón blanco, con mangas. Estaba fresco y quería dormir con la ventana abierta. Notó que las sábanas habían sido cambiadas. El aroma a almidón la invitó a dormir pronto. Apenas apoyó la cabeza en la almohada ya viajaba por los profundos mares de su subconciente. </span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">IV</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A la mañana siguiente escribió en su cuaderno:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Leticia esperaba junto a la ventana a su padre y su hermano. Mientras escuchaba los ruidos que hacía la muchacha en la cocina. El olor a sopa invadía toda la estancia. La entretenía mirar a las Señoras entra a la Iglesia, frente a la plaza. Por primera vez en mucho tiempo pensó en su madre. Su ausencia, el no poder ir a la Iglesia junto con ella como todas las tardes a rezar el Rosario. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Acomodó su tejido sobre la mesita de luz junto al sillón y fue a la biblioteca. Comenzó a elegir un libro para leer en la cena. Era viernes, en unas horas comenzaría el sabbat y a su padre le agradaba que ella leyera en la mesa. A veces, concluyó, vivir entre dos religiones no era tan malo. El Rosario de su madre a las cinco, el Sabbat de su padre los viernes a las siete, con el nacimiento de la primera estrella. Su cultura ecléctica la había llevado a diferentes espacios de la espiritualidad. Su razón la inducía a ciertos grados de indiferencia con la que luchaba siempre en ataques de melancolía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Desde la muerte de su madre había ido a visitar a escondidas a una “medium”. Necesitaba hallar los confines del misterio de lo que llamamos muerte. Demás está decir que estas reuniones extrañas no la habían ayudado demasiado. Todo lo contrario. Durante el sueño se debatía entre los espacios que llamamos vida y muerte, una especie de purgatorio, la antesala del infierno. Imposible hablar de eso con su padre. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A veces, sacaba de su cómoda el rosario que su madre le había regalado y comenzaba con el ritual de la plegaria hasta que llegaban su padre y su hermano del estudio o de la escribanía. El sonido de las herraduras de los caballos golpeteando en los adoquines le anunciaban que debía interrumpir las plegarias e ir a la mesa a encender las velas del candelabro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin embargo esa tarde no llegaron. Esperó hasta las diez de la noche. Se levantó de la cama y fue al living. Sentada en el sillón de tres cuerpos tapizado en pana verde oliva, esperaba. La campana sonó con las diez y media de la noche. Era el Sargento de la Policía. Le anunciaba que fatalmente su padre y su hermano habían sido víctimas de un atentado. No tenían en claro si era un grupo antisemita o anarquista. Le preguntaron si podía ir a la Morgue a reconocer los cuerpos. Su desmayo fue la respuesta. El Sargento llamó a su tío Alberto y ella despertó el sábado llorando.”</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Carina terminó de escribir eso en el cuaderno y quedó mirando el florerito, las flores seguían emitiendo su perfume, aunque algunas estaban ya marchitas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Era sábado. No quiso bajar a desayunar con el grupo. Esperó hasta las nueve y bajó.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando terminó de desayunar le preguntó a la Srta Eusebia si podía hacer un par de llamados. A la respuesta afirmativa se encaramó hacia el pasillo donde estaba la mesita con el teléfono y primero llamó a sus tías para decirles que todo marchaba bien. Luego llamó a su médico. No estaba. Debía concurrir como siempre a la consulta del lunes.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Buscó su riñonera y salió a la calle con ropa deportiva. En vez de hacer su caminata de ejercicio se dirigió hacia la Iglesia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entró y humedeció sus manos en la fuente de mármol. El agua bendita la despabiló. Se arrodilló en un banco y comenzó a rezar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Salió de allí con el alma enriquecida. Había decidido quedarse en Buenos Aires. Compró el periódico matutino con la esperanza de conseguir algún empleo temporario, pues el dinero de la beca se estaba terminando. Regresó a la casa. Subió los veinticinco peldaños y se preguntó cómo la Srta Eusebia no se habría resbalado alguna vez lustrando ese mármol.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Estuvo toda la tarde preparando un curriculum. Debía además guardar todos sus archivos en dvds, pues si no conseguía trabajo pronto vendería el ordenador.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Terminó temprano. En el living estaban todos mirando un partido de tenis en el Lcd. Recordó que debía ir a visitar a sus tías y pedirles el pequeño televisor que había en su cuarto. Fue a la cocina. Estaba la Srta Eusebia preparando sus infinitas tartas. El aroma a cebolla frita y masa horneada se mezclaba con el del cloro de la pileta recién lavada. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Buenas tardes señorita Carina. Puedo ayudarla en algo?- la vieja le hablaba de espaldas, mirandola con el rabillo del ojo, atenta a sus cebollas fritas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¿Puedo quedarme sentada aquí? No me gustan los partidos de tenis.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Ja Ja! Como no! A mí tampoco, sabe. Por eso prefiero adelantar el menú de la semana. ¿Cómo andan sus cosas? Ya se acostumbró a su nuevo cuarto?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Si, gracias por las flores. Me encantan los nardos y las fresias.- Intentó hacer una pregunta. Pero no se animó. (¿cómo era que podría acertar en sus gustos?)</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Imagino que a todas las jovencitas de su edad pueden llegar a gustarles. También eran mis preferidas. Ahora prefiero las calas y las azucenas. También me inclino por las lavandas, que son muy buenas para espantar polillas…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Mi madre ponía lavandas debajo de mi almohada.-interrumpió Carina-</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Sí, mi madre también. Son costumbres, vio?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A Carina le molestaba que la Srta Eusebia terminara casi todas sus frases con una pregunta. Pero se estaba acostumbrando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Si… ¿Le molesta si leo el diario?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-No, no. Yo tengo tanto que hacer. ¿Busca algo en especial? Puedo ayudarla. ¿Sabe?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Estoy buscando un empleo temporario. Por un semestre o un año, mientras espero que me aprueben la beca.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Aja! Si quieres dejarme un curriculum… No te olvides que tengo contactos. Algún estudio o empresa. ¿Cuál es tu formación profesional? – siguió preparando la tarta, llenando un recipiente con toda esa cebolla frita y batiendo seis huevos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¿La ayudo? Me encanta batir a mano… Carina se puso de pie en confianza.- tengo un Master en Idioma Francés. Aquí no me sirve de mucho salvo para trabajar de profesora en una escuela francesa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Bueno, mientras me ayudas con la tarta voy a hacer un llamado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A los diez minutos regresó la anciana, con una sonrisa de oreja a oreja.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Hoy es tu día de suerte! Hablé con un sobrino nieto que tiene un estudio no muy lejos de aquí. Necesita una secretaria temporaria y me dijo que tus conocimientos de idioma le ayudarían, pues tiene varios consorcios con empresas francesas. ¿Te interesa?- preguntó con las manos en el lavatorio.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Seguro! ¡Gracias señorita Eusebia!- La joven abrazó a la vieja con mucho cariño. </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"> </span><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">V</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pasaron cinco meses desde ese episodio. Carina iba y venía con alegría por la casa. Había recibido la aprobación de su tesis. Podía regresar a París el próximo semestre. Fue a la cocina para darle la buena nueva a la Srta. Eusebia. La sorpresa siguió a la compasión al ver a la buena anciana con lágrimas en los ojos. Ambas habían desarrollado un vínculo estrecho. Y la idea de una despedida no le agradaba. Sin embargo, luego de un instante de silencio, se abrazaron, enjugaron sus lágrimas con servilletas de papel y terminaron de preparar las tartas para esa semana.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Era sábado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por la tarde la joven fue a la Iglesia, como siempre a las cinco, a rezar el Rosario. Regresó con la idea de invitar a sus tías para hacer un ágape de despedida el mes entrante.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La vieja recibió la propuesta con tranquilidad, y se dispusieron a planificar el menú. Carina había ahorrado bastante dinero fruto de su trabajo y quería agasajar a sus tías y a la buena señora con abundancia.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Luego que terminaron de hacer la lista de comensales y el menú, la joven decidió ir a su cuarto a dormir un poco. Estaba muy exitada con la noticia, los preparativos de la despedida y su futuro viaje. Tenía muchas ganas de reencontrarse con sus amigas de allá y había perdido el temor y la incertidumbre de pensar en cruzarse con Aarón en la Ciudad Luz. Definitivamente ya no le importaba.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se sacó los zapatos y se tendió en la cama vestida, sólo pretendía dormitar un rato. Comenzaba a llover, los arboles lloraban sus hojas ocre y el cielo tronaba al rato de luminosos destellos. Era<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la primera tormenta que anuncia el otoño.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las cortinas de voile se agitaban y al rato goteaban empapadas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Carina no escuchaba, había comenzado a manifestar ese sopor característico previo a una de sus pesadillas. Su cuerpo se agitaba al son de la tormenta, tenía temblores súbitos y al rato permanecía tendida como una hoja mojada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Doña Eusebia la esperaba para la cena. Pero no apareció.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A la mañana siguiente. Despeinada y con gusto metálico en los labios, la chica se levantó y fue directo a sus cuadernos de anotaciones, que ya sumaban más de diez.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esto fue lo que escribió:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Leticia permanecía aún vestida con sus ropas de duelo. A pesar de haber transcurrido dos años del triste episodio. Se había mudado a la alcoba del tercer piso. Con escaso mobiliario. Las paredes habían sido empapeladas del mismo color que la habitación originaria, pero eran aves grises de bordes dorados sobre fondo bordó. El origen católico de su madre la había llevado a concluir que su duelo debía ser de esos colores dorado y morado. Sus vestidos eran negros, pero había empezado a usar cuellos blancos, que ella misma bordaba o tejía al ganchillo. El resto de la casa había sido alquilado a una buena familia conocida de su tío, quienes habían conservado a la muchacha. Era ésta quien se encargaba de los cuidados de Leticia. Toda su herencia había sido invertida en la salud de la joven. Inernaciones en Institutos especiales en enfermedades emocionales. Médicos, psicoanalistas y psiquiatras. Todo ese dinero dilapidado en evitar que la joven cayera en un estado catatónico producto de su duelo. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La joven había negado toda ayuda religiosa y por supuesto había dejado de visitar a la “medium”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Había desarrollado una enfermiza idea de la fatalidad. Atribuía a un triste destino todas sus desgracias y el dolor y la melancolía habían llegado a un punto tan extremo que en pocos meses sus cabellos negros azabache tornaron en blancos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A ella no le interesaba más su apariencia, sólo conservaba el decoro y la pulcritud extrema. Sus sábanas blancas inmaculadas y almidonadas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un ramito de lavandas siempre debajo de la almohada le permitía honrar a su madre.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sobre la humilde cómoda, apoyaba el candelabro de plata de siete velas, que encendía todos los viernes para honrar a su padre y su hermano.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El único lujo que se permitía era un florerito azul sobre su mesa de luz, donde la muchacha depositaba alguna flor de estación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se negaba a dejar a la vista los retratos de sus padres y su hermano, ni siquiera aceptaba exhibir una imagen propia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por supuesto no quería espejos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Peinaba sus áureos cabellos en una trenza que enroscaba sobre su nuca, atada con unas peinetas de nácar de su abuela. Simplemente esperaba a que llegara la bendita muerte con su sueño dorado, el poder reencontrarse con su familia de una vez.”</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Carina terminó de escribir ese último párrafo con lágrimas en los ojos. Era tan triste eso que soñaba. ¿De dónde sacaría esas imágenes? ¿Por qué ahora que tenía casi conseguido todo lo que añoraba. Ese viaje era lo que más quería.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La Srta Eusebia ya era parte de su familia y a la tía Cora y la tía Marta nunca había dejado de ir a visitarlas. No había interrumpido su terapia y siempre leía esas anotaciones extrañas a las que el médico respondía que se debía a su imaginación frondosa. Debía aprovecharlas para escribir alguna novela.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ese último comentario hasta le había hecho gracia. Ese día había salido de terapia con la idea que sería su penúltima sesión.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Además su viaje inminente interrumpiría el tratamiento por seis meses. Por consejo del terapeuta comenzó a recibir una medicación nueva para el tratamiento de la melancolía y estaba haciendo buen efecto. Ya no añoraba el pasado, ni su amor, había concretado sanamente el duelo por la muerte de sus padres. Por eso aquellas pesadillas se convirtieron en algo extraño a su vida. Eran un misterio. Y estaba próxima a develarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK2"></a><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK1"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK2;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">VI</span></b></span></a><span style="mso-bookmark: OLE_LINK1;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK2;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></span></span></div><span style="mso-bookmark: OLE_LINK2;"></span><span style="mso-bookmark: OLE_LINK1;"></span><br />
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Era la mañana del primero de abril. Una brisa fría la envolvía junto a unas cuantas hojas ocres. Vestida de una manera discreta se dirigía al estudio, donde habría trabajado hasta ese día. Estaba decidida a presentar formalmente su renuncia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Necesitaba algunos días para renovar el pasaporte y la Visa y tenía pensado permanecer con sus tías una semana antes de partir a Francia por segunda vez.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La alegría de los proyectos se sumaba a la tristeza de las despedidas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ese trabajo le había dado muchos beneficios.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El sueldo era suficiente y su jefe un señor muy amable, bastante mayor que ella pero muy elegante.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Alguna que otra vez tuvo la sospecha de que se estaba enamorando silenciosamente de ella. Pero no quería confundir amabilidad con sutilezas de enamorado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Así que no se pudo dejar de sorprender con la invitación a cenar luego que ella le manifestara la renucia formal. “- No puedo dejar de aceptar…” le contestó. A lo cual el respondió: “- Disculpe, pero no entiendo su respuesta, es un sí o un no?” Carina, con una sonrisa le dejó claramente dicho que era un sí.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entonces quedaron para el viernes siguiente. “-Me parece perfecto!-“ respondió ella.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se despidieron.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“¡Vaya!” pensó Carina, lo que tenía escondido el Sr. Perez, del Estudio Peres y Perez! Se preguntó si por fin se animaría a averiguar durante la cena porque el estudio se llamaba así. Sólo se había atrevido a preguntar que cuántos socios eran y él le había dicho risueño que por supuesto eran dos. Luego de ese accidentado comentario no se había decido a averiguar mas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando llegó a la casa, estaban todos listos para cenar. Aprovechaban esa penúltima cena para felicitarla y agradecerle la invitación para el día siguiente. Quienes por educación habían sido invitados a su cena de despedida. Si hasta parecía que se les había ido el tono gris de los rostros agrietado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fueron todos los vejetes a tomar café al living y ella se despidió con su habitual taza de leche tibia con miel y canela. Se excusó con la Srta Eusebia por su cansancio y fue a dormir. Era el último viernes que dormiría allí. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entró a la alcoba casi sonámbula. Preparó su camisón de algodón y franela, porque estaba fresco. Miró hacia la cómoda antes de dormirse y vio un ramito de violetas de los alpes. No estaba el jarroncito. Era una macetita nueva apoyada en una carpetita de plástico. Cuando fue a tomar un sorbo de leche, se asombró al mirar que en la mesita de luz habían colocado la carpetita de crochet y el florerito estaba adornado con pequeñas orquídeas color lila. Eran de cultivo pues no hacía el tiempo tibio necesario para la época. Su corazón dio un vuelco de ternura al pensar que la Srta. Eusebia había colocado esas flores tan caras a modo de despedida. Ya estaba dentro de la cama cuando notó que la ventana estaba abierta. Tuvo pereza de levantarse a cerrarla. No llovía, y ella estaba bien abrigada, sería su despedida del frío abril de Buenos Aires.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se dispuso a dormir. Con la tibieza de la joven alegría de sueños para concretar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">VII</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">A la mañana siguiente, afuera el alboroto de la calle, adentro un cuaderno sobre la cama, donde podía leerse:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">“Leticia seguía con el alma rota. No aceptaba ya consuelo. Hacía dos semanas que permanecía encerrada en su cuarto. Por prescripción psiquiátrica la estaban medicando con unas gotitas de calmante fuertísimo que la muchacha le suministraba dentro de la leche tibia, disimulando el sabor amargo con una cucharada de miel y una ramita de canela. No habían pensado siquiera que esa noche no tomaría la medicación. Luego que escucharon los ruidos y alborotos callejeros, la muchacha subió y comprobó la triste decisión. Hallaron la taza llena en la mesa de luz. ¿quién por descuido había dejado la ventana abierta? No pudieron culpara a nadie. Mucho menos a la muchacha que con tanto esmero la había cuidado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Los titulares vespertinos anunciaron el suicidio con un titular más que espontáneo: “Todo comenzó cuando alguien dejó abierta la ventana”.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Fueron los policías quienes avisaron a la Srta. Eusebia. Una de sus inquilinas se había arrojado por la ventana. La anciana quedó estupefacta. Así como el médico forense, quien no podía comprender cómo la joven presentara el cuerpo tan herido, si se había arrojado desde un primer piso. Todo indicaba heridas por contusiones desde un tercer piso o más.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">La Señorita Eusebia entregó los cuadernos a los investigadores, junto con las pertenencias de la muchacha. Una tristeza extraña la embargaba. No pudo menos que recordar los relatos de su abuela. Aquella familia dueña de la casa donde habían fallecido todos y ella heredara la propiedad junto a los apellidos de la familia.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHTAmlQlh9JWrLbVJ15x5Asmp6wx236BfKvTTur7eZvYdzXyTGEB0HmF8GYDTMuUPq6ZEQH5F_MnZfj_3m2vY-qoNDOXwXOB4Qci3vSaFJ-7T2-onU8jqrc4smKrOsQCYmdbURAq55fww/s1600/10+La+alcoba+del+tercer+piso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHTAmlQlh9JWrLbVJ15x5Asmp6wx236BfKvTTur7eZvYdzXyTGEB0HmF8GYDTMuUPq6ZEQH5F_MnZfj_3m2vY-qoNDOXwXOB4Qci3vSaFJ-7T2-onU8jqrc4smKrOsQCYmdbURAq55fww/s400/10+La+alcoba+del+tercer+piso.jpg" width="317" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 1em 0px 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Bodoni MT Condensed"; font-size: 18pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;">Todo comenzó cuando alguien dejó la ventana abierta</span></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-5241793549705161772012-01-17T04:28:00.000-08:002012-02-03T16:38:45.464-08:00LAS SIETE SILLAS<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK9"></a><span lang="ES" style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial", "sans-serif"; font-size: 28pt;">Presenta</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">LOS MISTERIOS</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">DEL SEÑOR</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">BURDICK</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt;">LAS SIETE SILLAS</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><stroke joinstyle="miter"></stroke><formulas><f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"></f><f eqn="sum @0 1 0"></f><f eqn="sum 0 0 @1"></f><f eqn="prod @2 1 2"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @0 0 1"></f><f eqn="prod @6 1 2"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"></f><f eqn="sum @8 21600 0"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @10 21600 0"></f></formulas><path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"></path><lock aspectratio="t" v:ext="edit"></lock></shapetype></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9_zilCs9qoWy8ATgfIx_Oh___kLrN-kqbl1KAf-KDsbuNzcp3byl3F_zS99fT53pOpmPr8-YJzn46ECjEdBqAM6ibiuoDsSz_eMuUp6pvH8F9SaWDSCjTagnxWDJU_2z5wdbVWgIMTic/s1600/09+Las+siete+sillas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" kba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9_zilCs9qoWy8ATgfIx_Oh___kLrN-kqbl1KAf-KDsbuNzcp3byl3F_zS99fT53pOpmPr8-YJzn46ECjEdBqAM6ibiuoDsSz_eMuUp6pvH8F9SaWDSCjTagnxWDJU_2z5wdbVWgIMTic/s400/09+Las+siete+sillas.jpg" width="315" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt;">La quinta silla apareció en Francia</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt;">Escrito por Bibiana Pacilio</span></div><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">El Viaje</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">N</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">o se por qué habíamos decidido ir a la Bretaña francesa. La excusa de recorrer en moto el país, me llevaba irremediablemente a un solo lugar, a ese sueño que durante tanto tiempo había acariciado: Una noche en París. Pero Román con la guía del Lonely Planet “Bretaña-Normandía” ya en sus manos, intentó como siempre torcer mi vocación de cinéfila empedernida y a cambió de su compañía, de cielos estrellados, transpiradas aventuras y la promesa de dejar para un final feliz la ciudad del amor, me convenció.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">A cielo abierto iniciamos el viaje por la ruta de los castillos. Dejamos al viento, a la lluvia, al sol, ser parte de cada gesto, de cada asombro y sin detenernos me detengo, mientras la marea hace lo suyo y yo interrumpo este diario de viaje para cumplir mi sueño: el que nunca había soñado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">¿Cómo pude perder de vista a Román? No lo se. Tampoco cuando le solté la mano entre la muchedumbre de turistas y peregrinos, después de saborear aquel helado de caramelo y mantequilla salada que nunca voy a olvidar. La ciudadela entonces se convirtió en un laberinto y por un momento imaginé que un caballero ataviado con armadura, a lomo de caballo, aparecía detrás de una esquina para salvarme del vértigo que me producían aquellas calles del Monte Saint Michel.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">La memoria nunca fue mi mejor virtud, sin embargo, mientras me adueñaba de cada parte de ese inusual paisaje, lo reconocía como si siempre hubiera estado allí, como si una fuerza extraña se hiciera cargo de cada uno de mis movimientos y me condujera hasta ese hombre que aparecido de la nada, me sujetó por la cintura y medio volando, medio a la rastra, me transportó por las escaleras que conducían a la Abadía.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">— ¿Dónde estabas Adonia? ¡Cuántas veces te pedí que no te alejes! ¿Acaso no puedes comprender que debemos estar cerca? —me dijo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">No tuve fuerzas para preguntarle por qué me llamaba Adonia. Seguramente me confundía con otra, pero el brillo de sus ojos azules era tan intenso que cuando liberó su cabeza de esa extraña capucha que la cubría, tampoco pude negarme a guardar en los míos, el rostro más hermoso que jamás haya visto. Me dejé conducir. Pero esta vez sin pensar en Román ni en mi nombre de pila.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Entramos en una nave románica, simple, austera. Los muros de piedra, entre el cielo y la tierra, respiraban góticas plegarias, tan húmedas como nuestros cuerpos, tan silenciosas como el incesante jadeo que insinuante, asomaba su desvelo sobre el granito rojo de las columnas en fila.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">André, así se llamaba él, encontró nuestro claustro secreto en un rincón solitario, sobre el piso frío que se acomodaba a las formas de nuestros cuerpos desnudos. Creo que allí, entre su lengua sedienta y la prepotencia de sus caricias, me entregué obediente a mi nueva vida de religiosa. El hechizo del tiempo hizo el resto.</span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">El Claustro</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">D</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">urante un tiempo mi vida se convirtió en un péndulo que se movía sin cesar entre los encuentros clandestinos con André y las obligaciones religiosas, que poco a poco, me hicieron olvidar mi falta de fe y encontrar en las oraciones, un refugio peregrino a las contradicciones de mi nueva vida. Cada puerta, cada rincón de aquel mágico lugar se convertían en un hechizo para mis pasos, que se adelantaban al sol para ganarle a los días el trofeo del asombro. Las noches, en cambio, eran propiedad de mi hacedor, capaz de controlar las mareas de mi cuerpo atrayendo no solo tempestades, también la avenencia de saciar la lujuria contenida en la playa somnolienta de su cuerpo. Llegué a pensar en medio de nuestros apasionados encuentros que el mismo Arcángel San Miguel había bajado a la tierra para apagar el fuego con sus labios, coronando aquellos instantes de gloria infinita y temí, después de cada entrega, que Adonia regresara para exiliar mis gemidos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">La cocina donde pasaba la mayor parte del tiempo cuando no estaba con André, era uno de los lugares más alegres de la Abadía, la ventanas abiertas al tornadizo paisaje del afuera, adobaban los olores del pan recién horneado con un enjambre de perfumes invisibles y la música… Allí, hasta el silencio se deslizaba por nuestras gargantas como si un coro de ángeles delineara en cada nota la misión de nuestros labios. Será por eso que los monjes elevaban sus ojos al cielo al saborear el primer bocado del día. Mi especialidad eran los pastelillos de queso de cabra que se “multiplicaban” sin que yo me diera cuenta, llenando las bocas de esos sabios hombres de disímiles tormentos, como si las formas femeninas se hubieran adueñado de la masa para inflar y desinflar sus instintos antes de ser tragados para siempre. Me acostumbré a reservar algunos, esconderlos bajo mi hábito hasta que la noche y el vino dulce los disolvieran en la boca de mi amante.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">Las otras</span><span lang="ES" style="font-size: 36pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">É</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">ramos siete. Consagradas a Dios y a los hombres. Atentas a la mirada esquiva de los Clérigos, entregadas a una voluntad divina que no necesitaba preguntas ni respuestas. Siete mujeres que en lo alto de una torre, tan cerca del cielo y en silencio, clamaban por ser reconocidas en un mundo de abigarrados muros. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Amanda organizaba la cocina, sus años y la grasa adherida a su cuerpo como un trofeo, la habían convertido en toda una leyenda. Dicen que cuando su madre embarazada se dirigía al Monte agobiada por los dolores de parto, la dieron por muerta al crecer la marea y cubrir el camino de arena pero cuando las aguas volvieron a bajar, la misma mujer apareció con su hija en brazos y en agradecimiento a los ángeles que la habían salvado, la ofrendó al santo. Ella solo sonreía al escuchar su historia de los labios de las otras monjas. Sonreía y saboreaba con compulsivo placer cada alimento que llegaba hasta sus manos. “Alimento de Dios” decía cuando alguna mirada inquisidora se posaba sobre su abultado abdomen. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Tarde algún tiempo en conocer a Anne, la más pequeña de todas. “¿Dónde está Anne?” “¿Dónde se metió esta vez?” se escuchaba en la cocina hasta que una sombra aparecía desde cualquier rincón con los ojos pegados y el respirar fatigoso. Sus siestas eran interminables. Aprendí a tocarle la mejilla suavemente para no sobresaltarla en tiempos de oraciones. A cubrirla con alguna manta cuando elegía dormir debajo de las largas mesadas y me pregunté muchas veces cuáles serían sus sueños para buscarlos incesantemente con los ojos cerrados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Ágata era la encargada de proveer los alimentos que nosotras cocinábamos y los monjes codiciaban. Ninguna de nosotras hubiera podido ocupar su lugar. Ella sabía dónde y cómo conseguir los mejores cultivos, la mejor leche pero también y esta era su mejor “virtud” cómo almacenarlos por largo tiempo. Pedirle diez kilos de harina significaba obtener cinco. Nunca supimos que hacía con el sobrante pero nunca nadie la vio hacer alguna obra de caridad en el pueblo y en varias ocasiones un olor nauseabundo emanaba desde los respiraderos del almacén.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">A Ornela la vi pocas veces y de no ser por mis súplicas, André jamás me hubiera permitido conocer ese recinto privado: La biblioteca era un lugar prohibido por las ordenanzas del Abad, únicamente tenían acceso a ella el bibliotecario, que ejercía la función de censor y los monjes especialistas en griego, árabe, retórica, copistas, iluministas etc. Guardaba un tesoro extraordinariamente rico de libros inaccesibles de todo tipo, origen e ideología y es por eso que en medio de esa lucha sorda por el poder del conocimiento, la presencia de “una monja” entre ellos era considerado como el maleficio de una bruja, contra el que tenían que luchar día a día. Sin embargo, Ornela ocupaba su lugar de ayudante del bibliotecario, lugar que se había ganado gracias a su memoria prodigiosa, su poder de observación y sus artes entre las sábanas del abad.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">No puedo precisar si mi antipatía por ella nació antes o después de las miradas de desprecio de los otros, pero en ese estado ambiguo en el que me encontraba, los silencios cobraban en mí una fuerza animal que me permitían distinguir a mi enemigo a miles de kilómetros de distancia. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Los ojos de Clarise parecían bengalas que se dirigían de abajo hacia arriba con una rapidez imposible de reproducir. Buscaba el cabello que se escapaba sigiloso, la sonrisa dibujada entre los dientes, el claro-oscuro de los contornos. Buscaba en cada gesto, en cada sonido en cada piel, aquel anhelo de ser el otro. Y fue la única que al verme enredada entre los brazos de André, emitiendo un suspiro de color verde, codició mil lugar de pecadora de la carne.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Con Greta, y la dejo para el final por una razón especial, nunca tuve encanto ni aversión, a pesar de las advertencias recibidas sobre su ira encarnizada, su mal genio había pasado sin sobresaltos por mi vida en el monasterio hasta que ocurrió lo que voy a relatarles.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Nunca supe que me seguía, tampoco intuí que sus inocentes caricias fueran algo más que una muestra del afecto que todas nos prodigábamos. Greta cortaba mis flores preferidas del jardín y llenaba la cocina con ellas, halagaba como nadie mis pasteles, y hasta se ofrecía para lavar mis pies con agua de azahar cuando las ampollas brotaban como lágrimas de mis ojos. Alguna vez hasta me dormí en su regazo y soñé con Adela, esa hermana que en otro tiempo se había convertido en la madre que habíamos perdido desde niñas. La quise desde el primer momento cuando aún mi mirada se perdía entre las puertas entreabiertas de la Abadía.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"> Aquel día no me gustó demasiado que André tuviera que cumplir un encargo importante para el Abad. No podía concebir ni una noche sin sentir sus manos ardientes en mi cuerpo pero la tristeza de sus ojos al tener que separarnos durante esas pocas horas, me hizo prometerle que aquella noche seguiría amándolo aún en la distancia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Nunca había participado de esa especie de ceremonia nocturna entre las monjas, donde después de las oraciones, cambiábamos nuestras ropas por unas túnicas blancas que dejaban al descubierto nuestra desnudez y en fila, como un ejército de ángeles, nos dirigíamos cada una hacia nuestros claustros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Pensé que era el viento el que sigiloso se coló por la puerta y destapó mis sábanas. Sin abrir los ojos imaginé que las manos de André se habían escapado de su cuerpo para no dejarme sola. Con el corazón latiendo en la oscuridad dispuesta a la entrega, rocé sus labios con mis dedos y fue en ese instante cuando el cuerpo de Greta se abalanzó contra el mío en una salvaje y prepotente batalla, que entre gritos ahogados y esfuerzos por escapar de sus garras, me dejaron las marcas que solo una mujer es capaz de tatuar con su ira en el cuerpo de otra.</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">La traición</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">C</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">uando el temor se hace más grande que la necesidad, las batallas que nos acechan dejan de lado la razón para encerrarse entre sus muros, esos, que los hombres habían construido en el principio de todos los tiempos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Llegamos a pensar que las alas del arcángel nos habían traicionado, cuando aquella mañana, sin testigos, nos llevaron a todas por un camino subterráneo hacia una celda de castigo. Ninguna de nosotras emitía más palabras que el asombro y ninguno de nuestros guardias dejaban al descubierto algún gesto que diera luz a tal proceder. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Las palabras de André se repetían en mi mente como un presagio “Se vienen tiempos difíciles”, “Debemos ser fuertes”. ¿Acaso no lo éramos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Durante tres días y tres noches las oraciones desfilaron por nuestro cautiverio en medio de silencios y miradas clandestinas, hasta que el encierro comenzó a carcomer la pureza de nuestras vestiduras, dejando al descubierto la naturaleza de nuestras propias miserias.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Extrañamente a lo que todas reflejaban en sus rostros, yo no sentía miedo aunque necesitaba la cercanía de André, aquellas horas de incertidumbre continuaban, como en las cuentas de un rosario, mi camino de ascensión hacia algún lugar. Supe entonces que Adonia estaba ahí, para convertirse en las otras y contar la historia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Mientras Anne dormía ausente en mi regazo, Amanda masticaba el moho de las paredes con deleite. Sabía que Ágata llevaba bajo su pollera los trozos de pan que durante los primeros días algunas nos habíamos negado a comer, pero hubiera sido en vano exigirle la generosidad de la entrega. Los había guardado solo para ella. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Esta vez las lágrimas verdes de Clarise fueron suyas, a pesar de la sonrisa socarrona de Ornela que intentaba reflejar sin éxito en su cara. Ya no necesitaba ser como ninguna de nosotras. Los pájaros eran su desvelo. Si hubiera podido tener alas… Si hubiera podido ser ellos…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Aunque había evitado acercarme a Greta desde aquel suceso, intenté detener los golpes y los gritos con los que creía defendernos a todas, sin conseguir calmar el odio que el encierro le provocaba. Fue entonces cuando las rejas se abrieron de nuevo y fuimos conducidas por ellos hacia un recinto donde cada una ocupó una silla. Íbamos a ser juzgadas.</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">La quinta silla</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">L</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">os ojos del Abad se posaron en cada una las sillas, que dispuestas en fila se elevaban del piso para que los monjes allí reunidos pudieran vernos. Los míos, lo buscaban a él. Pero André, sus ojos infinitamente azules, sus labios de miel, su cuerpo vigoroso… No estaba ahí</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Nos ataron las piernas y después de explicarnos que cualquier palabra que saliera de nuestras bocas en ese momento nos conduciría directamente a la tortura, uno de los monjes que constituía el tribunal inició de manera intermitente y contradictoria la lectura de nuestras conductas pecaminosas. Una a una, acusadas de herejes íbamos siendo recorridas, como si algún intruso hubiera anidado en nuestros cuerpos para por fin aniquilarnos. Lo imaginé traicionando nuestro amor, quemándose en la hoguera pero cuando la voz de Ornela se alzó colmada de furia, supe que había sido ella. ¿Quién más idónea y honesta? ¿Quién usaría las almohadas del Abad, cegada en su soberbia, para jurar en contra de estas humildes siervas? Fue sin embargo la primera silla que desapareció rumbo a la hoguera y por esta única vez sentí lástima por ella.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Anne envuelta en sus sueños no se dio cuenta que la muerte era por fin su refugio. Oré por su alma, mientras varios hombres, se encargaban de llevar el pesado cuerpo de Amanda a la rastra, y las manos de Greta, la próxima, me acariciaron al pasar por última vez. Entonces lo vi, detrás de una columna, escondido como una rata a punto de escapar del peor de los naufragios, con el rostro cubierto por el miedo, los labios arenosos y el barro de su cobardía cubriéndole la piel. No tuve tiempo, pero aunque ninguna palabra hubiera transformado mi dolor, mis labios ya resecos le dijeron adiós.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Las campanas del Monte sonaron, los hombres se acercaron, sostuvieron la silla, se doblaron, apretaron con fuerza, maniataron y cuando estuvieron seguros de ejercer su poderío elevaron a un centímetro del piso mis temblores, como si en ese acto de potestad absoluta lavaran sus propias culpas. Pero no tuvieron tiempo, porque en el mismo instante que intentaban trasladarme la madera adquirió un tono rojizo y sus manos se abrieron sin poder soportar el ardor que de ella emanaba. Sin embargo no caí, porque ante los ojos pasmados de todos, las ventanas se abrieron de par en par y mi silla alzo vuelo, al principio rasante para perderse luego rumbo al mar.</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">Despertares</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">A</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">brí los ojos y el blanco de las paredes me obligó a cerrarlos otra vez, mis piernas seguían atadas pero alguien humedecía mis labios resecos y un extraño sonido metálico se había adueñado de mi silencio.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">—André ¿Dónde estás amor? André…André…</span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">—</span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">La voz de mi hermana despegó las últimas lágrimas de sal que invadían mi congoja, sentí la piel otra vez en sus caricias y desperté por fin...</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Cuando pude incorporarme me trasladaron a una habitación que daba al jardín de esa Clínica privada de París, donde me encontraba desde hacia largo tiempo. Al principio Adela evitaba mis preguntas pero una mañana se sentó al borde de mi cama y me habló del accidente, la moto volando por el aire antes de llegar a Saint Michel, la búsqueda, las aguas, las arenas movedizas y la muerte de Román</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Me había salvado milagrosamente, en pocos días abandonaría Paris, el destino final de mi viaje y a pesar de la tristeza que me embargaba, sentía algo dentro de mí que me impedía alejarme de Francia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Fue esa última noche, cuando le pedí a mi hermana que cenara fuera, ya que no se había movido de mi lado desde el accidente. En realidad necesitaba estar sola, pensar en Román y desterrar de mi mente esos agujeros oscuros que se abrían y cerraban. Necesitaba volver a encontrar la paz cuando la puerta se abrió y mi primer impulso fue pedir no ser molestada pero el hombre de traje verde encendió la luz y se acercó sin embargo hasta mi cama.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">—</span><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Vengo a despedirme — dijo mientras sus ojos azules traían el mar hasta los míos— Soy el Dr. André Foumier, el residente que te recibió en la Clínica y me alegra que todo haya salido bien.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">— André…Volviste. — Le tomé la mano con todas mis fuerzas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">— Desde que llegaste repetiste mi nombre y me pregunté quién sería ese otro André que tus labios no dejaban de llamar pero no quiero que pienses en nada ahora, solo vine a traerte esto — me dijo dulcemente mientras ponía en mis manos una pedazo de papel.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">Cuando se alejó, la estampa con la figura del Arcángel San Miguel quemaba en mis manos mientras a lo lejos entre voces celestiales se escuchaba:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">“Peregrino, siembra tu sueño</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">a mis pies, en mi orilla</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">allí donde el mar se hace dueño</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt;">aquí donde mi luna brilla…”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">FIN </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-61282025327803488392012-01-10T05:14:00.000-08:002012-02-03T16:39:33.454-08:00LA BIBLIOTECA DEL SEÑOR LINDEN<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 28pt;">Presenta</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 28pt;">LOS MISTERIOS </span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 28pt;">DEL SEÑOR BURDICK</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt;">LA BIBLIOTECA DEL SR. LINDEN</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzRHp4CtmYIW33S5rgDKjQErc11xHHYVwK9DP0cyoxlj4zVABOlN51nL9pK0CuExW-i8xPBA4ZQPyqy6vfqfepNFEThmN8Smu7hr6WjTHzKulhYXG8eEaB38PXC79EZJJGwrO5nDv0Hc0/s1600/08+La+biblioteca+del+se%252B%25C2%25A6or+Linden.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzRHp4CtmYIW33S5rgDKjQErc11xHHYVwK9DP0cyoxlj4zVABOlN51nL9pK0CuExW-i8xPBA4ZQPyqy6vfqfepNFEThmN8Smu7hr6WjTHzKulhYXG8eEaB38PXC79EZJJGwrO5nDv0Hc0/s400/08+La+biblioteca+del+se%252B%25C2%25A6or+Linden.jpg" width="326" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Bodoni MT Condensed"; font-size: 18pt;">El la había prevenido sobre el libro.<br />
Ahora era demasiado tarde</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span style="font-family: Jokerman; font-size: 24pt;">Escrito por </span><br />
<span style="font-family: Jokerman; font-size: 24pt;">José Luis Bethancourt</span></div><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"></span></span><br />
<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"></span></span></span></span></span></span> <br />
<div align="center" style="text-align: center;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">1</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK2"></a><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">A</span></span></strong><span style="font-size: 14pt;">penas medio millar de personas daban vida al tranquilo pueblo de Linden, llamado así en honor a sus fundadores, ubicado al sur de Wisconsin. Los largos inviernos marcaron el carácter particularmente sedentario, orientado a actividades alejadas del aire libre, a no ser por los típicos cazadores de ciervos o pescadores de truchas que recorrían cada temporada las pocas tiendas del centro para aprovisionarse.</span><span style="font-size: 14pt;">Muy lejos de ese pasajero bullicio de temporada, en el extremo de la calle principal que daba al norte, se alzaba una gran mansión de estilo victoriano donde vivió casi completamente recluido el matrimonio.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Las ancianas que se reunían algunas tardes en el Salón de Té de Rosemary siempre recordaban las épocas felices en que asistían a las fiestas de sábado en la mansión Linden. No hubo un solo fin de semana sin baile, comida y bebida en el amplio salón adornado con tapices e iluminado con una majestuosa araña de cristal. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Pero esas fiestas terminaron abruptamente cuando el joven Stephan Linden, último descendiente de la familia, decidió alistarse en el ejército a la edad de 19 años. Luego de su partida el gran salón fue remodelado para convertirse en Biblioteca.. Los tapices se reemplazaron por decenas de estantes de caoba y la hermosa araña central por grandes lámparas de pie que difuminaban la luz.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">El apenado matrimonio cerró más de la mitad de las habitaciones confiando el cuidado de la mansión a la fiel ama de llaves Emma y dos mucamas que se alternaban la responsabilidad de atender la cocina además de la limpieza diaria de los ambientes en uso.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Libros de todo tamaño y origen pronto fueron llenando las estanterías sin orden o clasificación aparente. La excepción a este caos era la sección de pared que iba desde el gran ventanal al hogar de piedra. Allí los espacios estaban bien delimitados por el tamaño de los volúmenes, el color de la tapa y el material de la encuadernación.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Cada semana un mensajero diferente traía una caja conteniendo libros y una nota del joven soldado que siempre contenía el mismo texto. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estos ejemplares son extraordinarios y les encomiendo la guarda hasta mi regreso. Solo cuando esto ocurra podrán ser leídos sin peligro, ya que tengo en mi poder el secreto de su magia</i>”. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Con el correr del tiempo la colección se fue acrecentando, ocupando otra pared de la Biblioteca, siempre custodiada fielmente por el Sr. y <personname productid="la Sra. Linden" w:st="on">la Sra. Linden</personname> hasta el día que la muerte los llevó tomados de la mano en medio de la mayor tormenta de nieve del siglo en aquel Condado. En aquel tiempo la fiel Emma se constituyó en guardiana de la casa, sus recuerdos y los libros que habían llegando semana a semana.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">El día del funeral todo el pueblo estuvo presente. A pesar de ser los vecinos más alejados sus constantes obras de bien los mantuvo cerca de todos. Solo faltaba en ese doloroso momento el hijo que había partido al extranjero quince años atrás sin que las muchas diligencias lograran dar con su paradero. Se comentaba por lo bajo la ingratitud de aquel joven cuya ausencia había instalado la nostalgia en el rostro de sus ancianos padres.</span></div><a name='more'></a><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div style="text-align: center; text-indent: 35.45pt;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">2</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">E</span></span></strong><span style="font-size: 14pt;">n la siguiente semana de las exequias Emma esperaba la visita del mensajero, esperanzada que en esta oportunidad traería algún indicio del paradero del Sr. Linden. Pero no hubo mensajero ni libros. Tampoco la otra semana, ni la otra, ni el mes siguiente.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Al terminar la primavera el correo regular trajo un sobre lacrado a su nombre remitido por una firma de abogados de Boston. El mismo contenía el libro más extraño que hubiera visto en su vida, acompañando una carta de varias páginas donde Stephan. Linden develaba su paradero, sus aventuras, amores, desamores, su matrimonio, el nacimiento de Melody, la partida sin retorno de su esposa y la última expedición emprendida de la cual estaba seguro que no iba a volver.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">El corazón bondadoso de la fiel ama de llaves se llenó de amor maternal por este hombre y por la niña que ya era casi adolescente al ir leyendo la fascinante historia Fue grande su sorpresa cuando en la última página es designada albacea de todos los bienes y tutora de la joven, a quien conocería el año entrante. Sin embargo supo que tenía la resolución y la fuerza de espíritu necesaria para cumplir ese pedido en agradecimiento por esa familia que la trato como si fuera parte de ella.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Más tarde se dedicó a inspeccionar el libro que acompañaba la carta. Era un volumen de unas quinientas hojas mas o menos, contenidas entre tapas de un material semirígido que tenía aspecto de madera pero textura de algo parecido a cuero. Una variedad de colores tornasolados se fundían en el extravagante símbolo labrado en ambas caras de la tapa y la contratapa. Cabezas y extremidades de seres mitológicos estaban entrelazados con lianas, hojas y flores de incierta procedencia. Su escritura no era nada convencional. Una letra caligráfica muy pequeña llenaba la hoja desde el centro siguiendo un círculo continuo hasta formar un apretado espiral. La tinta era de tonos rojizos y azules. Eran trazos tan perfectos, tan regulares en intensidad que no se podía distinguir la diferencia de presión de la tinta sobre el papel al recargar la pluma o cambiar de color.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">En la primera página, escrita con gruesas letras negras de estilo gótico se podía leer esta advertencia. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Este libro contiene la clave para descifrar misterios oscuros o revelar verdades curadoras. Cada página incluye información referente a los Mil y un libros cuya colección precede a este. Las páginas pares detallan como extraer lo bueno de cada libro, y las páginas impares nos cuentan de la maldad que se puede hallar en ellos. No debe ser leído sin llevar puesto <personname productid="la Medalla" w:st="on">la Medalla</personname> de Sabiduría que será entregada a su guardián. El hacerlo podría traer nefastas consecuencias al que pase por alto esta advertencia y a quienes lo acompañen.”</i>.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Emma sintió un escalofrío recorriendo su espalda junto con un extraño ardor en las manos. Con un grito dejó caer el libro cerrándolo con la punta del pie. Luego lo metió apresuradamente en el sobre donde vino y decidió emprender cuanto antes el viaje a Boston para hacer los arreglos pertinentes a fin de traer a la niña a casa en enero.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Con las primeras nevadas llegó el tiempo de partir. Desde aquella travesía que comenzó en su Londres natal Emma no había emprendido otro viaje tan largo y lleno de inquietud por el porvenir. Sin embargo la cálida recepción acompañada del tono amable y seguro de los abogados la tranquilizaron por el momento. Todos los detalles en cuanto a administración del legado del Sr. Linden estaban perfectamente ordenado. Para alguien acostumbrado tantos años a administrar una casa tan grande no le sería difícil la tarea.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Melody resultó ser absolutamente encantadora. A pesar de contar con apenas once años se desenvolvía con aire de autosuficiencia. Miraba directo a los ojos y tenía una sonrisa muy dulce. Pero no podría decirse que era alguien fácil de manejar ya que sabía muy bien lo que quería y un carácter firme para respaldar sus opiniones. Hablaba español, alemán, ruso, portugués más una veintena de dialectos de Asia, África y Oriente, junto con el inglés, lo cual era herencia de su padre a quien acompañó en varios de sus viajes. Por esta razón también su conocimiento de mundo era muy amplio. También su pasión por la lectura había acrecentado su saber al mismo ritmo que su curiosidad.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Emma tuvo que poner a prueba sus dotes directivas porque, a pesar de las apariencias, Melody todavía era una niña frágil e inexperta proclive a decir cosas inapropiadas o husmear en lugares y asuntos que no eran de su incumbencia. Algo que se notó pronto en un pueblo tan pequeño y de normas estrictas donde no se veía con buenos ojos a alguien de “espíritu demasiado liberal”, como solían decir.</span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">3</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">—</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">C</span></b></span><span style="font-size: 14pt;">omo notarás querida, a pesar de que en el mundo se habla de que esta es una nación que pregona la libertad, en pueblos como éste hay un cierto apego a normas y protocolos sociales.—dijo la anciana como introducción a su pequeño discurso sobre lo permitido y lo correcto en esta nueva vida para la joven—, Aquí en la casa también hay normas sencillas de cumplir para que la convivencia sea agradable. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Lo he notado —respondió Melody con un dejo burlón—, hay un espíritu algo primitivo en este lugar olvidado por Dios y por el Diablo. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Te agradecería que no hables en ese tono. Puedes tener una actitud un poco más comprensiva —contestó la anciana con dulzura.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Puedo intentarlo —dijo la joven</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Podríamos llegar a un acuerdo que nos ayude a las dos a obtener lo que queremos —continuó la anciana—, simplemente déjame saber tus planes, donde estarás respetando los horarios de las comidas, de acostarse y levantarse.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¿Eso nada más? — preguntó Melody con cierta decepción.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Hay otra cosa importante— se apresuró a decir Emma —, sobre la biblioteca... </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¡Es fascinante! —Exclamó entusiasmada Melody— ¿Qué hay con ella?</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Tu padre dejó instrucciones expresas de no leer ciertos libros sin tomar algunos recaudos —dijo la anciana mientras abría con una llave que colgaba del cuello el cajón de su escritorio sacando una caja de madera—, por lo cual creo que es mi responsabilidad que sepas de que se trata ya que tienes suficiente edad para comprenderlo.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Eso le gustó a Melody porque su padre también le hacía saber todo lo importante y confiaba en ella. Lo echaba mucho de menos a pesar de que Emma le caía bien hasta el grado de tenerle cariño.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">La tutora tomó el libro y leyó la primera página. La expresión de asombro en el rostro de la joven era imposible de disimular. Reconoció el dibujo de la tapa. Ese era el único libro que su padre nunca le había permitido ni siquiera tocar, del cuál siempre le advirtió que no podría verlo hasta su décimo quinto cumpleaños. Un intenso brillo iluminó su mirada cuando <personname productid="la Medalla" w:st="on">la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Medalla</i></personname><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> de <personname productid="la Sabiduría" w:st="on">la Sabiduría</personname></i> fue mencionada. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Mi padre sabía muchas cosas además de ser muy valiente. Si dejó esas instrucciones seguro que lo hizo sabiendo lo que decía—, dijo Melody con voz muy convincente, sin agregar nada más y tranquilizando así a la anciana. Pero en su corazón se alojó el irrefrenable deseo de apoderarse de esa medalla y conocer los secretos oscuros de los Mil y un libros.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">A la mañana siguiente esperó que Emma fuera a hacer las compras a la tienda principal para visitar la biblioteca. Era su oportunidad porque la mujer demoraría mas de lo acostumbrado comprando obsequios y otros preparativos para la celebración de su cumpleaños. Quería que fuera un secreto para la niña pero las mucamas no fueron muy discretas.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Comenzando por los estantes más próximos a la chimenea fue recorriendo los lomos notando los títulos curiosos de muchos de aquellos ejemplares. Les resultaban familiares pero extraños al mismo tiempo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Alicia y los siete enanitos”, “Cenicienta y el lobo”, “Gulliver el marino”, “La habichuela en la piedra”, “La vuelta al mundo en tres cerditos”, “El patito de plomo”, “El flautista valiente”, “El traje nuevo de Simbad”, “El soldadito y el diablo”</i>, y muchos más por el estilo</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Estaba embelesada en esta tarea cuando de repente se acordó cuál fue el propósito que la llevó hasta <personname productid="la Biblioteca" w:st="on">la Biblioteca</personname>: encontrar la Medalla. No era un asunto sencillo de resolver pero contaba gran poder de observación acompañado de extraordinaria memoria.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Un detalle que a otros les hubiera desapercibido era que cada lomo poseía un pequeño símbolo. Había una decena de ellos, repetidos un centenar de veces lo que hacía un total de mil símbolos agrupando diez categorías de temas. Pero había solo un volumen con una marca diferente a todos pero idéntica a la que estaba labrada en la medalla y el anillo que portaba ella en su mano derecha. </span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">4</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">S</span></span></strong><span style="font-family: "Calibri", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">e percató de la similitud entre los símbolos en ese momento sin lograr deducir a que se debía. Por lo pronto se apresuró a salir de la Biblioteca antes que Emma regresara y pasó todo el día pensando en dónde podría estar guardada la Medalla. Esa noche bajó sigilosamente a la biblioteca. Tomó el único ejemplar con una marca distinta sintiéndolo muy liviano para su tamaño. Al abrirlo notó que en realidad era una caja. Contenía una hoja de papel amarillenta con su nombre en el doblez externo y un compartimiento en cuya tapa estaba tallado el mismo símbolo de su anillo.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Su corazón latió mas aprisa al reconocer la letra de su padre. Con ansiedad desdobló la hoja leyendo: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mi adorada Melody, si estás leyendo esta nota es porque no estamos juntos y tienes acceso a los Mil y un libros, mi colección especial. Éste contiene la clave para poder hacer uso de ellos. Usa tu anillo para abrir el compartimiento de la caja y encontrarás <personname productid="la Medalla" w:st="on">la Medalla</personname> de <personname productid="la Sabiduría. Pero" w:st="on">la Sabiduría. Pero</personname> presta atención a la advertencia que contiene al principio. Nadie más debe tener acceso al libro, y ninguno de la colección debe salir jamás de la biblioteca. Las fuerzas que están en juego son muy poderosas. De esto dependerá tu vida y la mía</i>.”</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Estas últimas palabras la aturdieron. ¿Cabía la posibilidad que su padre estuviera vivo? Habían pasado quince meses desde su desaparición sin que dejara rastros. ¿Estaría realmente la clave de todo en la biblioteca de la mansión Linden? ¿De qué fuerzas poderosas habla la nota? Mientras cavilaba en todo esto tomó su anillo lo apoyó sobre el compartimiento del libro-caja haciendo encajar las figuras. Luego hizo una suave presión con lo que se abrió una tapa dejando al descubierto <personname productid="la Medalla. La" w:st="on">la Medalla. La</personname> tomó con sumo cuidado al examinarla a la luz de la lámpara. Era bellísima, como ninguna otra joya que hubiera visto.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Antes de que Emma o las mucamas se levantaran Melody se retiró a su habitación llevando consigo varios ejemplares de la colección, además de la caja-libro, a pesar de todas las advertencias. La ansiedad, curiosidad y un inesperado deseo de rebelarse pudieron más que la confianza que había depositado su padre en ella. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Recostada en su cama, bajó la tenue luz del velador comenzó a leer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La habichuela en la piedra”</i>. No pasó más de un minuto cuando gran cansancio empezó a apoderarse de ella. Luchaba para no cerrar los ojos pero sentía una gran atracción hacia esas páginas que descansaban sobre su brazo. Antes de quedar inconsciente pensó en su padre. El la había prevenido sobre el libro. Ahora era demasiado tarde.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">De las páginas centrales brotaba y se desarrollaba con rapidez una planta rastrera de hojas pequeñas. Su aspecto al comienzo era como una Stenotaphurm, pero luego de un rato se parecía mucho a una Phaseolus vulgaris aunque sus vainas en lugar de ser verdes eran rojas. Pero el aspecto inocente de la planta escondía un poder formidable. La piel que entraba en contacto con sus hojas sufría de un envejecimiento prematuro. Y la mano izquierda de Melody estaba justo en su camino. Pronto la piel blanca y tersa perdió su lozanía. El escozor producido por las hojas sobre su mano la despertó, sobresaltándola.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Quiso cerrar el libro y llevarlo de vuelta a la biblioteca. La planta lo impedía. Tomó unas tijeras del cajón de la mesa de noche cortando las ramas guías principales. Éstas quedaron retorciéndose en el suelo mientras las vainas de habichuelas sonaban como cascabeles. Melody no tuvo miedo. Con decisión cerró el libro e intentó levantarlo, pero no fue posible. El volumen se fue convirtiendo en una piedra, una enorme y redonda roca. Pesaba tanto que no pudo más que arrastrarlo sobre el cobertor hasta que cayó al suelo.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">5</span></strong></span></strong></span><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">S</span></span></strong><span style="font-family: "Calibri", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">entía que se desvanecía al levantarlo. —“Tal vez si como algunas habichuelas me sentiré mejor” — pensó mientras tomaba una de aquellas vainas rojas. En contacto con la yema de sus dedos la habichuela cedía su hermetismo y se le ofrecía tentadora a todos los sentidos. Su color, aroma y suavidad la hicieron irresistible. La degustó con una mezcla de placer y resquemor mientras el fruto se deshacía en jugos apenas dulzón. El efecto fue inmediato. Entró en un estado de gran excitación y euforia que le producía alucinaciones.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Aún no se había percatado que el contacto con la planta de habichuelas desencadenó cambios extraordinarios en su cuerpo y que ya no sería una niña por mucho tiempo. Al sacar el libro de la biblioteca el balance de ciertas fuerzas misteriosas fue alterado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Miró su mano. Notó que las líneas de la palma eran mas oscuras, mas gruesas y sobre el dorso distinguía finas venas y arrugas. Era la mano de un adulto pero se resistió a creerlo. Solo un espejo le devolvería la imagen de la realidad.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Frente a ella un fuerte sonido provino de la piedra que se elevó del suelo cerca de un metro quedando suspendida en el aire. Un fulgor intenso que emanaba de la parte inferior de este nuevo ente tomó cuerpo generando un portal de apariencia acuosa.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">En un lapso de lucidez reparó que estaba metida en un gran problema y recordó la advertencia que tan tontamente desestimó. No pudo evitar pensar en su padre, en lo que hubiera hecho en esta situación, de la cantidad de veces que le contó como escapó de mil peligros o salvó a otros. Anheló con todas sus fuerzas en ese instante haber acompañado a su héroe en su último viaje del que nunca regresó en lugar de estar atrapada en un cuerpo extraño</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Apretó los ojos con fuerza arrojándose de un salto dentro del portal. Al abrirlos ya no estaba en su cuarto, ni en la mansión. Había desaparecido todo lo que conocía siendo transportada a otro mundo.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">El lugar le resultaba familiar. Casas bajas, las calles sin pavimento, la brisa caliente y el sol abrazador… Era el poblado de Afganistán, del que tanto le había escrito su padre. El bullicio del mercado la aturdió, pero no tanto como la embotaron los intensos aromas a especias, comida y estiércol de animales.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Caminó con lentitud mientras se esforzaba por recordar todo lo que había leído sobre el lugar. Unos metros más adelante se encontró con un bazar, de esos que venden todo tipo de adornos, libros, cestas, aperos, cuchillos, hilados, tejidos, pañuelos, ropa y chucherías. En la puerta, el dueño vociferaba a viva voz las bondades de su mercadería mientras hacía vigorosos gestos a los posibles clientes para que entraran a la tienda </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Se detuvo a observar diferentes objetos, mientras el vendedor se movía a su alrededor sin parar de hablarle. Casi no lo oía, absorta en sus pensamientos, maravillada por la extraordinaria belleza de unos jarrones de alabastro. Al levantar uno de ellos notó nuevamente sus manos. Sobresaltada buscó un espejo hallando uno al llegar al fondo del salón donde quedó estupefacta. Una joven de unos veinte años, vestida como una lugareña y con facciones muy similares a ella, se dibujaba en el reflejo. Movió una pierna, la mujer hizo lo mismo. Se tocó la cara, ella repitió exactamente el mismo gesto. Alargó su mano hacia la mujer. Esa que era casi una niña un rato antes ahora había madurado varios años en pocos minutos. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Sin embargo no tuvo temor ni pánico. Le dedicó una amplia sonrisa a la nueva Melody, se acomodó la ropa y el cabello alegrándose de ser una adulta sin haber pasado por la adolescencia. Sí, le gustaba el giro de los acontecimientos decidiendo sacar el mejor partido a la situación. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Para empezar necesitaba dinero para provisiones, un lugar donde alojarse y contratar un guía. ¿Cómo haría para obtener dinero? </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Afortunadamente el idioma no era un impedimento. El dialecto del pueblo era uno de los tantos que conocía, un conocimiento resultó ser su aliado. La aldea era un centro de abastecimiento y un punto de encuentro muy importante en la zona, no solo para los naturales del país sino para muchos ingenieros, soldados, hasta turistas que pasaban cotidianamente. Al observar el abanico de seres que iban y venían por el pueblo se dijo que podía conseguir que le pagaran por servir de traductora.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Faltaban un par de horas para el mediodía, tiempo suficiente para conseguir sus primeros billetes. No le fue difícil hallar a un grupo de europeos. Sin perder tiempo se acercó a ellos haciéndoles una oferta. Estos se alegraron de conocer a alguien que los ayudara con el idioma. La invitaron a almorzar con ellos a fin de convenir los detalles de su tarea como traductora. Luego, durante la siesta, bajo el tórrido sol, volvió al bazar a seguir husmeando en el bazar.</span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">6</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">L</span></span></strong><span style="font-size: 14pt;">a inspección a los libros que había visto amontonados en un gran cesto de mimbre resultó en una gran sorpresa. Allí estaban los nueve tomos de igual encuadernación, tipografía y color guardados en una pequeño arcón de cuero<i style="mso-bidi-font-style: normal;">. “Alicia y los siete enanitos”, “Cenicienta y el lobo”, “Gulliver el marino”, “La habichuela en la piedra”, “La vuelta al mundo en tres cerditos”, “El patito de plomo”, “El flautista valiente”, “El traje nuevo de Simbad”, “El soldadito y el diablo”</i> Eran los mismos volúmenes que había sacado de la biblioteca y llevado a su cuarto. ¿Sería posible que hubiera más de una edición? </span><span style="font-size: 14pt;">No tuvo más remedio que preguntar al dueño de la tienda sobre el origen de los libros. El modesto Nasir, se mostró complacido de que ella le prestara atención y se interesara en los libros. Afirmaba una y otra vez, ante la insistencia de Melody, que esa colección era única. Habían sido completamente ilustrados y escritos a mano por un sabio muy anciano que vivía en una cueva en el desierto sin nunca abandonarla.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— Entonces ¿cómo han llegado al bazar estos libros? — preguntó ella</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— Los trajo un oficial inglés hace dos lunas para que los guarde. Vendrá a buscarlos al regresar de un largo viaje que hará por mar. La cantidad de mapas que llevó me hace pensar que se va a tomar su tiempo. Mira, aquí dejó unas instrucciones— comentó el tendero mientras le entregaba una hoja de papel donde se leía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Estos ejemplares son extraordinarios y les encomiendo la guarda hasta mi regreso. Solo cuando esto ocurra podrán ser leídos sin peligro, ya que tengo en mi poder el secreto de su magia</i>”</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Tratando de contener su emoción preguntó — ¿y recuerda usted el nombre de este oficial?</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Difícil de olvidar alguien tan generoso y amable, se apellida Linden—</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 33pt;"><span style="font-size: 14pt;">El tendero no comprendió porque esa joven tan bella y culta lloraba por unos libros tan extraños, pero se negó a dejarse convencer por ella y entregarlos. Nunca traicionaría la confianza de un cliente. Y ¿Qué clase de historia era esa de que era la hija? El oficial no tendría mas de veinticinco años, ¡imposible tener una hija adulta!</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Esa última observación hizo que ella saliera corriendo como alma que lleva el diablo aumentando la consternación del vendedor. Ni atinó a seguirla mientras guardaba los libros y meneaba la cabeza pensando en que los extranjeros son gente realmente extraordinarios. Mientras tanto Melody había alcanzado el extremo de la calle y entraba al modesto motel donde se alojaban los europeos que la contrataron como traductora horas antes. Uno de ellos estaba sentado en el lobby leyendo una edición del Herald. Prácticamente le arrancó el periódico de las manos ante la sorpresa del pobre caballero</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">El Herald era del día 12 de Julio de 1959. —¡Esto es imposible!— <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Exclamó al ver que era el día de su nacimiento. — ¿Qué clase de broma macabra era esta? Hace apenas unas horas esperaba despertar y recibir regalos por su cumpleaños. Hoy es 12 de Julio de 1970 ¿y ahora le quieren hacer creer que apenas es la fecha en que nació? Que haya madurado hacia la adultez en cuestión de horas lo aceptaba, aunque no sabía porqué, pero esto ya era demasiado. ¿Además había viajado en el tiempo y en el espacio? — Sentía que la cabeza le iba a estallar. No pudo soportar tanta tensión y perdió el conocimiento.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Despertó dos días después, en un cuarto del hotel, atendida por una enfermera de facciones toscas y ademanes bruscos. El médico había dado instrucciones de que no se levantara y se ajustara a una dieta rigurosa para desintoxicarla pensando que su comportamiento se debía a algún alimento en mal estado. Melody asintió y permaneció en calma y acostada sin revelar que tenía otros planes.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Esa noche escapó sigilosamente y se dirigió al bazar para poder ver los libros. El deseo de quedarse con ellos fue muy fuerte y haciendo un paquete con un lienzo resistente se los llevó. Buscó alojamiento en una humilde posada a la salida del pueblo. Una vez instalada comenzó a leer bajo la luz de una vela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Gulliver el marino”</i>, creyendo que si su padre emprendió un viaje por mar el libro podría ayudarla a encontrarlo. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">No se había consumido un cuarto de la vela cuando quedó profundamente dormida. Los gritos del contramaestre llamando a toda la tripulación a cubierta, y del grumete anunciando una fuerte tormenta proveniente del oeste la despertaron. Una pesadas botas bucaneras, pantalones ajustados, una camisa blanca y una chaqueta de botones dorados eran su atuendo ahora. En la pared del camarote estaban los nueve tomos, dentro de una vitrina acompañando a otro centenar de libros. En la mesa una espada con su vaina brillaba a la luz de la lámpara de aceite.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Estaba en el castillo de popa. Esta era la biblioteca y camarote del capitán. Melody estaba maravillada. Poco a poco iba comprendiendo las palabras de advertencia que había escrito su padre, iba encontrando respuestas a sus preguntas y estaba viviendo la mejor aventura de su vida. Unos fuertes pasos de alguien que subía las escaleras hacia el camarote la hicieron volver a la realidad. Tuvo gran temor cuando la puerta se abrió lentamente y ante su vista apareció plantado el capitán. Sin parche en el ojo y sin pata de palo ni loro en el hombro pero con un rostro que le resultó familiar.</span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK3"></a><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK4"></a><span style="mso-bookmark: OLE_LINK3;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK3"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">7</span></b></a></strong></span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 28pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">— <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¿N</b></span></span><span style="font-size: 14pt;">asir? ¡Esto es increíble! ¡Pensé que no volvería a verte!— dijo alegremente mientras se acercaba al capitán. Pero éste se mantuvo firme, cruzado de brazos, en silencio y con el rostro adusto. Una voz gruesa y desagradable salió de su boca al responder luego de una pausa que parecía interminable. — ¿Quien eres? ¿Porque me llamas Nasir? Mi nombre es Gulliver— contestó </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Melody trató de explicar quien era, de donde venía, la historia de su padre, de los libros y Nasir. Pero calló bruscamente cuando se dio cuenta que no podía explicar como había llegado a bordo de la goleta.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—Nasir es mi hermano gemelo, pero nos distanciamos hace muchos años cuando no quiso ser mi compañero de viajes prefiriendo montar esa ridícula tienda. Sin embargo veo que no está tan mal después de todo. — dijo en un tono un poco más amable. Abrió su boca para decir algo más pero fue interrumpido.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">De pronto todos en el barco se agitaron. Gritos, corridas, órdenes, movimientos en cubierta y en la bodega daban cuenta de que se prestaban a fondear en la caleta del norte. La isla era muy visitada por todo tipo de naves y no era la primera vez que el “Nueva Esparta” se aprovisionaba en ella. La gran novedad esta vez era la presencia de la hermosa joven que había encontrado flotando aferrada a un madero cerca de la isla Montserrat</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">El capitán la protegía pero a sus espaldas surgían serias disputas entre la tripulación. Algunos hablaban de obligarla a fregar y cocinar para todos, otros decían que lo mejor era venderla en el primer puerto al que arribaran. Era imposible contener el malestar entre ellos.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¡Motín a bordo mi capitán! — Anunció exaltado el alférez Da Silva mientras entraba atropelladamente en el camarote — ¡Vienen por ella! ¡Los escuché hablando de venderla al desembarcar! — agregó preocupado.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">—No tenemos tiempo de escapar y no hay donde ocultarla. Haremos esto: únete al motín y simula estar en mi contra. Luego que desembarquen busca la oportunidad de ayudarnos. Es mejor no poner resistencia. — Fueron sus últimas instrucciones antes de que los amotinados los hicieran prisioneros.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Maniatados, amordazados y casi inconscientes depositaron a ambos en una cabaña cercana al embarcadero, mientras se iban al pueblo a parrandear hasta ya no tener mas fuerzas.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Dos días de descanso fueron suficientes. Los marineros se intranquilizaban si el suelo no se movía bajo sus pies. A la tercera noche todos se reunieron en la mesa de la taberna a beber y discutir sobre el destino de sus prisioneros. Cerca de la medianoche él alférez abandonó al grupo de borrachos y aprovechando la noche sin luna se alejó de la taberna para cumplir con su misión. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Mientras tanto en la cabaña de la playa, el capitán y la joven estaban amarrados entre los sacos de provisiones y ropa, esperando el momento de ser liberados. Ya se estaban impacientando pero confiaban en la lealtad del portugués. A mitad de la noche los venció el sueño hasta que el ruido de alguien destrabando la puerta los despertó.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Da Silva asomó su cara grandota y roja por la puerta. Mientras los desataba le contó que había ido remado hasta la corbeta para conseguir algunas armas. — También traje esos extraños libros que tanto cuida capitán, espero haber hecho bien. — dijo en tono alegre.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¡Hizo muy bien alférez! Por lo que me ha contado esta belleza los libros pueden sernos tan útiles como este par de pistolones. Dime una cosa Melody ¿podremos usarlos para ir donde mi hermano? — dijo mientras toma un par de ejemplares del paquete.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Al hojear “La habichuela en la piedra” quedó consternado. Todas las hojas estaban en blanco, como si nunca nadie hubiera escrito en el. Entonces le dio un vistazo a “Gulliver el Marino” y estaba en igual condición. Así que por ese lado ya no habría más secretos que develar ni más sorpresas que esperar. Tampoco eran el camino para volver a ver a Nasir. Sin embargo nada ni nadie le harían desistir ahora de su propósito de indagar en los otros libros mágicos buscando nuevos rumbos.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¿Qué opinas? ¿Leemos otro libro a ver que sucede o tratamos de escapar en un bote? — dijo el capitán. — Usted, estimado alférez, regrese con la tripulación. Estará más seguro que con nosotros. Su lealtad será recompensada. Vaya a casa del herrero John. Diga que le envié a buscar “la herradura de cinco clavos” y muestre mi anillo. A cambio le dará la ubicación de uno de mis escondites. Encontrará en él un pequeño tesoro. Es suyo Da Silva.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Se despidieron brevemente y el capitán volvió a la cabaña intrigado por los libros. El sueño había vencido a Melody que dormía en un rincón. Pero en el momento que él abría el tomo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El flautista valiente”</i> ella despertó. Al verlo se sentó en la mesa frente a el, tomó el libro de sus manos para comenzar a leer en voz alta la historia. </span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">8</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">U</span></span></strong><span style="font-size: 14pt;">na dulce e intensa música de flauta llenó el ambiente. Mucho antes que el aceite de la lámpara se consumiera ambos estaban sumergidos en un sopor profundo.</span> <span style="font-size: 14pt;">Permanecieron es ese estado por varios días, tal vez cinco o seis, era difícil saberlo. Al volver en sí descubrieron que estuvieron durmiendo sobre unos sucios jergones, sobre el piso de una celda de paredes de piedras oscuras y frías. Gruesos grilletes de hierro los tenían sujetos de pies y manos con largas cadenas a la pared. La puerta, de madera maciza, tenía un cerrojo que solo podía ser abierto desde afuera. Ignoraban donde o porqué estaban prisioneros. Fuera de su prisión se escuchaba a los guardias hablando sobre ellos. Las voces llegaban cortadas pero los libros fueron mencionados un par de veces.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Una tos fuerte proveniente de la esquina opuesta de la habitación les puso sobre aviso de que no eran los únicos prisioneros en esa celda. Un hombre se acurrucaba bajo una harapienta túnica marrón de lana que le daba la apariencia de un monje franciscano. Pero una vez de pie era alto, de hombros anchos, manos fuertes y ojos chispeantes. Su actitud distaba mucho de la de un monje cabizbajo y tranquilo.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¿Trajeron los libros? — preguntó sin siquiera saludar, ni presentarse — Seguro que si, de otra forma no estarían acá. A ver, de prisa, muéstrenme que dice el libro sobre mi— dijo señalando con su flauta al paquete de libros que estaba a los pies de Melody.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— Pero, ¡es imposible! Una vez que un libro es abierto todas sus páginas quedan en blanco y no podemos volver a leer en ellos. No hay nada que podamos hacer— respondió Gulliver.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¡Siempre hay algo que se pueda hacer! — respondió el flautista. — Tengo un plan para fugarme pero necesitaba ayuda de alguien más. Si ustedes me ayudan los puedo llevar a un lugar seguro donde pasar el resto de sus días—.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¡No! — dijo Melody — Si estás seguro que tu plan funciona debes ayudarnos a encontrar a mi padre, el sabrá como ponernos a salvo, incluso como regresar a casa. —</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¿Porque estás tan segura que tu padre puede hacer eso? ¿Cuál es su nombre? — dijo algo escéptico el flautista.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— Mi padre es el teniente Linden, de las fuerzas especiales de su Majestad <personname productid="la Reina." w:st="on">la Reina.</personname> — contestó orgullosa Melody, olvidando que desconocía en que lugar o tiempo se encontraba entonces.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¡Linden! Todos saben que desapareció llevando consigo una insignia de oro que pertenece a <personname productid="la Orden" w:st="on">la Orden</personname> de los Guardianes. Pero nadie ha podido encontrarlo. ¿Así que tú eres la hija? — preguntó. Pero antes que Melody abriera su boca para dar una respuesta el flautista empezó a llamar a los gritos a los guardias. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Estos entraron en tropel encabezados por el Comandante de la guardia, quien era el más corpulento de los cuatro. Lo que ocurrió a continuación fue totalmente inesperado. El comandante quiso atrapar al flautista, pero este se escabulló de entre sus brazos para aparecer en la otra punta de la habitación tocando su flauta de oro con un sonido intenso, que llenaba el ambiente hasta aturdir. Los guardias en lugar intentar controlarlos fueron contra su Comandante y lo sujetaron con fuerza. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">De repente los grilletes y el cerrojo de la puerta comenzaron a vibrar abriéndose uno tras otro. Aprovechando la confusión tomaron los libros y las espadas que los guardias dejaron caer al taparse los oídos, corriendo fuera de la celda</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Afuera se encontraron con largo pasillo iluminado por antorchas donde se veían puertas con guardias vigilando. Comenzaron a recorrer el pasillo con mucho temor, pero el flautista los apremiaba para que avancen mientras se trenzaba en duelo de espadas con los guardias. El Capitán y Melody nunca habían peleado con espadas, pero estas parecieron cobrar vida en sus manos hasta que, tras larga lucha, entre los tres lograron vencerlos. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">La valentía del flautista los había motivado, pero aún no habían logrado salir del castillo. Cada vez que llegaban al final de un pasillo otro comenzaba, como si fuera un laberinto. Hasta que llegaron a un camino sin salida. Estaban exhaustos y azorados. Los hombres se sentaron sobre los helados adoquines del piso a retomar energía y pensar que pasos tomar. Melody tomó los libros he improvisó con ellos una asiento. La noche había cubierto todo con un manto de oscuridad y silencio. Apenas se oían los sonidos de grillos, sapos y del viento en los árboles. No quedaba más que descansar y esperar la venida del nuevo día. </span></div><div align="center" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span itc??,?serif??="" juice="" style="font-family: "; font-size: 28pt"; font-size: x-large;"><strong><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">9</span></strong></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><strong><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">N</span></span></strong><span style="font-family: "Calibri", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">o tuvieron un sueño reparador. Los sucesos del día provocaron pesadillas que los inquietaron el resto de la noche. Despertar no fue su mejor momento tampoco. Al rayar el alba el sonido de una tropa o algo parecido avanzando rápidamente por los pasillos acompañados por chillidos animales los despertó sobresaltándolos. — ¿¡Qué es eso?! — preguntó asustada Melody. —Creo que son con cerdos, bastantes furiosos por cierto. Alguien los está guiando hacia aquí. Debemos irnos, ¡ya!— respondió el flautista.</span></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">— ¿Cerdos? — dijo Melody mientras se levantaba de sobre la pila de libros y empezaba a tomar uno por uno leyendo los títulos. —Tal vez tengamos acá la respuesta. Después de todo hemos estado viajando por mundos desconocidos cada vez que empezamos a leer uno de éstos.— afirmó mientras los demás la miraban como si hubiera perdido el juicio ya que no parecía tener sentido lo que decía. Pero antes de que pudieran pedirle alguna explicación se puso a leer con voz fuerte la introducción a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La vuelta al mundo en tres cerditos”</i></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Repentinamente el suelo se abrió debajo de sus pies precipitándolos a una larga caída que terminó con sus asentaderas sobre un pajar en medio de una pradera. Todo allí era luminoso y cálido. Un cielo azul intenso era visitado por algunas nubes aquí y allá. Muy cerca del pajar un camino bordeado de flores llevaba hasta una colina. Detrás de ella se alcanzaba a oír el sonido de las olas golpeando contra las rocas además de una columna de humo blanco que provenía de un hogar.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Se encaminaron hacia el lugar de donde salía el humo con la esperanza de conseguir algo para comer. No tenían agua ni provisiones para recuperar las fuerzas usadas en la lucha con los guardias. Con buen ánimo subieron la colina y al llegar a la cima Melody se sintió sumamente feliz con lo que vio. Reconoció inmediatamente esas maravillosas máquinas de las que les contara su padre en sus cartas, pero el capitán y el flautista estaban desconcertados. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Nunca habían visto nada semejante. Las explicaciones de Melody apenas los estaban conformando cuando aparecieron los dueños de casa. Aquello sí que era más sorprendente que el “aeroplano”, el “automóvil” y el “submarino” que la entusiasmaban tanto. En absoluto esperaban encontrarse con tres pequeños cerdos que los saludaban, caminaban y vestían como si fueran humanos.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Melody ya había visto aeroplanos, automóviles y hasta un submarino de diseño corriente pero jamás de este tipo. Al verlos se reconocía rápidamente que los vehículos copiaban la forma de un puerco, con su nariz roma, las patas con sus pesuñas, el color, y hasta su graciosa cola enrulada. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Con todas las vivencias que tuvo desde que conoció la biblioteca de la casa Linden nada parecía sorprender a la joven. Conversaba con los tres cerditos con total naturalidad sobre los días pasados repasando los relatos de viaje de su padre. Éstos se mostraron sinceramente compungidos cuando supieron que el buen Linden, su amigo y salvador, estaba desaparecido. Inmediatamente empezaron a hacer planes para salir en su búsqueda.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">El tamaño de los vehículos no permitía llevar más que un solo acompañante. Así que descartaron la idea de hacer una expedición conformada por los seis. El aviador llevaría a Melody, quien no temía a las alturas. Con la velocidad del aeroplano podrían recorrer más lugares donde el conocimiento de lenguas que ella tenía sería muy útil. En el submarino iría Gulliver, quien sentía gran curiosidad por saber como era viajar bajo ese mar que tantas veces recorriera impulsado por el viento en las velas. Para el valiente flautista le tocó la plaza de copiloto en el automóvil, donde disfrutaría del sol y la brisa en su rostro luego de tanto tiempo encerrado en la prisión.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Los tres prototipos estaban equipados con instrumental muy complejo: brújula, sextante, intercomunicador, sistema de navegación automática, colector de energía, visor nocturno, arpones, sogas, paracaídas, herramientas, mapas y artefactos que nunca podríamos imaginar. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Decidieron hacer una búsqueda en cada punto donde había estado el teniente Linden aunque eso implicara recorrer el mundo. Desde Alaska hasta Madagascar, desde Siberia a <personname productid="la Isla" w:st="on">la Isla</personname> de Pascua eran incontables los caminos, puertos y pueblos que el joven había recorrido. No importaban las distancias ni el tiempo ellos iban a encontrarlo para llevarlo de regreso a su casa.</span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Melody entregó al Capitán los libros <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Alicia y los siete enanitos”, “Cenicienta y el lobo”, </i>al flautista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El traje nuevo de Simbad”, “El soldadito y el diablo”</i> segura que les serían útiles para el éxito de su misión. Ella se quedó con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El patito de plomo”</i> porque le intrigaba el título, mas que por otra razón. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Antes de partir hicieron un pacto prometiendo encontrarse al final de la búsqueda en Wisconsin. Se despidieron visiblemente emocionados por la separación y comenzaron así la más grandiosa aventura en nombre de la amistad, el amor y la lealtad. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;">Pero contarles sobre eso llevaría mucho tiempo. Ya estoy muy viejo para seguir levantado a esta hora, así que vuelvan a visitarme en otro momento. Tal vez les cuente más sobre la magia guardada en la biblioteca del Sr. Linden. </span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><strong>FIN (?)</strong></div><div style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><b><span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: #4c1130;"><em>Dedicado a mi hija Ann, con quien me hubiera gustado que viviéramos una gran aventura.</em></span></span></b></div><div style="text-align: right;"><br />
</div><br />
<span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><b>En Tweeter: </b>@josebetha <b>en Facebook</b> http://www.facebook.com/PepeLui1<b><br />
</b></span></span></span></span></span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><b>Blogs del autor: </b><a href="http://blogsdelagente.com/usuarios/kar2/profile">http://blogsdelagente.com/usuarios/kar2/profile</a></span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">Título, ilustración y epígrafe pertenecen al libro "Los misterios del señor Burdick", </span></span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">de Chris Van Allsburg.</span></span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"></span></span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">Este blog no cobra dinero ni lucra con los textos aquí publicados.</span></span></span></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-68850118825239541382012-01-03T04:52:00.000-08:002012-02-03T16:40:01.950-08:00EL ARPA<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 28pt;">Presenta</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 28pt;">LOS MISTERIOS </span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 28pt;">DEL SEÑOR BURDICK</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt;">EL ARPA</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-gi6MZST8c8c/TwC16UOawJI/AAAAAAAAAB4/OPdTc1bFV_g/s1600/07+El+arpa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" rea="true" src="http://4.bp.blogspot.com/-gi6MZST8c8c/TwC16UOawJI/AAAAAAAAAB4/OPdTc1bFV_g/s400/07+El+arpa.jpg" width="332" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Bodoni MT Condensed"; font-size: 18pt;">Así que es verdad, pensó, es realmente cierto </span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span style="font-family: Jokerman; font-size: 24pt;">Escrito por</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span style="font-family: Jokerman; font-size: 24pt;"> Claudia Medina Castro</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">E</span></b><span style="font-size: 14pt;">staba agotado. No soportaba más. El cielo y la tierra insistían en juntarse no sin arrasar todo lo intermedio, claro. El fuego y el agua parecían confabulados en mostrar sistemáticamente su poder, uno tras otro. Casi sin respiro. El fin era inminente. Y la impotencia ante todo eso lo llevó a tomar la decisión más terminante. Se encerró en la cocina, abrió todas las llaves de gas y asegurándose de no tener ningún fósforo a mano se sentó en su silla a esperar. Ya nada puedo hacer. Ya estamos todos muertos. Ya no hay vuelta atrás a tanta aberración humana, pensó. Sólo me quedan mis sueños. Sueños con pájaros y arroyos, con árboles y coloridos prados. Allá voy.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">S</span></b><span style="font-size: 14pt;">u cuerpo se entregó al sopor. Pero su mente, protegida por su cráneo duro como toro seguía en actividad. Recordó cosas imposibles, vivencias de otras vidas en lugares ignotos. Caminó a través de selvas cerradas, abriéndose paso con la seguridad del desquiciado. Sabía que tenía que llegar. Sabía que había un lugar. Un lugar fuera del tiempo y quién sabe dónde. Se convirtió en una sombra que rodaba sin peso y sin dolor, impulsada solamente por el ansia de avanzar. </span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">E</span></b><span style="font-size: 14pt;">scuchó sus voces. Había mucha gente en el camino. Todos clamaban por algo. Cada uno quería seguirlo o detenerlo, o simplemente hablar. Eran miles, un murmullo ensordecedor imposible de entender. No así de escuchar. Le sembraron la duda y se sintió tentado a volver. A volver en el tiempo, para salvarlos a ellos. Y casi lo logran. Casi se queda. Pero sólo un sonido lo alertó. Una música conocida, que vibraba en sus venas desde siempre. Entonces siguió adelante sin sentir sus pasos quebrados, sin sentir su boca burbujeante de vómitos ni sus oídos sangrantes.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">E</span></b><span style="font-size: 14pt;">ntre arcadas y mareos se percató que esa música venía de su interior. ¿Qué estoy haciendo? ¿Para qué seguir engañándome con paraísos soñados? ¿No ves que todo es mentira, idiota sin remedio? Abruptamente se detuvo en seco. Abrió los ojos y vió lo increíble. A sus pies, un arroyo transparente invadía suavemente el paisaje soñado. Y más allá, estaba ella. La dueña de las notas salvadoras. El Arpa de Ur y su mágico son.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">A</span></b><span style="font-size: 14pt;">sí que es verdad, pensó, es realmente cierto… ¿Cómo puede ser que se oculte tan bien entre los pliegues de la desazón? ¿Cómo es que solo aparece en los deseos, en los sueños, en los frágiles momentos de esperanza? Mundos sobre mundos. Sangre sobre cielo azul. Perfumes exquisitos bajo toneladas de putrefacción. Colores tras sombras, tan oscuras como el hambre. Era el sonido de las cosas en su más profunda y verdadera expresión. Y un simple vistazo a sus cuerdas lo explica todo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">I</span></b><span style="font-size: 14pt;">nconscientemente se vio envuelto en una necesidad imperiosa de más. Más saber. Más entender. Más explicar. Más y más ver y conocer.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">T</span></b><span style="font-size: 14pt;">amaña ansiedad movió su cuerpo con el gesto, aquel gesto, harto conocido por cada una de sus células. Estiró el brazo tembloroso, sacó un cigarrillo del paquete de Winston casi vacío que había dejado en la esquina de la mesa de la cocina y lo prendió con el carusita que guardaba adentro, como siempre…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">Claudia Medina Castro</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">25|12|11</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-size: 14pt;">www.claudiamedinacastro.blogspot.com</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-59450219755695899332011-12-27T07:26:00.000-08:002012-02-03T16:40:26.408-08:00HUÉSPEDES SIN INVITACIÓN<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 28pt;">Presenta</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 36pt;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: Ravie; font-size: 22pt;">De Chris Van Allsburg</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt; line-height: 115%;">HUÉSPEDES SIN INVITACIÓN</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxmgXMx-nhAnPn2dC6hNGTbRBIhUGeNYejzAPWQ4dlxIWWfWOHNgBei_s3c1b60tc3HMgpDQitUd72Dk49UJWQ0_Jk36LqvwwtHR4-jHA-9rC7XVL9DgGpiTa35oM2eV2a1RFAMulVq08/s1600/06+Hu%25C3%25A9spedes+sin+invitaci%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" dda="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxmgXMx-nhAnPn2dC6hNGTbRBIhUGeNYejzAPWQ4dlxIWWfWOHNgBei_s3c1b60tc3HMgpDQitUd72Dk49UJWQ0_Jk36LqvwwtHR4-jHA-9rC7XVL9DgGpiTa35oM2eV2a1RFAMulVq08/s400/06+Hu%25C3%25A9spedes+sin+invitaci%25C3%25B3n.jpg" width="312" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt;">Su corazón latía desbocado</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt;">Estaba seguro que había visto girar el tirador de la puerta.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-family: Jokerman; font-size: 26pt;">Escrito por Sebastián Elesgaray</span></div></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><br />
<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">1</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">Q</span></i></b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">ue porquería de mundo.</span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El pensamiento cruzó veloz por la mente de Ivrin, como un rayo surcando unos oscuros nubarrones. Pero en lugar de iluminar, el efecto que suscitaba era como el de un golpe, una revelación que acentuaba la negrura y la desesperación en la mente del enano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">No era justo. Él había vivido en ese lugar durante casi diez años y ahora, de la nada, aparecían personas a usurparle su vivienda. Claro que en principio no había sido totalmente suya, pero el tiempo y el esfuerzo que había puesto Ivrin en reconstruir y mantener los cimientos del lugar, lo hacían un propietario espiritual, una condición más que valorable en un mundo que cada día estaba peor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sin embargo, lo que más le molestaba, era la impunidad. La falta de escrúpulos a la hora de desplazar al pobre enano cada vez a un rincón más oscuro y apartado de la casa. Ellos, las personas, los residentes invasores, habían decidido quedarse, infundiendo miedo al pequeño Ivrin, que no tenía más opción que ir escondiéndose cada vez más.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ahora estaba en el sótano. Peor aún, estaba en la baulera del sótano, un lugar húmedo y oscuro, sin ventanas ni entrada de aire fresco. Allí dentro no había casi nada. Unas mantas raídas y apelmazadas de mugre, un par de botellas vacías, algunas maderas y nada más.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sabía que estaba seguro allí, porque la puerta estaba hecha exactamente a su medida, era pequeña y los residentes invasores no cabrían por allí. Sin embargo, ese no era un consuelo suficiente para el corazón del enano, que consideraba una burla el tener que esconderse en su propia casa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sentado en un rincón, Ivrin tomó un pedazo de madera, casi tan largo como él, y comenzó a manosearlo. La cabeza le daba vueltas, ya que en solo dos días, había tenido que replantearse toda su vida debido al abrupto cambio sobrevenido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Con parsimonia, movió sus dedos por la madera, sintiendo su textura. Algo iba a tener que hacer. No sabía bien como lidiar con eso. No tenía amigos, su familia se había ido hacia tiempo y los de su raza, cada vez eran menos. Ivrin siempre se jactaba ante sí mismo por la enorme suerte de haber encontrado una residencia lejos de todo, para poder armar su vida en tranquilidad ante los últimos cambios que habían sobrevenido a su tierra.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sin embargo, parecía que ahora iba a tener que lidiar con un problema de gravedad que amenazaba con aniquilar su estilo de vida tal como lo conocía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">En eso, se oyó un ruido. Alguien abría la puerta del sótano y bajaba por las escaleras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ivrin se puso en tensión enseguida, cavilando que ya era hora de terminar con el asunto. Esconderse no era una solución. De una forma u otra, tenía que enfrentar a sus invasores.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sin embargo, aguardó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Precipitarse no sería adecuado.</span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">2</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">Y</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">vanna bajó las escaleras con parsimonia. No le gustaba su nueva casa, mucho menos el sótano. Era sucio y húmedo, con tan solo una pequeña ventana que dejaba pasar con tristeza la luz del sol. Estaba bastante desordenado por la mudanza, y tenía que organizar un poco las cosas ahí abajo, lo cual le molestaba sobremanera.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Para sus trece años, Yvanna era una chica bastante desarrollada. Era alta, con un físico imponente. Tenía unas piernas torneadas y bien formadas, que subían hacia una cintura curva, reflejo del cuerpo de una mujer más que de una niña. Siempre llamaba la atención al decir su edad, ya que aparentaba más de la que en realidad tenía. Sin embargo, ella no se hacía complejos respecto a eso. Le gustaba aparentar más años, sentirse grande y no una pequeña. Si tenía que crecer apresurada, que se le iba a ser; aceptaría su destino de la mejor manera.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pisando con cuidado para no levantar demasiado polvillo (odiaba la tierra, como se pegaba al pelo y a la piel, y le disgustaba sentir la ropa sucia), caminó los últimos tres escalones y observó el sótano de su nuevo hogar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Era bastante desagradable. No solo por la mugre que cubría el suelo y pegoteaba la única ventana. No solo por las paredes grises y sin vida que coronaban el aspecto desahuciado. Tampoco influía el hecho de que todo el lugar pareciera viejo y cansado, como si esperara ser sellado o destruido de alguna forma.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">La sensación de desasosiego que le influía el sótano a Yvanna provenía de otro lado. Algo que no sabía como definir. Como si su persona estuviera fuera de lugar ahí. El sentido de pertenencia era inexistente, y no por ser "nueva".</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pero su familia ya la había ocupado y, dada las circunstancias en todos lados, no había quien les dijera lo contrario. Lo mejor para ella sería encontrar la forma de acostumbrarse como pudiera. Era eso o hacer un berrinche como una nena chiquita, algo que Yvanna había dejado de lado hacia tiempo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Al pie de la escalera, observó el lugar. El único patín de su madre colgaba de un clavo en la pared. Ella había sido una gran patinadora sobre hielo, pero una lesión grave la había dejado fuera del deporte. Y, como recuerdo, había decidido conservar solo un patín. Una actitud que su hija nunca había entendido, pero tampoco cuestionado. Y, dado que su madre había muerto hacia un par de años, la pregunta quedaría inconclusa hasta que la viera otra vez, tal vez en el final de su propia vida.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna notó frente a ella la pequeña puerta de madera que, según su padre, debería dar a un "sub-sótano" o baulera, donde habría guardadas vaya a saber que cosas. Tenía prohibido abrir dicha puerta, ya que podría haber dentro algún insecto o bicho peligroso. Claro que ella tampoco tenía muchos deseos de abrirla, por lo que su mirada se concentró en el resto de la habitación.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Contra el rincón estaba enrollada una gran alfombra, que antes había tapizado el suelo del living en su anterior casa. El padre de Yvanna había insistido en llevarla, así como mucha basura más, considerando que a todo se le podía dar uso. Por lo que su hija quedaba a merced de diarios viejos, botellas con líquidos extraños, cuadros antiguos, juguetes guardados en vano, latas vacías, latas llenas, y un montón de cajas que vaya a saber el destino que tenían dentro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Lanzando un bufido y poniendo los brazos en jarras, Yvanna recorrió todo eso con la mirada. Acto seguido, se dirigió hacia una caja de cartón de la que sobresalían un par de cables y un rollo de cartón corrugado. La mejor forma de empezar era esa: Empezando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Que porquería de mundo, pensó con sorna Yvanna.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sacó el cartón y este se deformó en sus manos debido a la exposición húmeda que había recibido estando en el sótano durante un par de días.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Bueno, esto a la basura.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Luego sacó los cables y, enrollándolos prolijamente, los dispuso en un costado, para preguntarle a su padre donde guardarlos o si había que tirarlos (cosa que no creía, porque su padre era propenso a guardar todo).</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pasados unos minutos, Yvanna se encontraba enfrascada en el trabajo. Y, con sorpresa, se dió cuenta que la divertía revisar las cajas y encontrar cosas que creía perdidas o de las cuales no tenía casi recuerdos. Alguna muñeca vieja, los botines de su hermanito, fotos de parientes que nunca había conocido. A cada nuevo descubrimiento, Yvanna lo observaba y revisaba, tratando de pensar de donde había venido y buscando en su cabeza algún recuerdo que lo relacionara. No con todos lograba armar alguna relación, pero era una buena forma de entretenerse mientras ordenaba y clasificaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">3</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">I</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">vrin notó que la madera contaba con un par de clavos en una de sus puntas. No era un enano de sonrisa fácil, pero en ese momento, las comisuras de sus subrepticios labios se levantaron, dejando ver una hilera de dientes amarillos y superpuestos. El pelo largo le caía en la frente, enmarcando sus ojos con una línea de cabellos negros apelmazados por la mugre.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Acomodó a gusto la madera en su mano y la sopesó. Era adecuada, ya que la humedad no la había desintegrado. La defensa ante los invasores era una necesidad. Del otro lado se oían muchos ruidos. De seguro estarían acomodando todo allí y, cuando terminaran, irían a por él.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Tal vez tenga suerte, pensó Ivrin. En una de esas, no se les ocurre revisar aquí dentro, ya que no hay posibilidades de que encuentren algo de utilidad, y me dejen en paz.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Lamentablemente, la pequeña puerta no contaba con una llave, lo cual daba a cualquiera la posibilidad de entrar con impunidad. Ivrin no había tenido tiempo o elementos para trabarla de forma adecuada, y eso lo ponía en una posición vulnerable al querer permanecer escondido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pero eran pensamientos que ya poco importaban. Oculto en esos lugares recónditos, donde los seres vivos gozaban de la oscuridad y del dolor, Ivrin el enano estaba a punto de descubrir que el miedo era tan solo un impulso que daba como resultado acciones desenfrenadas. Y también iba a descubrir que, cuando se creía tener en las manos la verdad absoluta, escuchar al otro era secundario.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Aún cuando te pedían por favor que te detengas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">4</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">E</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">l sol había bajado, pero la luz natural aún le permitía seguir trabajando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna tenía toda sudada la pechera de su camiseta. El pantalón de franela que tan cómodo sentía cuando había bajado las escaleras, ahora se le hacía pesado y pegajoso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Respirando agitada, corrió las últimas cajas hacia un rincón. Luego de apilar una sobre otra, se pasó una mano llena de tierra por la frente, que dió como resultado un manchón de mugre. Pero no estaba molesta ni disgustada por su higiene. El trabajo le había despejado la mente y le había sentado bien. De seguro esa noche, después de un buen baño y una rica cena, dormiría como una marmota.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Observando con ojos brillantes todo el sótano, la niña sonrió. En eso, oyó que la puerta de entrada se abría y alguien bajaba la escalera.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Bueno —dijo su padre mientras pisaba el suelo del sótano—. Parece que no perdiste el tiempo, mi niña.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Pues claro —respondió con humor desafiante Yvanna—. No criaste una holgazana.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming le sacó la lengua de forma burlona. Luego dió una mirada al lugar y asintió satisfecho. De seguro que su hija no era una holgazana y había realizado un excelente trabajo organizando todo en los estantes y poniendo las cajas ordenadas contra la pared. Ahora solo restaba limpiar un poco, para tratar de paliar la tierra acumulada por años.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Muy bien señorita. Se ha ganado su recompensa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¿Y cuál es esa? —preguntó Yvanna esperanzada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Sorpresa —respondió su padre, dando por terminado el asunto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna fingió molestarse, pero rió al instante. De seguro su padre le tenía preparado algo genial, nunca fallaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Imagino que me hiciste caso y no abriste la pequeña puerta, ¿verdad?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Obvio papá —contestó muy seria la niña.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming miró a Yvanna y luego a la puerta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Puede haber cualquier bicho ahí adentro. Quien sabe. No quiero que corras peligro con alguna picadura o algo parecido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna se estremeció de solo pensar en que alimañas podrían habitar aquel oscuro y húmedo lugar. No le hacia gracia comprobar por si misma tal hecho y se alegraba de la presencia de su padre en el sótano para abrir esa puerta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Era eso, o dejarla cerrada para siempre.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">5</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">I</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">vrin los escuchaba hablar. No entendía bien que decían, porque el diálogo le llegaba distorsionado, difuso. Pero de seguro planificaban. Deberían saber que él estaba ahí. Tal vez había dejado algo que les daba la pauta de su presencia sin darse cuenta. Cuando había descubierto que su casa iba a ser ocupada, había tratado de cubrir de la mejor manera posible su retirada. Por ahí, había dejado algo en el camino, no sabía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pero no se les va a hacer fácil, claro que no.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Aferró la madera con fuerza. Le temblaban los brazos. Sentía una película de sudor en todo su pequeño cuerpo. Apretaba las mandíbulas con fuerza, marcando sus maxilares como si de dos rocas se trataran.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ivrin consideró oportuno no darle el gusto a sus invasores. La sorpresa debería ser su arma letal. Por lo que acercó la mano libre al tirador de la puerta y lo giró.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">6</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">E</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">l Señor Fleming tenía sus manos cubiertas con un par de guantes de trabajo de una dura tela, gruesa y resistente. Esperaba que al meter las manos en la baulera nada lo picara o atacara por sorpresa. Claro que se caracterizaba por ser una persona optimista, pero nunca sobraba ser precavido. Más si se tenía en cuenta que no conocía lo que había del otro lado de la puerta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">En ese momento, mientras Yvanna miraba hacia la ventana y cerraba los ojos ante los últimos rayos de sol que se colaban anaranjados por el sucio vidrio, el Señor Fleming pestañeó sorprendido. Consideró la posibilidad de que el cansancio por la mudanza y el hecho de encontrarse en un nuevo lugar le hubieran jugado una mala pasada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pero no. Su corazón latía desbocado. Estaba seguro de que había visto girar el tirador de la puerta. Podía notar como la pequeña perilla de bronce se movía despacio, casi con timidez. El preludio de la sorpresa verdadera.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">7</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">I</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">vrin no intuyó movimiento alguno al otro lado luego de girar el tirador. Esperó un par de segundos y entornó la puerta. Los últimos vestigios luminosos del día le llegaron con fervor a los ojos, los cuales contrajeron sus pupilas para compensar el repentino fulgor naranja. La pequeña mano del enano sudaba copiosamente aferrando la madera. Los nudillos blancos simbolizaban el pánico que sentía, por su accionar desenfrenado al cual iba a sucumbir.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Abrió la puerta del todo. El sótano al cual le había dedicado años de descuido, se presentaba ahora lleno de cajas y cosas las cuales no eran suyas. De seguro el próximo paso sería limpiarlo, lo cual movió cada fibra de Ivrin como si de espasmos se trataran. Espasmos que rompían con cada grado de autocontrol que pudiera tener.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Con rapidez, dirigió su mirada al humano que tenía frente a él. Era un hombre de hombros anchos y rostro cuadrado, decorado con un bigote espeso. Sus ojos, abiertos de par en par, se mantenían fijos en Ivrin, el cual sonrió satisfecho ante la parálisis corporal del hombre.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dando un grito grave y rasposo, se lanzó con la madera en alto ante el humano. En la última zancada se dió impulso y, dando un salto, descargó un golpe certero a la pantorrilla derecha del Señor Fleming, que no atinó a moverse para nada. El asombro y la fascinación por la aparición de una criatura a la que consideraba extinta lo había dejado duro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">8</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">Y</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">vanna observó con pavor como un enano salía corriendo de la pequeña baulera, alzando sobre su cabeza una madera con dos clavos oxidados en su punta. También pudo ver como el pequeño le clavaba dichos clavos en la pierna a su querido padre, el cual gritaba con asombro al ataque desmedido y sorpresivo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pero la hija del Señor Fleming tenía algo de acero en su corazón. Reaccionó rápido y corrió hacia el enano, que se disponía a dar un segundo golpe, esta vez en la cabeza de su padre, el cual se encontraba arrodillado tapándose la herida con una mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna logró patear a Ivrin en el estómago con fuerza suficiente como para alejarlo un par de metros. Sintió que su pie enfundado en una zapatilla de tela comenzaba a latir de forma regular. Sabía por historias, que los enanos tenían un cuerpo musculoso y duro, pero era la primera vez que veía uno. Y, por descontado, la primera vez que pateaba uno.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Padre, ¿estás bien? —interrogó Yvanna preocupada, agachándose a su lado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming se tomaba la herida con una mueca de dolor en su rostro, pero no parecía que fuera a desmayarse.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Si —respondió este—. Creo que si.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">En ese instante, Ivrin se puso de pie, reacomodando la madera en su mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Intrusos, invasores, huéspedes sin invitación —espetó en un susurro colérico.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna observó con horror que le chorreaba una baba amarillenta por la barbilla. Tenía las piernas separadas, dispuesto a tomar carrera para arremeter otra vez. Su rostro era una máscara deforme, el reflejo desencajado de la ira y la locura.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Tranquilo, por favor. Nosotros no te hicimos nada —dijo Yvanna con el rostro compungido y alzando las manos en señal de inocencia. El enano se limitó a sonreír y avanzó resuelto con la madera en alto. Dando las zancadas más largas que le permitían sus cortas piernas, se lanzó sobre la niña con un grito.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Con toda la fuerza de la que era capaz, el Señor Fleming interpuso su hombro en el camino de Ivrin, logrando que este saliera despedido contra la pared. Al golpearse la cabeza con el duro cemento, sintió que el mundo daba una vuelta y quedaba al revés.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">A pesar del esfuerzo titánico realizado, las manos resbaladizas de la realidad soltaron a Ivrin y lo dejaron caer a la oscuridad.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">9</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">D</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">espertó despacio, pestañeando y sintiéndose mareado. Intentó levantar la cabeza, pero le fue imposible. Una terrible puntada en la nuca le impidió moverla y tuvo que dejarla caer, resignado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">¿Qué había sucedido?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Luego notó la penumbra. Ya debería ser de noche, pero no creía que hubiera pasado mucho tiempo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">¿Mucho tiempo de qué?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Del golpe.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">¿Qué golpe?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Lo habían atacado por sorpresa y ahora estaba pagando el precio.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">No recordaba bien. Se le venían imágenes inconexas, flashes de lo que debía haber pasado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sabía que estaba en el sótano. El suelo frío y duro, sumado a la cantidad de elementos desperdigados, le daban el contexto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Una vez que sus ojos se acostumbraron a la penumbra, notó que detrás suyo había una fuente de luz. Era un resplandor anaranjado, de seguro producto de una lámpara de gas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Con esfuerzo, giró la cabeza hacia la izquierda y vió a sus hijos. Yvanna y Matis estaban maniatados y con sendos moretones en sus pequeños y frágiles rostros.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Y de repente, recordó todo. El ataque sorpresivo y desenfrenado del enano. Los clavos abriéndole heridas en su carne. La sangre brotando y el miedo al notar que Yvanna se lanzaba sin pensar sobre el enano, dándole una patada bastante efectiva que lo mandaba a volar algunos metros.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Y luego, él mismo. Despavorido al ver que el maldito loco no se rendía y quería clavar a su hija. Después, interponiendo su hombro con toda la fuerza de la que era capaz a pesar de tener un pie herido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sin embargo, después de eso, lo había sobrevenido la oscuridad. Lo habían golpeado por detrás, de forma cobarde. ¿Pero quién había sido?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Notó movimiento detrás suyo. El resplandor fluctuó y alguien se interponía delante de la fuente de luz. Luego, una voz chirriante dijo:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Te habías olvidado de tu primo, ¿qué pasa por esa estúpida cabeza tuya?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dos voces rieron al unísono con fuertes carcajadas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—No, no me olvidé. Pero la última vez que te contacté no obtuve respuesta. Y después, todo se fue muy al diablo como para intentar de nuevo. Se me ocurrió que estarías muerto en alguna zanja, criando pobres gusanos que tendrían la desdicha de comer tu asquerosa carne —declaró en un tono más grave y desganado otra voz.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming empezó a desesperarse. Quiso mover sus manos, pero se encontró que tenía atadas sus muñecas con fuertes nudos. Intentó con los pies, pero encontró el mismo panorama. Giró otra vez la cabeza, y vió que sus dos hijos lo miraban con los ojos abiertos como platos. Lágrimas corrían por sus blancos rostros, manchados con tierra y violáceos en algunos puntos, debido a los moretones. El Señor Fleming se preguntó como habrían agarrado a su niño, pero rápidamente desecho la duda. Lo importante en ese momento era tratar de liberarse.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Mira, se despertó el mayor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming trató de buscar la fuente de la voz, pero le fue imposible girar el cuello hacia atrás. Se preguntó si lo habrían desnucado, lo cual lo dejaba en una considerable desventaja para enfrentarse a sus captores.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Instantes después, dos enanos se pusieron frente a él. Reconoció con rapidez a uno de ellos. Tenía las ropas sucias y un enorme chichón rojo en la frente, de seguro producto del golpe contra la pared. Un hilo de sangre seca le llegaba hasta la ceja y la sangre roja se pegoteaba un poco con los pelos. Sonreía, con esa mueca desencajada, que nublaba y desechaba cualquier uso de razón.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El otro era todavía más bajito que el enano herido. Tenía una prominente panza que le colgaba con impunidad, y unos brazos gruesos, ejecutores. Su rostro rubicundo y enérgico se contraponía a su mirada, que era fría y reflexiva. Ladeó un poco la cabeza, como si una melodía que él solo pudiera escuchar le llegara a sus oídos. Acto seguido, dijo:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¿Con cuál quieres empezar?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El enano herido ensanchó su sonrisa y desvió su mirada hacia Matis.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Con el niño. Lo hacemos rápido y sin dolor. Fue bastante neutral en todo esto, el pobre.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El pánico jugueteó con la conciencia del Señor Fleming. Le rozó y le hizo gritar:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¡No! ¿De qué hablan?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El segundo enano, habló:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Mi nombre es Dixit. Este es mi primo Ivrin. El vive en esta casa desde hace mucho y, con su atrevida llegada y consolidación, lo han desplazado al rincón más oscuro y horrible. Y, por si eso no fuera poco, tuvieron el descaro de atacarlo como si de un animal salvaje se tratara —hablaba pausado, con una voz suave y casi sin inflexiones—. Por suerte llegué. La idea era darle una sorpresa a mi querido primo, sin embargo, me encontré con un niño extraño usurpando el living con descarada soltura. Lo demás, hasta un humano degenerado como usted puede deducirlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Calló, mirándolo fijo e infundiendo en el Señor Fleming más pavor del que podía soportar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¡Nosotros no sabíamos, no quisimos inmiscuirnos en su vida! ¡No hay necesidad de hacernos nada!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Se movía con frenesí, tratando de zafarse de sus ataduras para alcanzar a sus hijos, protegerlos de alguna forma.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">En eso, Dixit sacó de su espalda una pequeña espada, larga como su brazo, y la puso en el cuello del Señor Fleming. Luego se agachó y puso su rostro cerca, tirándole el aliento caliente justo a la nariz y la boca. Con los dientes apretados declaró:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—No, por supuesto. Nunca quieren hacer nada. Pero, a costa de otros, ustedes viven pisoteando a quienes se interponen en su camino. Y para serle sincero, señor, la etapa de negociaciones resulta asquerosamente inservible cuando se trata con humanos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming descubrió con creciente pánico que ambos enanos estaban locos. Pero mientras Ivrin exteriorizaba esa locura con una sonrisa macabra y actitudes desenfrenadas, Dixit se mantenía frío, calculador y tranquilo. Desde una perspectiva centrada, eso resultaba aún peor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¡Pero...!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Silencio —rugió Ivrin—. Estoy harto de sus excusas lastimeras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Caminó raudo hacia el Señor Fleming, y le plantó en la boca una pelota de color verde con dos tiras de cuero a los costados. Las ató a su nuca con fuerza, arrancándole ramalazos de dolor al hacerlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Listo —dijo mientras se ponía de pie—. Con eso se queda en silencio.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit sonrió y también se puso de pie. A diferencia de Ivrin, la sonrisa del segundo enano era una mueca de regodeo, de disfrute. La clase de sonrisa que ponía alguien cuando estaba a punto de realizar lo que más le gustaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Vamos a ser piadosos con respecto a tu niño. Si quieres, puedes mirar hacia otro lado. No te vamos a obligar a verlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ivrin rió con una fuerte carcajada, la cual retumbó en las paredes de cemento con gravedad. Luego dijo:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Tal vez te conviene mirar. En una de esas, te ayuda a aceptar tu suerte.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Tratando de zafarse, con ademanes abruptos, el Señor Fleming se movía frenético y desesperado. Parecía una serpiente convulsionando. Pero los nudos eran fuertes, y por más que era de hombros anchos y contextura física fuerte, no podía hacer mella ante su captura.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit caminó lento hacia Matis, con la espada colgando despreocupada de su mano. Pasó frente a Yvanna sin mirarla, dejando que sus ojos se regodearan con la víctima de la que iba a encargarse en ese momento. No había necesidad de saltar desenfrenado de humano a humano. Uno por vez era lo mejor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¿Sabe señor? Cuando estuve en la guerra, vi como un humano mataba a mi hijo. Claro que usted puede decir: "Yo no era, yo soy distinto, no tengo la culpa de que tu hijo haya sido asesinado en manos de una maldita escoria". Pero yo creo que son todos iguales. Me parece que a medida que el tiempo avanza, que el mundo se deshace poco a poco, ustedes los hombres refuerzan esa altanería y ese orgullo que los llevaron a creerse los amos y señores del planeta. Y fueron esas cosas, las que hicieron que hoy estemos así. Así que acepte su destino, señor. Tome lo que se le da como una redención y ruegue porque se le de la oportunidad de comenzar otra vez, por tener en algún otro mundo o universo la posibilidad de hacer las cosas mejor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">¡Ya las hice! ¡Nunca lastimé a nadie con impunidad!, trató de gritar el Señor Fleming. Pero obviamente que la pelota en su boca se lo impidió, quedando su grito estancado en su mente, el eco desesperado del miedo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">¿Y de verdad había sido tan bueno? Porque matar a tu mujer, a tu esposa, por más infiel que fuera, era un pecado. Y esconder algo así a los hijos, podría llegar a ser motivo para arder en la mazmorra más oscura y abyecta del infierno.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sin embargo, el arrepentimiento era absurdo. Y no todas las acciones de la vida se relacionaban. La casualidad podía de vez en cuando ganarle a la causalidad. Resultaba un consuelo estúpido y algo enfermo, pero a pesar de ser un padre ejemplar y una persona querible, el Señor Fleming resultaba algo enfermo. Claro que esperaba morir sin que nadie lo supiera.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Y eso, dada las circunstancias, resultaba harto probable.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit llegó frente a Matis. Lo miró durante un rato que al Señor Fleming se le hizo eterno. Luego, levantó la espada y, tomándola con ambas manos, apuntó al estómago del niño.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Perdona —dijo—. No es nada personal, quería que lo supieras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Acto seguido, bajó la espada. El acero ingresó limpio por el estómago del niño, abriendo y desgarrando piel, carne y vísceras sin discriminar nada. El enano realizó un movimiento experto y la espada subió, dando como resultado un tajo que iba desde el ombligo hasta el pecho de Matis, dejando al descubierto todo su interior. La sangre brotó rauda y con fuerza, como solo la sangre de alguien joven y sano podía salir.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Matis dejó de respirar en el instante que la espada se alejaba de su cuerpo. En cierta forma, lo planteado por Dixit era verdad. Había sido piadoso y rápido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Yvanna lloraba con fuerza. Sus gemidos resultaban desgarradores para el Señor Fleming, que se había quedado duro con los ojos como platos, observando el cuerpo sin vida de su hijo. El niño que una vez le había dicho "te quiero", mirándolo con sus pequeños ojos celestes y con una sonrisa de sinceridad plena en el rostro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit miró su espada, con una mezcla de admiración y recelo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Nunca pude entender como algo tan sencillo resulta tan... Fuerte. Es solo acero afilado, con un mango —dijo. Una gota de sangre chorreó por el filo y fue a posarse con lentitud en el canto de su mano. Ivrin se acercó a su lado y comentó:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Bueno, será que depende de quien la use, ¿no?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit lo observó y no dijo nada. Pero le tendió la espada, que Ivrin tomó con el mayor de los gustos. Giró y miró al Señor Fleming, que empezaba a forcejear con sus nudos otra vez, desesperado por hacer algo. Sin embargo, su cuerpo le informaba a su cerebro que estaba atrapado y que las posibilidades de liberarse era nulas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Ahora sigue tu niña—. Hizo una pausa y le sonrió—. Ella me pateó, lo notaste, ¿verdad?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Se puso frente a Yvanna. La niña lo miró despavorida y forcejeó con desesperación. Pero el cansancio en su cuerpo y la efectividad de los nudos le hacían imposible salvarse.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Ayúdame a darla vuelta —pidió Ivrin a su primo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¿Qué tienes pensado? —dijo Dixit mientras se agachaba y tomaba a la niña por los hombros.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El rostro de Ivrin se contrajo y la sonrisa en su rostro desapareció. La mirada oscura que nublaba sus ojos resultaba escalofriante; más lo que en realidad espantó al Señor Fleming, fue el bulto en la ingle del enano, que impulsaba un temor mucho más desesperante que cualquier otro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Voy a hacer sufrir de verdad a esta niña.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit terminó de girar a Yvanna, y su mirada quedó a la altura de la ingle de Ivrin. Notó que la erección de su primo resultaba descomunal en comparación a su corto cuerpo. Nunca había tenido que parar a Ivrin para que hiciera algo indebido. Sin embargo, nunca se le había dado por violar a nadie, lo cual conformaba a Dixit, que creía que el sexo como coacción y ataque era repugnante.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Irguiéndose, manifestó:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—No.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Esa simple palabra pareció activar un mecanismo de defensa en Ivrin, que entornó los ojos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¿Qué no?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Por favor, no lo hagas —dijo Dixit—. No somos así.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Voy a hacer lo que quiera. ¿Te ha dado un ataque de moralidad, de insensatez? Merecen sufrir, ya sabes como son.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">La negociación con los humanos resultaba inútil para Dixit. Pero la negociación con un loco podía ser peor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Vamos, solo mátala, ¿está bien? No tienes porque hacerle sufrir cosas que no merece.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ivrin le plantó cara y le espetó con un grito:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¡No me digas qué hacer! ¡Me invadieron y quiero mi paga!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit lo miró largo y con fingida comprensión. Luego contestó:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Lo que te haga feliz, primo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ivrin sonrió y se giró, apoyando la punta de la espada en el suelo de cemento y usándola como estabilizador para agacharse. Tomó una nalga de la niña y la apretó, abriendo un poco la boca y largando un involuntario gemido, que sonó como la satisfacción de un retrasado mental al acabar su primera masturbación.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Niña bonita, niña bonita —dijo en un lascivo y repugnante susurro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Luego tomó el pantalón de la niña y acercó el filo de la espada, con la intención de romper la tela. Pero Dixit, un enano que disfrutaba de la sangre, la muerte y el placer de asesinar, no consideraba ético la violación. Era una actitud discutible para alguien con un poco más de cordura, tal vez. Pero en su mente se presentaba con claridad y la consideraba como una verdad intachable.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dió algunos pasos hacia atrás y recorrió con la mirada el sótano. No tenía ningún arma a mano, pero la luz de la lámpara de gas reflejó algo en lo alto, colgado de la pared. Dixit se acercó, mientras escuchaba que la tela del pantalón de Yvanna se rasgaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Al observar con más detalle, pudo notar que lo que había producido el reflejo era el metal de un patín de hilo. Sin perder tiempo en la sorpresa que le producía encontrar un arma tan poco convencional, trepó con rapidez por la alfombra, la cual era larga y cumplía su propósito. En el momento que llegaba arriba, escuchó a su primo producir un grito de sorpresa cuando Yvanna intentaba patearlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Dixit descolgó el patín casi con ternura, y bajó de un salto al suelo. El golpe de sus pies sobresaltó a Ivrin, que giró su cabeza y lo miró. Con desconfianza preguntó:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—¿Qué diablos haces?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—No puedes violarla primo. Y no me escuchas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Ivrin se puso de pie, olvidando a la niña y fijando su atención en un nuevo y sorprendente objetivo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Dije que voy a hacer lo que quiero, primo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pronunció la última palabra en un escupitajo verbal de infinito desprecio. Dió un salto y levantó la espada por sobre su cabeza, corriendo con furia hacia Dixit. Este último lo conocía lo suficiente para saber que Ivrin era un peleador mediocre, y no le resultó difícil esquivar su ataque y producirle un corte en la espalda, el cual hizo que Ivrin se encorvara por el dolor. Chocó con la alfombra, y se apoyó en la misma. Después levantó la espada, dispuesto a arremeter por segunda vez.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="PT-BR" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Traidor, escoria, pedazo de basura. </span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">¿Cómo puedes hacerme esto? —dijo en un susurro reptilinio.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—No eres el mismo de antes, Ivrin. No escuchas, y eso me lastima. Espero que sepas entender algún día, en otro tiempo. Ahora, te vuelvo a pedir por favor: No hagas esto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Sin responder, con un grito desencajado, Ivrin atacó a Dixit, tratando de traspasarle el pecho. Dixit actuó con rapidez y, a la vez que esquivaba el ataque, le cortaba el cuello a su primo de un golpe certero y limpio. La sangre salpicó la pared y parte de la alfombra, cuando Ivrin dió media vuelta tratando de tapar la herida.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Su último pensamiento antes de tocar el suelo y morir, fue que no tenía ni la menor idea de que había pasado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 16.5pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">10</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt;">D</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">ixit dejó la espada al lado del Señor Fleming. Este lo observaba abrumado, con los ojos nerviosos y asustadizos. No podía confiar en ese enano que había asesinado a su hijo y maniatado con total impunidad. Mucho menos sacarle la mirada de encima.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Aquel imbécil le quitó todo lo bueno a lo que íbamos a hacer. Parece que ustedes, humanos, tienen una segunda oportunidad y no les toca morir esta noche.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Se puso de pie, observando de forma alternativa a Yvanna y al Señor Fleming.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Sin embargo, si alguna vez nos llegamos a encontrar, de seguro los mate. Como yo quiera y como a mi se me plazca. En lo que se refiere a derramar sangre de hombres, soy un experto y un gran entusiasta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Luego se dirigió a la escalera y comenzó a subirla. Cuando llegó arriba, antes de cerrar la puerta del sótano, Dixit declaró:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">—Voy a seguir mi viaje. Venir aquí resultó en vano e innecesario. Yo que ustedes, empezaría a pensar en la mudanza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Luego cerró la puerta y se marchó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">El Señor Fleming y su hija, comenzaron al poco rato la trabajosa tarea de liberarse de las cuerdas que los mantenían atados.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Pero liberarse del remordimiento, el sufrimiento y los sueños, no resultaría tan fácil.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">De hecho, pasaría a ser por el resto de sus vidas, una meta inalcanzable.</span></div><br />
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<div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Blog del autor: </span></b><a href="http://porquensilencio.blogspot.com/">http://porquensilencio.blogspot.com/</a></div><b></b><br />
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<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Título, ilustración y epígrafe pertenecen al libro "Los misterios del señor Burdick", de Chris Van Allsburg.</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Este blog no cobra dinero ni lucra con los textos aquí publicados.</div></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-28011654413883538752011-12-20T13:51:00.000-08:002012-02-03T16:41:13.376-08:00OTRO LUGAR OTRO TIEMPO<style>
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</style><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK9"></a><a href="http://www.blogger.com/" name="OLE_LINK8"></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial", "sans-serif"; font-size: 28pt;">Presenta</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt; mso-bidi-font-family: Raavi;">LOS MISTERIOS</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt; mso-bidi-font-family: Raavi;">DEL SEÑOR</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 36pt; mso-bidi-font-family: Raavi;">BURDICK</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: Ravie; font-size: 22pt; mso-bidi-font-family: Raavi;">De Chris Van Allsburg</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK8;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK9;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt;">OTRO LUGAR, OTRO TIEMPO</span></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWcMevM2OLNLvGPjOkjmMhy1SZOnpB1KpvUOvENzxGwY0Cw_Il1MAeyg19LNxmZZwhMhiitgiqB3JwmtcNzZht4iiYbupjH_o848n7mf1L9xgwWcZs8RxsZp8NHu65pG7h6mGqaUcRWdw/s1600/05+Otro+lugar%252C+otro+tiempo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWcMevM2OLNLvGPjOkjmMhy1SZOnpB1KpvUOvENzxGwY0Cw_Il1MAeyg19LNxmZZwhMhiitgiqB3JwmtcNzZht4iiYbupjH_o848n7mf1L9xgwWcZs8RxsZp8NHu65pG7h6mGqaUcRWdw/s400/05+Otro+lugar%252C+otro+tiempo.jpg" width="310" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK8;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK9;"><span style="mso-ansi-language: ES-AR; mso-fareast-language: ES-AR; mso-no-proof: yes;"></span></span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK8;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK9;"><span lang="ES" style="font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Si había una respuesta, el la encontraría allí</span></span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK8;"><span style="mso-bookmark: OLE_LINK9;"><span lang="ES" style="font-family: Jokerman; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Escrito por William S, Poe</span></span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><br />
</div><span style="mso-bookmark: OLE_LINK9;"></span><span style="mso-bookmark: OLE_LINK8;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">T</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">om y Alan y yo, Jim Hawk, nos pasábamos las tardes de verano en la casa de mi abuelo. Él era viejo como todos los abuelos, pero no era cascarrabias ni te gritaba que no pisaras su césped como nuestros vecinos; siempre estaba haciéndonos bromas y contándonos historias. Por eso cuando llegaban las vacaciones, mis amigos y yo nos íbamos a su casa cerca del lago. Era blanca, de madera, la había construido con sus propias manos. Cada año, mientras crecimos, marcaba nuestra estatura en uno de los postes que había en el porche. A lo lejos, la resplandeciente superficie de plata del lago, con aquel renqueante muelle. En los días de lluvia parecía cantar su propia canción de cuna.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">El autobús nos dejó delante de la hilera de buzones con las banderitas bajadas, excepto una, con una sonrisa me acerqué y lo abrí. Sabía que dentro estarían los primeros regalos de bienvenida: tres estupendos sombreros de marinero. Sería otro genial verano. Mientras los tres nos colocábamos nuestros presentes, entre risas corrimos veloces por el camino de tierra hacia la casa.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">BIENVENIDA</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">N</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">uestros pechos repicaban entre cada expectoración por la necesidad de aire, pero no hacíamos caso, corríamos tan veloces nuestras piernas nos dejaran hasta llegar a la puerta. La sombra de la enorme casa nos dio abrigo y como si hubiéramos pasado de la parte de sol a la cara oculta de La Luna tuvimos un poco de frío. Miré a Tom, y su hermano gemelo Alan; sonreímos y nos colocamos en fila mirando al porche exterior. Respirábamos recuperando el aire. Alan se quitó el sombrero y se limpió el sudor con el brazo derecho. Dejamos los petates en el suelo a nuestro lado, nos volvimos a mirar, sabiendo lo que a continuación llegaba. Nuestras miradas dijeron preparados.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">«¡Oh Capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha concluido;</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">El barco ha enfrentado cada tormento, el premio que buscamos fue ganado;</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">El puerto está cerca, las campanas oigo, toda la gente regocijada»</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Cantamos todos al unísono con nuestros gorros puestos. A no más tardar, de entre las fauces de la enorme casa, entre la mosquitera y la puerta apareció mi abuelo, Ben Bowman, que así se llama. Vestido con un viejo traje de pirata de esos de las películas como el capitán garfio, sus pasos sonaban en la madera, nos miró con cara de pocos amigos, levantó su espada al sacarla de la funda y gritó:</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">«¡¡Malditos infelices que venís a romper la paz de mi navío. Sed más sólo la carne de mi sable que os travesará con gusto!!»</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Pareció asustarnos pero de entre las sombras de la casa, apareció mi abuela Adelle con su pelo blanco como las coliflores; todos reímos cuando ella nos dijo con tono de pirata brabucón y un parche en el ojo: <i>«Venid marineros, os espera una larga travesía pero probad los manjares antes de partir»</i> En sus manos enguantadas llevaba un plato con tres trozos de su tarta especial de frambuesas. Sonreímos ante el ofrecimiento, a lo que mi abuelo Ben bajó su arma como otrora vencido. Aunque quemaba un poco, los trozos cayeron por nuestras gargantas mientras nos mirábamos unos a otros, desde ese momento empezaban nuestras verdaderas y felices vacaciones.</span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">EL PELIGRO</span><span lang="ES" style="font-size: 36pt;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">P</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">ara nuestro asombro, la habitación seguía estando igual que todos los años. Se había levantado algo de brisa, la cual hacía mover las cortinas como si un fantasma deseara entrar desde la ventana abierta. Entre los visillos se veía el lago <i>esmerilado</i> danzar al sol del cálido verano. Tres camas, dos en la parte derecha y una enfrente de ellas, reposaban en un suelo de madera. Las colchas eran bordados y <i>quilts</i> que mi abuela y sus amigas habían creado. Estrellas, lunas, cohetes para Tom; Letras, palabras y una máquina de escribir para Alan. Para mí, en la cama de la izquierda, los cuadrados tenían los dibujos de piratas, barcos y todo el ambiente marino… Me encantaba el cuadro en donde un pulpo destrozaba a un barco lleno de piratas barbudos, y como el capitán desde el agua levantaba su garfio. Apenas había poco más, salvo alguna estantería repleta de libros, y una mesa antigua de madera algo ajada delimitando las dos partes del cuarto.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Los tres mirábamos desde la puerta a unos enormes paquetes que reposaban en sendas camas, el abuelo se acercó subiendo las escaleras y quitándose el gorro, detrás de nosotros posó sus manos en los hombros de Tom y de Alan estando yo en medio, nos miró desde su altura y dijo:</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">«Adelante, abrid vuestros regalos»</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Saltamos como gacelas al ver a una leona en plena sabana sobre nuestras camas; tirando en el suelo los petates con la ropa y varias cosas más. Descerrajamos la envoltura de papel para contemplar cada uno de nuestras dádivas; todo acorde con los gustos del destinatario. Tom y Alan tenían una edición de <i>“Cuentos completos de Poe”</i> y <i>“De la tierra a la luna”</i> respectivamente; yo no tenía ningún libro si no la figura de un barco <i>“El Peligro”</i> uno de los últimos barcos piratas, según las historias que me contaba mi abuelo, sus restos con un botín en oro descansan en el lago. Miré a mi abuelo y le sonreí; todos dijimos gracias, sobre todo los gemelos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Ben Bowman por aquel tiempo no sabría cuántos años tendría, era un anciano muy viejo para nosotros, pero gracias a como era, no como todos los ancianos que conocíamos, lo tratábamos como un igual, su corazón era el de uno de nosotros. Tenía el pelo cano, aunque le quedaba escaso, sólo por los bordes de la cabeza, dejándoselo en una leve melena; sus ojos se escondían muchas veces en los pliegues de sus arrugas, dejándose ver como los eclipses… pocas veces, mas cuando se asombraba y levantaba las cejas. Su voz era lenta y parsimoniosa, instructiva, articulosa en el arte de la oratoria, sus años como profesor la convirtieron en, a veces, quejido.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">El pecio que sostenía entre mis manos era hermoso, de completos detalles. Sabía que mi abuelo era el constructor debido a pequeñas <i>«firmas»</i> no sólo su nombre. También figuritas de varios piratas como aquel barbado greñudo que era el temible capitán; o el joven hijo con su sombrero agujereado del anterior gobernante, historia que me encantaba. Como habían dejado en tierra al bribón de William Deveraux después de un intento frustrado de asesinato. De ahí el sombrero con un agujero justo en una de sus alas.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Una frase de la abuela subió por la escalera. Estaba lista la limonada y nos la dejaría en el porche trasero. Mientras desempacábamos todo, mi abuelo bajó para luego encontrarse con nosotros allí, en su mecedora preferida, mirando a lo lejos el lago; preguntándonos como había ido el verano</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">EL LAGO</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">L</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">a silla crujía como las ramas de los árboles en una noche tormentosa. Siempre me asustaba de pequeño las sombras que producía en casa aquel viejo y terrorífico árbol. Un día Ben, de visita, por la mañana me puso frente a aquella mole centenaria, dejando que lo tocara, lo sintiera y comprendería que no tenía que temer nada.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Tom y Alan salieron al porche y se taparon los ojos con la mano, el sol les molestaba de estar en el interior. Alan se subió a la balaustrada y apoyándose en una de las columnas de madera abrió su recién estrenado libro y empezó a leer. Tom le secundó con el suyo pero se tumbó en la parte baja del asta. Yo por mi parte me senté cerca de mi abuelo, viendo como el dormitaba. Una mosca se posó en su cabeza, viajó por su cara, los ojos, la mejilla izquierda y la nariz haciendo un leve paseo por los labios. Ni se inmutó.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—¿Cómo ha ido el año, chicos? —dijo abriendo uno de los ojos al marcharse la mosca.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Los gemelos asintieron con un leve mohín prestando atención a sus libros. Yo, me arremoliné sobre el sillón de mimbre con aquellos cojines rosados y me tumbé esperando que mis padres no le hubieran contado sobre mis últimas notas.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Jim, crees que no me hubiera enterado de tus notas… Vivo en ninguna parte pero para ello tengo el teléfono. No te preocupes queda todo un verano para que tú y yo hablemos sobre esa asignatura.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">No tuve más que sonreír, otro adulto, hubiera empezado a hablar y hablar hasta la saciedad sobre la responsabilidad y bla, bla, bla. Pero mi abuelo comprendía que aún éramos niños y debíamos ir lentos en el largo camino que nos tocaba vivir. Disfrutar del trayecto mirando los árboles. Los veranos anteriores los tres los pasábamos en el muelle o en una pequeña barca, pasando la mañana con cañas fabricadas por nosotros mismos, escuchando el silencio del mundo. Como podíamos oír las conversaciones de los peces. Mi abuelo hasta nos divertía haciendo voces, imitando el sonido mojado y acuoso de los peces que se movían cerca de la caña.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Se movió deprisa, como si la mosca le hubiera picado, llenó cuatro vasos de limonada, haciendo tintinear el hielo entre el líquido verdoso y movió las manos en señal de que se acercaran los gemelos. Estos lo hicieron dejando los libros en la pequeña mesa donde reposaba la jarra y los vasos. Se sentaron en el suelo frente a Ben, sabiendo que era el momento de empezar con la primera historia del verano.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Os contaré la leyenda que reside en aquel lago —, señaló hacia aquella superficie—más allá del hondo y aparente cieno del fondo, reside los restos de uno de los barcos más temidos de todas las aguas —, empezó a contarnos con aquella voz calibrada para el miedo—. Al principio podéis creer que esto es un simple lago, pero no hace muchos siglos comunicaba con el mar. Debido a que era un buen lugar de atraque, el pirata William Deveraux lo usó como escondite para sus fechorías. Creed el miedo que las gentes le tenían que cuando veían la quilla de <i>“El Peligro”</i> había navíos que rendían sus mercancías lanzándose los tripulantes al agua… y antes no todo el mundo sabía nadar—. Nos asombramos de tal descubrimiento, ahora todos sabían, al menos, entre mis amigos; aquellos que no, eran convertidos en tema de mofa y bromas—. ¿Os he contado como era el temido Deveraux? —dijo moviéndose de la mecedora. Se acercó a la puerta y del interior volvió a sacar el sombrero pirata, un parche y un viejo loro de peluche… colocándose todo mientras nos contaba había perdido cada parte —el ojo lo perdió en una timba de póquer en una taberna, no tenía suficiente dinero y sentenció creyendo que ganaría la partida —Ben con voz ronca de pirata mal hablado dijo: «Si pierdo con tales cartas, perderé mi ojo»</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Nos sorprendimos cuando mi abuelo hizo con mímica, como Deveraux enseñaba sus cartas, bajó su boca en señal de tristeza y rápido, de su garganta salieron sonidos guturales actuaba el arrancarse el ojo. Estábamos sorprendidos, William <i>“El Pirata”</i> se quitó un ojo por una apuesta allí mismo. Cuando Ben se colocó el parche en el ojo derecho siguió con la historia describiendo la barba negra, los ojos inyectados en sangre y lo más curioso…</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—También se le llamaba, <i>“La Muerte Roja”</i> ¿Sabéis por qué? No era únicamente por los cadáveres que iba dejando en sus robos; al revés que otros piratas, él se quitó un diente y no se colocó uno de oro si no un trozo de un rubí. Pero lo interesante, chicos. El trozo de rubí pertenecía a un tesoro español, <i>“La Goleta del Hombre Muerto” </i>que a su vez ese oro fue robado a los indígenas americanos. Y con ello una terrible maldición —. Paró un segundo para dar dramatismo. Nosotros seguíamos expectantes, Tom y Alan sentados con las piernas cruzadas apoyaban sus codos en los muslos, para reposar sus mentones en las manos. Con ojos inquisidores escucharon a mi abuelo—. El no morir nunca—, dijo—William creyó eso y se arrancó el mismo un diente cuando consiguió parte del botín; prohibiendo a todos el robar la más pequeña porción.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Así como hizo con la parte del ojo, se “arrancó” un diente dándose la vuelta para aparecer con un trozo rojo en uno de ellos, sonriendo con su disfraz.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—¿Y bien, qué tal? Seguro que puedo hacerme pasar por el mismísimo Bill <i>“El Pirata” </i>—rió con una carcajada caricaturesca—. Entonces creedme lo que ahora os digo, había una única persona que no temía al ladrón de los mares, como a veces le llamaban y esa persona era… —calló para que alguien dijera algo y como yo era quien más había leído, enseguida salté ante el asombro de mis amigos— ¡La reina española!</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Exacto —dijo señalándome—. Cuando la reina Isabel se enteró de cómo perdía las rutas comerciales, decidió que era hora de que Bill fuera apresado y si no se conseguía su encarcelación, su muerte. Por ello mandó a uno de sus mejores espías para que se infiltrara en su red y al fin fuera apresado. Pero William era listo y cuando descubrió al traidor, le mandó ahorcar del palo mayor. Aunque no había contado con que este, enviaría tan pronto como supiera, el escondite del pirata como noticia a su reina. Y así es como <i>“La Muerte Roja”</i> fue derrotado, barcos en nombre de la reina persiguieron a <i>“El Peligro”</i> por todo el ancho mar, hasta que consiguieron encerrarlo en este lago. Todos deseaban que se rindiera, no tenía escapatoria, decenas de barcos anclaron a las puertas esperando que Bill plegara velas, las armas y dijera dónde estaban todos los botines robados. Pero nadie contó con su astucia, o al menos eso dice la leyenda. Cuando los soldados decidieron entrar, el barco del pirata y él habían desaparecido… Unos dicen que los hundió con todo el botín mayormente plata, por eso siempre luce su superficie de ese color, y otros ni siquiera se lo explican…</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Durante toda la tarde mi abuelo nos contó las más bellas peripecias del capitán de <i>“El Peligro”</i> y de cómo perdió su barco. Fue un buen inicio de verano.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Mañana podremos ir en la barca, chicos… —dijo levantándose pesadamente de la mecedora—hacia el otro lado del lago y os enseñaré dónde se encuentran los restos de su cueva.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Todos nos sonreímos sabiendo que sería un día perfecto.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">LA FIESTA</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">«</span></i><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Q</span></i></b><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">ué extraño…»</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> se decían unos a otros <i>«…una fiesta en la cual no hay payasos ni castillos hinchables» </i>Los tres amigos habían venido a aquella reunión con el traje de todos los domingos, esa fiesta aburrida y sosa que los adultos habían organizado. Ninguno de los tres comprendía como el verano había sido interrumpido para hacer aquella fiesta tan rara, sin ser el cumpleaños de nadie en la familia.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">El viejo lago a lo lejos presidía como el sol reposaba en su superficie. Había venido gente que ni siquiera los niños conocían. Todos se arremolinan entorno a la casa, grupúsculos de personas hablaban en pequeños coros mientras disfrutaban de la comida; lo único que no gustaba a los niños era la música lenta y pesarosa, junto con la ropa apretada…</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—¿Por qué tenemos que llevar esta ropa, mama? —preguntó Jim tocándose la pequeña corbata de nudo ya hecho— me está dando mucho calor—. Los otros niños asintieron.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Sólo será unas horas querido— Elisabeth Hawk le aplanó la corbata por dentro del jersey y le sonrió dándole con el dedo índice derecho en la nariz, para que este sonriera—. Portados bien y no hagáis travesuras —dijo a los tres niños sentados en una de los bancos colocados en el jardín entorno varias mesas. La señora Hawk se distanció y alejó conteniendo una lágrima. <i>«Por qué estaba mamá tan triste»</i> se preguntaba el joven Jim, tocándose aún la corbata.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Qué tal si subís un rato a la habitación y cogéis un libro o algún juguete para entreteneros un poco, eh cariño—. Elizabeth acarició en la cabeza a Jim y sus amigos, segundos después de volver.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">De camino hacia la habitación, los tres permanecían asombrados sobre la foto de Ben Bowman, una gigantesca cara colocada en un caballete rodeado de algunas flores. Era mucho más joven y sonreía con aquella sonrisa de dientes perfectos. Intentaron leer que ponía bajo su foto; pero antes de hacerlo, fueron interrumpidos por uno de los adultos al grito de <i>«Adiós camarada, espero que estés en un mejor lugar. No olvidamos lo que nos debes»</i>, clavando sobre esta un cuchillo; cuya empuñadura era de oro, en su extremo una pequeña borla roja danzaba lenta, las caras asustadas de los tres niños se reflejaban en la hoja.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—¡¡Por favor podías tener algo más de cuidado!! —aulló James Senior mirando a los niños y quitando rápidamente el arma blanca—. Chicos por favor salid fuera a jugar un poco por ahí—. Cuando se iba a ir Jim fue parado por su padre—. Espera hijo, ven aquí —le dijo colocándose a su altura y sosteniéndose un poco en los hombros del muchacho—¿Qué tal estás, campeón? Siento que el abuelo no pueda estar aquí hoy, pero esta fiesta es en su honor, sé que aún no comprendes, pero deseo decirte que el abuelo está en un mejor sitio.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Los pies de los niños jugaban con el suelo moviendo como un péndulo sus piernas que no llegaban casi al terreno. Se quedaron asombrados cuando del interior de la casa apareció la figura de lo que creían que era el señor Bowman, sonrieron y salieron corriendo en busca de una historia que les quitara el aburrimiento. Pero la persona que apareció no era él; si no un hombre algo más joven que el padre de Jim. Cuando ellos bajaron la cabeza y tornaron tristes sus caras, el joven quitándose el sombrero de marinero, sonrió y se puso en cuclillas.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—¡Vaya recibimiento, chicos! —Movió el interior de su gorra entre las manos—. Soy John Silver —extendió la mano derecha y primero tocó el pecho de Jim diciendo: —Tú has de ser el joven Hawk, mi tío me habló mucho de ti— y el dedo se convirtió en la mano apaisada que el niño apretó mientras se perdía en los ojos azules y la barba pelirroja.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">John se levantó y se volvió a colocar el sombrero, cuando el padre de Jim se acercó a este y saludó con la mano. Mirando a los niños antes de hablar, dijo unas palabras leves al oído de Silver y los dos se internaron en la casa, dejando de nuevo a los niños inmiscuidos en sus lecturas aburridas.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">TIO SILVER</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">N</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">os habían dejado después de la fiesta que pudiéramos ponernos nuestras ropas de verano. Tom y Alan seguían con los pantalones; pero se los habían subido para que no sé mojaran al meter las piernas en el agua acariciándole los pies, en aquel viejo muelle. Con las cañas en espera de que algo picara, vieron cómo se acercaba John.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—Hoy puede que no piquen mucho, quizás estén tristes… —se sentó junto a nosotros enterrando también sus pies en el cálido agua—. ¿Queréis una historia del temible pirata Bill?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Todos nos asombramos, solo mi abuelo era capaz de contarnos historias. Dudé el preguntar pero al final deseaba saber más: <i>«¿Sabes dónde se encuentra mi abuelo?»</i> John Silver dejó su sombrero de tonos azules, blancos y negros con un pequeño águila en su frontal; sobre el muelle de madera crujiente en cada pequeña embestida de la superficie del lago. <i>«Tu abuelo ha sido secuestrado, Jim»</i> dijo con una expresión dura, abrimos la boca con un temor en los ojos. Tom y Alan se miraron preguntándose qué haría yo. <i>«Tendremos que ir a buscarlo»</i> estaba a punto de tirar la caña y salir corriendo por el muelle, para hablar con mis padres, debían saber algo de todo ello. <i>«No podemos, ha sido apresado por Bill el pirata, desea recuperar su tesoro» </i>Ninguno de nosotros podía creerse que mi abuelo hubiera sido apresado por un pirata que había muerto hace muchos años… <i>«Quizás el tuviera aún una cosa como esta…»</i> De un bolsillo extrajo una enorme lágrima roja finamente pulida, decorada con dibujos de olas y esferas extrañas, exacta como las imágenes de los libros que tenía en mi habitación. Estaba coronada en un dorado engarce en forma de serpiente haciendo un ocho sobre sí misma, con una cadena de plata. <i>«¡La joya!»</i> aullé. Ahora si temíamos que todo fuera cierto. Si nadie nos quería decir donde se encontraba mi abuelito, temían que también él nos buscara. <i>«Chicos, tenéis que hacerme un favor, yo he venido aquí porque sé lo que está pasando»</i> Se reunió entre nosotros tres, para que nadie pudiera oírnos a pesar de estar lejos de toda la concurrencia <i>«Esta joya pertenecía al amigo, compañero y enemigo de William, nadie conocía su nombre pero era llamado por “El Largo”. La encontré hace muchos años en uno de mis viajes por ultramar, chicos y sabed que tiene poderes… Con ello podremos rescatar a tu abuelo»</i> me señaló mientras la joya brillaba cerca de mis ojos. <i>«Pero necesitamos algo…»</i> sus ojos se acercaron a los míos <i>«Si se han llevado a tu abuelo, eso quiere decir que aún tiene que tener lo que cogió prestado»</i> Pensé que me podía haber dado lo cual fuera importante para un pirata. Pero últimamente no tenía nada relacionado con los piratas, <i>«¿Las cosas del abuelo estaban siendo empaquetadas? La abuela nunca poseyó nada…» </i>pensé, pero mis recuerdos me llevaron a aquella botella, en ella descansaba una versión en miniatura de “El Peligro” rápidos todos subieron siguiéndome hasta la habitación, la gente a nuestro alrededor seguía hablando y asombrándose algunos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Cuando llegamos a la entrada de la habitación al fondo descansaba el casco de la botella, la noche tras el cristal de la ventana se iba haciendo dueña del día. Pero aún quedaba un rayo de luz que hizo brillar uno de los camarotes del castillo del barco. <i>«Ahí lo tenemos»</i> dijo John con ojos grandes sin parpadeo, se acercó lento hacia la botella y entre los gritos de los tres; estrelló el cristal contra una de las baldas de la estantería. El casco del barco reposaba en sus manos, escorado, varado entre un leve mar de cristales. Ante una réplica nuestra, un siseo nos calló mientras con un movimiento de sus manos, nos enseñó un compartimento secreto, dentro: una llave dorada; pequeña con la forma reptiliana en su parte ancha. Dejó el barco sobre la cama, y sacó su joya, ahora recordaba su nombre <i>“el ojo del destino incierto” </i>sobre ella el engarce que unía esta a la cadena, encajaba perfectamente en la llave minúscula, un leve sonido mecánico y desde el interior rojizo calló una reluciente moneda de oro. <i>«Aquí tenéis un trozo de historia… Un ejemplo de que existe el tesoro de “La Goleta del Hombre Muerto”»</i> nos enseñó a los tres la reluciente moneda. Asombrados escuchamos las siguientes palabras: <i>«Chicos, tenemos que irnos esta noche. Sé que es muy rápido pero recordáis la inscripción… ¡pusieron precio a su cabeza!»</i> dijo guardándose la moneda. <i>«¡Aquel hombre del cuchillo!»</i> dije asustado <i>«Pero entonces para qué es la moneda»</i> habló Alan. <i>«Vamos a pagar nuestro peaje a la isla de Isoboros. Dejadme que os cuente lo que vamos a hacer…»</i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Todos escuchamos terriblemente atentos la historia. Yo tenía en mi mente a mi pobre abuelo, encarcelado en una cueva excavada en la roca; con barrotes de hierro para que no pudiera salir, helado por el frío. Sin posibilidad de tener contacto con nadie, con los sonidos de la selva que no le dejarían dormir, una enorme barba blanca y sucia y como feroces piratas se acercaban a su prisión para reírse de él, soltándole las sobras de la comida. Mi abuelo las cogería del suelo soplando la arena pegada a las patatas podridas con sus dedos sucios. Asomaría por los barrotes pidiendo agua saliendo de las sombras que le ocultaban en la noche en un rincón. Mientras a lo lejos el barco de William, fondeado cerca de la costa se mecía lento en el agua, con el castillo iluminado, las risas de los borrachos marineros y los cohetes lanzados a su prisión para enseñar el placer que el cautivo no tendría. <i>«Debéis hacer todo lo que os diga al pie de la letra, pues nos encontraremos en el muelle por la noche» </i>Nos explicó toda la historia y el plan que tenía para conseguir que llegáramos a la isla del pirata. Era un experto marinero que en sus viajes había conseguido información importante. John Silver nos ayudaría pero a cambio, él se podría quedar con el tesoro de español. Cerramos el pacto dándonos la mano.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Horas más tarde, nosotros tres salimos de nuestras camas cobijados por la noche. La casa estaba completamente en silencio, fuera la luna refulgía entre algunas capas de nubes, esperando el amanecer. Pertrechados con unas pequeñas mochilas, guardamos lo que creíamos conveniente: la navaja suiza, varios tirachinas y un poco de comida para el camino, sin olvidar la reproducción de <i>“El Peligro”</i> por alguna cosa en mi interior, sentía que nos volvería a hacer falta. Esperamos a John en la oscuridad nocturna alumbrados por el reflejo del satélite que bailaba lento en el agua. Pasaron algunas horas y creímos que no vendría que fue una treta para conseguir aquella llave y la moneda y él ir directo a por el botín. Pero cuando estábamos a punto de volver a casa para dormir y explicar por la mañana el engaño, Silver apareció con una pequeña bolsa de cuero en sus manos. <i>«Creías camaradas que no vendría ¿verdad?»</i> Tom y Alan bajaron la cabeza y jugaron con las puntas de sus zapatos en señal de vergüenza, yo miré mi reloj sabiendo que pronto amanecería, ya sobre el horizonte podría verse los dedos de la aurora, luchando por salir sobre él. <i>«Qué traes ahí como podremos llegar hasta su isla, el lago está cerrado ya no podemos ir hasta el mar…» «Tranquilo, chaval»</i> me acarició el pelo con una sonrisa <i>«Para eso traigo esto»</i> y botó en su mano la bolsa, dentro del interior no sonó nada. <i>«¿Qué es?»</i> dijimos al unísono acercándose los dos hermanos. <i>«El polvo de esa moneda que había en el barco»</i> Silver abrió leve la bolsita y entre los dedos índice y gordo espolvoreó sacando un poco, arena finísima cayó dentro de la ella refulgiendo con luz propia. De nuestra boca salieron unos grandes <i>«Ohhh»</i> sin percatarnos cuando la cerró que los dedos del marinero se tornaron ancianos, amarillos y torcidos como alambres. Al darse cuenta este dijo <i>«Chicos venid y ayudadme con una cosa»</i> Le seguimos hasta su camioneta en cuyo trasera algo estaba cubierto por una enorme sábana. <i>«¡Tachán!»</i> destapó un vehículo de madera cuyas ruedas parecían aquellas chinchetas que tenía para clavar mis dibujos en el muro de la habitación de casa. Entre todos y con algo de esfuerzo llevamos el artilugio hasta cerca del lago, sin saber cómo esa cosa podría ayudarnos <i>«Tranquilos, es seguro lo construí de joven junto con Ben»</i> John sonrió dejando en el suelo varios palos y una enorme sábana.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 36pt;">EN BUSCA DE ISOBOROS</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;">C</span></b><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">erca del lago la noche iba muriendo. Su superficie se tornaba luz, una pequeña Ahora si temíamos que todo fuera cierto. Si nadie nos quería decir donde se encontraba mi abuelito, temían que también él nos buscara. <i>«Chicos, tenéis que hacerme un favor, yo he venido aquí porque sé lo que está pasando»</i> capa de niebla, colcha perfecta para que los sueños crecieran, iba ocultando la oscuridad. John Silver colocó cerca del agua aquel trasto de madera ante la pasividad de los niños.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—¿Cómo vamos a poder navegar con eso ni siquiera tiene una vela? —dijo Jim.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">John unió las astas y palos que había traído en una gran “T” la colocó en centro del artilugio y sacó la bolsita de uno de los bolsillos. Esta vez tenía guantes colocados.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Vamos a hacer ¡magia! —dijo en alto, soltando una nube de polvo de oro sobre el agua. Esta en calma, no hizo nada, pero minutos después, se agitó como si un caldero hirviendo estuviera debajo, los niños se apartaron un poco acercándose al adulto. Y entre la niebla, la burbujeante superficie, dejó paso a un lejano carril de vía. Ahora todos entendían aquel artilugio era como una pequeña locomotora. Los tres colocaron en la vía aquella cosa. Y sonrientes miraron a lo lejos, perdiéndose la mirada más allá de las nubes que se iban coloreando de rosa, la leve niebla.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Ahora, subid —dijo Silver. Todos se colocaron y este preguntó: <i>«Jim, seguro que has traído el barco ¿verdad? déjamelo»</i> El chico lo sacó de su mochila y posándolo en las manos del adulto, este lo dejó frente a ellos. <i>«Ahora mirad más magia»</i> echó un poco de polvo sobre las velas soplando lentamente y el tren se movió a su vez. Estaban en marcha.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Vamos en busca tuya, abuelo —aulló Jim con el viento en su cara cuando la velocidad era cada vez mayor. Todos se agarraron ante la rapidez de aquello.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">—Chicos —gritó John</span><span lang="ES" style="font-family: "; font-size: 14.0pt;">—</span><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> vamos a estar pronto en Isoboros y podrán conocer a “<i>El tuerto”</i> él sabrá qué ha pasado con Ben Bowman, no os preocupéis, a mi lado todo se solucionará— y levantó uno de los dedos enguantados, Jim lo miró parecía que no había nada de relleno en el interior, vacío. Muerto. Se imaginó una mano huesuda bajo el guante. John le miró notando sus pensamientos, una tierna sonrisa se marcó en la cara, pero una mirada heladora y tétrica en sus ojos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">«Si había una respuesta, él la encontraría allí»</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> pensaba Jim mientras el viento le helaba la cara. Mirando al horizonte, en su cabeza bullían pensamientos: dónde estaría su abuelo, en la sombra que John proyectaba en su mente, y en la aventura que había empezado. Sentía que ese verano no sería igual, y esperaba que el fuera lo suficiente mayor para luchar contra todo peligro.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-fareast-language: ES-AR;">A lo lejos, el amanecer, detrás ya no quedaba nada más que la visión de la línea del<a href="http://www.blogger.com/" name="_GoBack"></a> ferrocarril cortando lo que parecía ya no un lago sino el tremendo mar bravío.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span><br />
<hr align="center" size="2" width="100%" /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">William Sullivan Poe</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> <b>(1814)</b></span><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">vivió toda la vida torturado por lo que creía voces de los muertos. Diagnosticado póstumamente esquizofrenia, los estudiosos atan su remedio leve al escribir. Pasó la adolescencia en el psiquiátrico de</span><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> </span><i><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">"Rosefield"</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">licenciándose por carta en la escuela. Su etapa adulta la pasó entre varias universidades, que fue dejando por problemas de su enfermedad, atestimoniando disputas y dejadez por parte del profesorado.</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;"></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Aparajita", "serif"; font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">Muerto a la edad de 69 años en la más mísera locura e inmundicia. Atesoró durante su vida más de un millar de escritos. Su editor y amigo, A.J. Brungel le recomendó la escritura de unos relatos por medio de algunas imágenes, de ello nació varios cuentos publicados a su muerte, en 1859, Adicto a la bebida, confabulario de Edgar Allan Poe, del que obtuvo su apellido como homenaje, en sus encuentros discutían sobre la faz del terror. Muchas veces echado de locales junto a su maestro y compañero</span><span lang="ES" style="font-size: 13.5pt; mso-fareast-language: ES-AR;">.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-45497189862704216592011-12-06T01:15:00.000-08:002012-02-03T16:41:35.467-08:00EXTRAVÍO EN VENECIA<div style="text-align: center;"><span style="color: #7030a0; font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">Presenta</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 36pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 22pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">De Chris Van Allsburg</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #ffc000; font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">EXTRAVÍO EN VENECIA</span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq7nyu1gp6rJkdJEwRJHxjU0NRLtOYlsJLMkYOzYBP-0P4Ps70if3OrkMVEdt8HFv58MOZpuIsX0z4d8xgI6w4K7_hMvDBAXdl6Iz7jm1dAY3sb4XGX9TaY0GaWUgtR5qXX-KXCHYeMME/s1600/04+Extrav%25C3%25ADo+en+Venecia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" dda="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq7nyu1gp6rJkdJEwRJHxjU0NRLtOYlsJLMkYOzYBP-0P4Ps70if3OrkMVEdt8HFv58MOZpuIsX0z4d8xgI6w4K7_hMvDBAXdl6Iz7jm1dAY3sb4XGX9TaY0GaWUgtR5qXX-KXCHYeMME/s400/04+Extrav%25C3%25ADo+en+Venecia.jpg" width="318" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #0070c0; font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="color: white;">Aún con sus potentes motores en reversa, el trasatlántico fue arrastrado más y más en el canal.</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #002060; font-family: "Curlz MT"; font-size: 36pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">Escrito por Laura de la Rosa</span> </span></div></div></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: center;"><br />
<br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">1</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">M</span></i></b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">ientras ella descansaba en su pupitre, la cucaracha se adueñaba de la clase</span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">.<br />
<br />
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">uando comenzó el final de esta historia, en el momento que se decidió ponerle fin a esto, Lucia llevaba tres años en el internado de Venecia, una institución religiosa de nivel medio que sus padres buscaron cuando los problemas de la niña no podían ser escondidos por más tiempo. Si bien no era lo que había soñado para su adolescencia, era lo más parecido a la libertad que podía pedir. Allí nadie estaba pendiente de ella, como últimamente en su casa. En ese lugar era una alumna más a la que nadie tenía en cuenta. Cuando sus padres sugirieron la idea de llevarla no se opuso porque pensó que en ese sitio podría llegar a entender la revolución que tenía en su cabeza, la que comenzó esa tarde cuando descubrió que podía controlar a las cucarachas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial Black", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">~~~~~~~~~~</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">aminaba rápida y sigilosa por el alfeizar de la ventana, cuando la hermana Raquel se le acercó. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Ustedes saben niñas que las cucarachas —comenzó a decir con su voz chillona— pueden sobrevivir la disección quirúrgica estéril de la cabeza durante un largo período, especialmente si se han alimentado en el último tiempo, pero naturalmente son incapaces de alimentarse y mueren al cabo de unas pocas semanas por inanición.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A Lucia le molestaba la cantidad de adverbios que su profesora usaba para explicar. La ponía nerviosa que repitiera tanto las palabras cada vez que hablaba de algún tema. Sin embargo, el día de hoy le interesaba lo que estaba contando. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Las cucarachas son prácticamente ciegas y utilizan sus antenas para detectar vibraciones, cambios de temperatura y humedad.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Lucia la miraba caminar, se sonreía, y miraba las caras de asco de las compañeras mientras la docente contaba entusiasmada lo que sabía. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Las cucarachas han cambiado muy poco desde que aparecieron en el carbonífero, hace unos 300 millones de años.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se encontraba con los ojos fijos en ella, desplazándose de aquí para allá.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Las cucarachas mueren boca arriba porque contraen sus patas, de forma que se desequilibran y finalmente vuelcan.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los ojos de derecha a izquierda, perdida en sus patitas negras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Las cucarachas tienen como mecanismo de defensa la capacidad de simular la muerte para escapar de algún peligro que las aceche.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Estas últimas palabras de la profesora se acompañaron de un golpe seco sobre la ventana. No sé si quiso hacerlo o fue pura casualidad, pero la cucaracha terminó aplastada por su mano regordeta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Noooo…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Lucia no podía creerlo. Si hubiera intuido que la hermana iba a hacer algo parecido, le hubiera pedido que se vaya. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Su “noooo” se perdió entre las muestras de asco de las chicas y de su profesora, que corrió a la mesa para limpiarse con un tisue y tirar los restos del bicho al cesto. Cuando la campana sonó, salió rumbo a su celda, angustiada por no haber podido hacer nada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Ya sentada en su cama, tomó del cajón su cuaderno de notas y empezó a garabatear mientras su mente se perdía por ahí. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Todo está mal aquí</span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, pensó. ¿Por qué matarla?, si no estaba haciendo nada malo. Caminaba por la ventana, estaba perdida, extraviada, algo atontada por los venenos que ponen en este lugar. No estaba ensuciando, no había comida. Solo caminaba.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Lucia venía evidenciando estos fenómenos de forma sistemática. Era frecuente verla sentada bajo un árbol o en alguna plaza dibujando imágenes extrañas, o tratando de explicar algo que ella misma no entendía. Sus pensamientos volaban a situaciones lejanas o se fijaban en un pensamiento que repetía mil veces sin poder llegar a ningún lado. Dos ideas la tenían más preocupada: por un lado, el no poder entender el por qué de su don; y el segundo, la obsesión que tenía por la decadencia de Venecia. Sabía internamente que los dos temas se unían en alguna parte, pero aun no encontraba el nexo conector entre ellos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Antes de contarles como sigue esto, me gustaría poder describirles lo que Lucia pensaba de Venecia.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Todo en esta niña tiene un toque de obsesión. Si dibuja, es la más detallista; si limpia, no deja ningún recodo sin brillar; si estudia, es la mejor alumna. Así fue como al poco de comenzar en esa institución tuvo que enfrentarse al estudio y la investigación de un proceso que históricamente se llamó la decadencia de Venecia. Comenzó leyendo, recorriendo la ciudad, hablando con profesores, buscando datos, hechos. Y tras ese recorrido de imágenes e historia comenzó a sentir una angustia particular. No dormía, no comía, pensaba todo el tiempo en eso. Por las tardes, cuando lograba escaparse de su celda y pasar los perímetros del internado, se acercaba a algún muelle cercano a ver pasar las góndolas, recorría con la mirada los puentecitos, y vivenciaba la caída de este imperio. Una ciudad que fue el centro del comercio mundial y con el puerto más importante del mundo en el siglo XV, que tenía los mejores palacios decorados por artistas como Veronese y Giorgiane, hoy se encuentra en la decadencia pura. Es una ciudad deslucida que perdió el esplendor de antaño. Es la que debe soportar las inundaciones diarias que en gran parte del año ven desaparecer la Plaza de San Marcos. Lucia admiraba a su ciudad. Saber que su lugar había sido lo que fue y verla hoy destruida por el paso del tiempo, lúgubre. Era consciente que Venecia se caía, día a día y sin embargo nadie hacía nada para recuperarla. Cuando presentó la investigación para su clase, su maestra dijo algo que no pudo olvidar:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Lo bizantino, lo gótico, lo renacentista que tiene esta ciudad se alza sobre podridos pilotes. Para que Venecia vuelva a ser lo que fue, abría que construirla de nuevo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Dicen que la memoria es selectiva. De esa frase Lucia solo registró el final: habría que construirla de nuevo. Y para eso primero debería destruirse. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Llegó el momento de hacer”, escribió Lucia entre sus notas, esperando que las letras cobren vida.</span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">2</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">D</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">escubrió su don una tarde, mientras garabateaba en su cuaderno. Estaba sentada bajo los naranjos de la plaza pública, intentando dibujar una figura humana para su clase de arte. Aun no concurría al internado. Mientras miraba a quien de los tantos visitantes iba a dibujar, cruzó su vista con esos animales horrendos que ninguno de nosotros puede desterrar de su casa. Una cucaracha de aproximadamente cuatro centímetros caminaba por el borde de uno de los bancos. Le llamó la atención que caminara tan rápido, y se preguntó si no era posible que lo hiciera más lento. Así fue como, de manera paulatina, el bicho aminoró su marcha. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Lucia cuando le dijo “quédate quieta”, y esta obedeció.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Creyó que era pura casualidad, pero comenzó a ponerse nerviosa cuando veía que pasaba el tiempo y la cucaracha seguía ahí, quieta esperando nuevas órdenes.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Vuela —le dijo, y esta desapareció.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Asustada tomó sus cosas y corrió a su casa. Se encerró en su cuarto. Buscó algunas enciclopedias de su padre y comenzó a leer sobre estos insectos. Fueron noches sin dormir pensando en lo que había pasado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial Black", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">~~~~~~~~~~</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">a se acercaban los carnavales, las clases estarían suspendidas y sus padres trabajarían más de la cuenta. Tendría diez días prácticamente sola. Su madre ya había comenzado a notar que algo extraño pasaba con su hija. Pero por más que le preguntara, Lucia no podía contestar. ¿Qué iba a decirle? ¿Acaso que había hablado a una cucaracha y que está le había obedecido?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los primeros días todo era fiesta en las calles. Los turistas invadían el lugar con su dinero y sus flashes. Abundaban en las esquinas las maschera nobile, los arlequines bailando y cantando, la música repicaba sin cesar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Lucia sin embargo seguía encerrada, con sus ideas fluyendo y con la certeza de que tenía que averiguar si fue la casualidad o si algo ajeno a su voluntad le había dado este poder.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Encontrar una cucaracha en Venecia es casi tan fácil como encontrar un juguete en una juguetería. Basta entrar a algún lugar un poco oscuro para que aparezcan dueñas y señoras de ese perímetro. De noche recorren la ciudad, se esconden en las gárgolas, bajo los puentes que unen las islas, en las góndolas. En todos lados estas reinas de la supervivencia están acechando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Decidió darse una vuelta por la bodega de su padre: un cuartito escondido bajo una de las escaleras, oscuro y húmedo. Abrió la puerta despacio y encendió la luz. Cómo imaginaba, una serie de artrópodos salieron disparados para todos lados; algunos pocos quedaron a la vista de Lucia, que solo dijo una palabra: quietos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Como hipnotizados, permanecieron congelados en su lugar. Sintió un escalofrió en su espalda luego de ver que la obedecían, un miedo extraño. Ganas de irse y de seguir probando que era capaz de hacer.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Vamos — dijo cuando volvió a hablar—: síganme.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y una hilera negra la acompañó a su cuarto. A medida que caminaba por la casa, cucarachas de todos los tamaños la seguían. Una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro al recordar lo ridícula que le había parecido la historia del Flautista de Hamelin y hoy se sentía la protagonista. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial Black", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">~~~~~~~~~~</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">l llegar a la habitación se sentó en la cama y las cucarachas quedaron en el suelo, una alfombra color petróleo que se movía de aquí para allá, pero ninguna se acercaba a ella.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Algo temerosa estiró la mano hacia el piso para intentar tocarla. Suavemente, una de ellas se aproximó a su mano. Cuando la tuvo en la palma, Lucia la acercó hasta sus ojos para verla mejor. Era aplanada, con dos pares de alas dispuestas horizontalmente sobre el dorso de textura correosa. Las antenas, largas y finas; y las patas, largas y espinosas. Arriba, un escudo que la protege y prácticamente cubre la cabeza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Concentrada en esta pequeña no cayó en la cuenta que el resto comenzaba a subir a su cama. De repente se vio rodeada de cucarachas de todo tipo y tamaño que se movían convulsivas sobre el acolchado de crochet. Y le fascinaba verlas moverse, rodearla, tocarla en un ir y venir incontrolable. Una sensación de protección la invadía, una sensación de poder. Era líder de una horda extraña, de un grupo que si quería podría llegar a ser capaz de todo. Totalmente concentrada en ese ejército no vio llegar a su madre hasta que los gritos la espantaron.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Enloquecida salió gritando hacia la calle, su padre con una escoba trataba de espantar a las cucarachas del cuarto de su hija y en medio de ellos Lucia llorando e implorando que no les hagan nada. Que no las maten, que las dejen ir. Y pidiéndole a gritos a ellas que se vayan, que vuelvan a donde estaban. La desesperación no evitó que sus padres se dieran cuenta que la niña le hablaba a las cucarachas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Al otro día comenzó a visitar a un psicólogo que diagnosticó que tenía una imaginación muy frondosa y fabulaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial Black", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">~~~~~~~~~~</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">os episodios con las cucarachas se repetían a menudo y los padres de Lucia no podían controlarlos. Veían que su hija de trece años, por motivos que no podían explicar, sentía placer de rodearse de estos insectos desagradables. La casa se había convertido en un gran nido que su hija con ataques de ira no permitía eliminar. Al poco tiempo la ingresaron al internado. Lo que la ciencia no podía lograr, seguro lo haría la religión.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y dio resultados: en el internado Lucia era más feliz. Dormía sola y nadie entraba de noche a interrumpir las charlas que tenía con estas amigas tan particulares.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">3</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">levaba tres años pupila cuando ocurrió el suceso de la cucaracha y la hermana Raquel. Esa noche Lucia no durmió bien. No podía dejar de pensar como una religiosa podía matar a sangre fría a una criatura de Dios. Entrada la madrugada recorrió en silencio el internado y el convento y se trajo consigo a miles de cucarachas. Ya en su habitación les explicó una y otra vez, que no iba a permitir que nadie les hiciera daño y creyó ver dolor en ellas. Descubriendo además que podían también hacerle saber lo que estaban pensando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El mensaje que estas criaturas le daban era claro. Venecia mostraba la decadencia de Italia. Durante siglos han sido testigos pasivos de todo y es hora de hacerla volver a lo que fue, aunque esto signifique la destrucción total. Desde las gárgolas que todo lo ven, desde los ojos del León Veneciano, lo han visto todo. No es casual que de vez en cuando salten de los puentes sobre el cuerpo de las personas, o se metan entre sus pies. Es su manera de atacarlas, de asustarlas, pero son pequeñas y nada pueden hacer por separado. Es necesario que alguien las guie y las organice para llevar a cabo la venganza.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"></b></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Al entender esto Lucia volvió a recordar lo que su profesora dijo aquella vez. Para que Venecia vuelva a ser lo que fue, habría que construirla de nuevo. Y para eso, primero debería destruirse. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Hizo un minuto de silencio… ¿Pero cómo? </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Fueron varios los días en que en su cabeza solo rondaban esos pensamientos. En las noches, este clan se reunía. Como siempre, Lucia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>arrodillada en la cama y las cucarachas en el suelo, las paredes, los techos, rodeándola como si fuera una deidad. En uno de esos encuentros surgió la idea: en pocas semanas llegaría a la ciudad un transatlántico de gran envergadura, trayendo a grandes estrellas al festival de cine, y ese sería el momento ideal. Con la atención del mundo puesta en ellas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">4</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">E</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">l internado es una construcción antigua. Está ubicado en Canareggio muy cerca del límite con San Marcos. Con una edificación tradicional, a la derecha se encontraba el convento donde vivían las hermanas que impartían la educación católica. Tenía una capilla, las celdas de las religiosas, la sala capitular y los claustros. Uno de ellos se encontraba cerrado desde hacía varios años. Y fue ahí donde Lucía decidió encontrarse con sus pequeñas criaturas el día de la inauguración del festival de cine de Venecia.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Alrededor de las cinco de la tarde, el transatlántico había arribado al puerto principal del Gran Canal. Un crucero majestuoso llegaba a la isla, lleno de lujos y ambientes elegantes y refinados. Primero bajaron los turistas que eran capaces de pagar fortunas solo por viajar en el mismo lugar que una estrella de cine. Luego, cuando la alfombra roja ya esté ubicada, bajarían los artistas, los directores, las grandes figuras del cine mundial. El crucero quedaría vació unas horas, solo con la tripulación a la espera de volver a zarpar. </span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial Black", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">~~~~~~~~~~</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">legó la hora. Los flashes, los reporteros, la música. El mundo allí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"> Lucia respiró hondo, el aire olía a rancio como todos los días. No sabía bien lo que iba a venir, pero ya no había vuelta atrás. Comenzó a caminar por calles que desconocía guiando y guiada por cucarachas de todo clase. A medida que caminaba, ellas la seguían. La ciudad estaba prácticamente vacía. Toda la atención estaba focalizada en el festival. La gente no notaba a esta chica caminando seguida por miles de insectos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Cuando se fue acercando al gran show, sintió miedo. Ya era la hora. Las cucarachas sigilosamente desaparecieron por los respiraderos y desagües de la ciudad, pero sabían que debían hacer.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Ella se acercó entre los curiosos y los periodistas que la empujaban al costado de la alfombra roja, mirando fijo al transatlántico de fondo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"> Las estrellas caminaban posando para los fotógrafos. Sonrientes daban notas para los medios internacionales y algunos se animaban a vaticinar pronósticos acerca de quienes ganarían el León de Oro, ignorando lo que pasaba bajo sus pies. Millones de pequeñas cucarachas comenzaron a caminar por debajo de la alfombra rumbo al transatlántico. Como si fuera un pequeño sismo, los artrópodos hicieron temblar el piso. La gente comenzó a notar algo extraño. Realmente el suelo se movía mucho, y al caminar sentían el sonido que producen cuando uno las pisa. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los gritos no tardaron en oírse y todos empezaron a correr. Lucia pasó el perímetro que dividía a la gente común de las estrellas y se paró en medio de la alfombra. Las cucarachas comenzaron a hacerse visibles.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Nadie entendía nada pero corrían asustados. Esta parecía una invasión.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Una gran turba de cucarachas se acercó al transatlántico e ingresó a la embarcación llevándose todo por delante. La cubierta se cubrió de una película negra y móvil. Los tripulantes estaban impávidos tratando de quitarlas de allí, pero era imposible. Parecían multiplicarse a medida que pasaban los segundos. El barco quedó totalmente cubierto y comenzó lentamente a moverse.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial Black", "sans-serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">~~~~~~~~~~</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">ucia aún estaba en tierra firme. Caminaba rumbo a la embarcación mientras las cucarachas comenzaban a subir a su cuerpo. Al cabo de unos minutos una mancha negra con figura de niña caminaba por las escaleras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Nadie se le acercaba, solo atinaban a huir. Un manto petróleo la cubría, se adhería a ella, la regeneraba, y creaba de su ser un ente de dimensiones gigantescas. Cada cucaracha, de los millones que la envuelven, son una célula a la orden de un latido, del impulso totémico e incontrolado de Lucia, que ya en la cubierta del transatlántico dio la orden: Vamos a ingresar al Gran Canal. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">De las gárgolas y puentes, como un manto oscuro, avanzan las cucarachas, ingresan al agua, y ya bajo el transatlántico se mueven, haciendo que el majestuoso vehículo parezca una mera cáscara de nuez en sus manos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los ruidos de motores en su interior pasan desapercibidos. La fuerza que imponen para retirarse del canal parece nula. Desesperados, los tripulantes en la cabina intentan manejar un gigante inmanejable. Pitadas, gones y campanas se escuchan desde adentro; pero aún con sus potentes motores en reversa, el trasatlántico fue arrastrado más y más en el canal. Las aguas se agitan en mareas del tamaño de Tsunamis bajo sus pies; góndolas, lanchas y demás embarcaciones salen disparadas contra la historia de la ciudad de la luz, cegada ahora por la brutalidad coleóptera de Lucia.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Sin pensarlo dos veces, eleva toda su ciclópea figura y lanza el gran buque hacia la plaza de San Marcos. La columna de los leones, símbolo milenario del otrora poderoso imperio, cae desperdigado en mil pedazos de mármoles, estallando contra el campanil, el Palaccio ducal, y llegando hasta las mismísimas puertas de la catedral.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Como un castillo de naipes, todo se viene abajo. El Transatlántico ha desaparecido, las principales construcciones también. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Nada se ve de Lucia. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Debajo de cada piedra, bajo cada cuerpo yacente, la mancha negra se extiende. Las cucarachas, respondiendo a un solo impulso, lo cubren y lo devoran todo. Hasta el sol parece cegarse. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los ojos de los cadáveres se vacían en cuencas negras, que abandonan su prisión y se unen a la causa.</span><br />
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<div style="text-align: right;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"><strong>Blog del autor: <a href="http://lauris-amoresbloguers.blogspot.com/">http://lauris-amoresbloguers.blogspot.com/</a></strong></span> </div><br />
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<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Título, ilustración y epígrafe pertenecen al libro "Los misterios del señor Burdick", de Chris Van Allsburg.</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Este blog no cobra dinero ni lucra con los textos aquí publicados.</div></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle"><br />
</div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-91840632606547375012011-11-29T02:06:00.000-08:002011-12-06T02:15:44.400-08:00UN EXTRAÑO DÍA EN JULIO<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="color: #7030a0; font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">Presenta</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 36pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 22pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">De Chris Van Allsburg</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="color: #ffc000; font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">UN EXTRAÑO DÍA EN JULIO</span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEpC-UTGI_3dfdzKNa_TFlNKSlRSBFwQreNMK5fKB7wMmy7rvz11fnrD80PqL5VgNsSNZZXOBSFMUkcZ1w0cbXSDRYzGL766e3EJLjQgSxt8es2KF4zE_XGZ9ABM_deDVDdUnw43ramC8/s1600/03+Un+extra%25C3%25B1o+d%25C3%25ADa+en+julio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" hda="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEpC-UTGI_3dfdzKNa_TFlNKSlRSBFwQreNMK5fKB7wMmy7rvz11fnrD80PqL5VgNsSNZZXOBSFMUkcZ1w0cbXSDRYzGL766e3EJLjQgSxt8es2KF4zE_XGZ9ABM_deDVDdUnw43ramC8/s400/03+Un+extra%25C3%25B1o+d%25C3%25ADa+en+julio.jpg" width="317" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="color: #0070c0; font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="color: white;">Lanzó con todas sus fuerzas, pero la tercera piedra rebotó de regreso.</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="color: white; font-family: "Curlz MT"; font-size: 36pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Escrito por Tulio Fernández</span><span lang="ES-CO" style="font-family: "Curlz MT"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></div></div></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">H</span></b><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">an pasado más de ochenta años y recuerdo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>esa mañana de julio como si hubiera ocurrido <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ayer. Cierro los ojos y siento el sol cayendo sobre mis párpados, el olor del prado fresco y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>húmedo en mis pulmones y el sonido del rio chocando contra las piedras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En esa época no era la Condesa de Les Fleurs, ni la dueña y señora del Château des roses sino simplemente madeimoselle Antoinette, o "la pequeña dama", como me decía Patrick. Es precisamente de él de quien quisiera hablar, de él y de esa época en que lo conocí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Trato y no recuerdo exactamente cuándo llegó al castillo. Sé que era hijo de la cocinera, de la obesa y gigantesca Frannie, pero a día de hoy ignoro si nació en Francia o si ellos llegaron <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al país a los pocos meses de haber nacido Pat.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Tanto ella como Mark, su esposo, venían de Norteamérica. Cómo nos reíamos de su acento. Dominaban el francés, sin duda, pero siempre con ese dejo gracioso de ese inglés desenfadado y malhablado que hablan en esa tierra de vaqueros.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Fueron muchos los rumores que suscitó la llegada de la familia Smith. Algunos decían que el padre había matado a un indio, otros que era un famoso asaltante de bancos. Todos los cuchicheos, hasta los más alocados, tenían sólo un punto de convergencia: Ellos habían huido de su tierra porque habían cometido un crimen terrible e innombrable.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La mayoría de las habladurías eran invenciones del mayordomo Luís y su hijo, el antipático Napoleón, pues nunca soportaron la llegada de los norteamericanos a quienes veían como una amenaza al poder que ejercían sobre el lugar. Temor completamente falso, porque los Smith nunca tuvieron la intención de quitarle el trabajo a ese par de bellacos que nunca hacían nada útil aparte de beberse las reservas de vino y molestar a las doncellas de la mansión.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Lo que he podido conocer través de los años es que un día la familia se apareció en el Chateau. Mark Smith pidió hablar con mi padre, se encerraron en su viejo despacho y hablaron por varios minutos, luego de lo cual su familia entró a formar parte de la servidumbre. Nunca podré saber de qué hablaron pues todas aquellas personas que podrían decírmelo están muertas o ya se han ido de mi lado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Rápidamente y sin ningún contratiempo se integraron en las labores diarias de la mansión. No soy poco modesta al decir que a pesar de nuestro linaje y nobleza éramos queridos por los sirvientes, quienes nos apreciaban realmente y no nos temían u odiaban en secreto como tantas veces vi en otras familias.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Durante mucho tiempo no supe nada de los norteamericanos. Es cierto que sabía de su existencia y una que otra vez hablaba con Fran, quien me hacía deliciosos platillos; pero aparte de burlarme de su gracioso acento me mantenía completamente alejado de ellos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No se podría decir que la culpa fuera falta de interés o antipatía de mi parte, pero en ese tiempo los primeros síntomas de mi enfermedad empezaron a manifestarse y prácticamente el mundo perdió todos los colores para mí.</span></div><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"></span> <br />
<a name='more'></a><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La enfermedad no apareció de un día para otro como en un cuento de hadas en el que bastaría el beso de un príncipe azul para sanarla. Fue un proceso largo, de muchos años en el que el mal fue ganándome la batalla; los médicos me revisaron una y otra vez y nunca pudieron descifrar exactamente cuál era la raíz de mi enfermedad o por lo menos decir qué me pasaba. El único consejo que atinaron darle a mis padres era que debían recluirme en el Castillo porque mi estado era tan delicado que incluso una simple brisa podría precipitarme a una muerte segura.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Fue de esta manera como la llama de mi vida se fue apagando. Me convertí en una niña retraída, huraña, que contemplaba la vida a través de una gran ventana. Ese era mi gran placer: A través de ella observaba el paso del tiempo por medio de las estaciones. Veía los árboles nacer en primavera, embellecerse durante el verano y después llegar el otoño con sus colores magníficos: rojo y naranja por el cielo, por los suelos, en forma de hojas que se extendían como si fueran miles de monedas que nadie podía abarcar. Finalmente, estaba el invierno que me ponía triste. No podía soportar esa capa blanca que devoraba todo el paisaje, me recordaba la enfermedad que parecía apoderarse de mí. Durante esos meses me refugiaba en mis lecturas -era, desde esa época, una gran lectora-, y en ver el fuego de la chimenea durante horas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Mi contacto con la gente se vio mermado. Con las únicas personas con las que me relacionaba era con mis padres que, a pesar de amarme con toda su alma, se mostraban fríos en el trato, supongo que no se querían encariñar demasiado conmigo en caso de que muriera. Otras personas que venían a visitarme eran los profesores –a pesar que durante mi infancia lo normal <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>era que una mujer no recibiera educación, mis padres no quisieron eso para mí- a los que yo me limitaba a escuchar sus largos parloteos mientras miraba por la ventana. Huelga decir que la única clase que en verdad disfrutaba era la de música: A pesar de no tocar el piano, desde mi cama escuchaba con verdadero deleite a Monsieur Flaubert tocar ese instrumento.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Con los criados el trato era diferente. Mucho más distante. A duras penas se acercaban aquellos que por una u otra razón debían ingresar en mi habitación: Adrianne, que me bañaba y se ocupaba de vestirme; Gabrielle que arreglaba mi cuarto cambiando los edredones y sacando el polvo normal del día a día; Frannie Smith quien no solamente se encargaba de prepararme la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>comida sino que ella misma la llevaba hasta mi cuarto y se quedaba en un rincón esperando a que acabara el plato, a lo que siempre me decía “Enfermo que come no se muere”. Mucho tiempo después, me enteré que había sido la misma cocinera quien había solicitado llevarme la comida personalmente pues quería ver que la “pequeña dama” no dejara ni una migaja del alimento; también estaba Nathalie que me atendía por las tardes, y Napoleón quien se encargaba de velar por mí en las noches.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Todo eso habría de cambiar una mañana de marzo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Estaba yo durmiendo plácidamente en mi cama cuando sentí que alguien corría las cortinas. El rayo de luz golpeó mi rostro amodorrado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Quién eres? ¿Qué haces en mi cuarto? —pregunté enojada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Es hora de levantarse, pequeña dama —me respondió una voz jovial</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Yo te conozco —dije feliz de haberlo ubicado entre los rostros conocidos—. ¡Eres el hijo de la cocinera! ¡Patrick Smith!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Patrick? —el niño hizo la mímica de ofenderse—. Nadie a excepción de mi mamá me llama así y eso sólo si está enojada. Mis amigos me llaman Pat….</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Patrick….</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡Pat! </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Bueno, Pat… ¿Qué se supone qué estás haciendo acá?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Ah, eso, pequeña dama…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡No me llames así! —exclamé indignada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Pues detenme…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No puedo, estoy enferma y no puedo levantarme de la cama</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Entonces te aguantas, pequeña dama. —Después de una pausa donde parecía disfrutar de mi furia prosiguió—: Mi mamá no pudo venir a traerte el desayuno así que me encargaron esa tarea. Mira, acá está tu plato.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Me acercó la bandeja de plata pero yo me crucé de brazos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡No voy a comer!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Pues no me pienso mover hasta que termines la comida. —Y diciendo esto, tomó una manzana de la bandeja.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡Devuélvemelo! ¡Eso es mío! —grité.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Detenme… —contestó mientras le daba un mordisco a la fruta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Si tengo que comer para que te vayas, lo haré —dije mientras me atragantaba con la comida.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Así está mejor, pequeña dama —contestó el impertinente mientras terminaba de devorar la manzana.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Una vez hube acabado me quedé esperando a que el intruso se fuera pero seguía quieto, contemplándome como quien ve un bicho raro. De repente, cambió el punto de atención.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Oye… ¿y este piano si es de verdad? Alguna vez mis papás me llevaron a un concierto, el tipo era buenísimo parecía que tuviera diez dedos por mano. Tocaba más o menos así…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡NO TE ACERQUES AL PIANO!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Detenme… —Y empezó a tocar, causando un ruido molesto y perturbador que se detuvo cuando mi mano se posó sobre la suya y le dije “basta”.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Muy bien, pequeña dama; pero está dañado, ¿verdad? No suena bien.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Eres un idiota. No sabes usarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Y tú sí?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Eh… yo he visto como lo hace el profesor —le dije nerviosa mientras corría a Patrick del asiento y ponía mis manos sobre las teclas del instrumento.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A veces la racionalidad no puede explicar muchas cosas. Los animales nacen sabiendo muchas de ellas, algunos vuelan por los aires y otros hacen del océano su firmamento infinito; algunas personas tienen la facilidad para escribir y crear miles de mundos que no existen; otros son capaces de ver que lo esencial es invisible para los ojos. Tan pronto mis manos se posaron por primera vez sobre las teclas del piano y los dedos sintieron el frio roce, algo despertó en mí: Un reconocimiento, una segunda vida sin tener que morir la primera, un paraíso que me recibía con los brazos abiertos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Mis manos empezaron a moverse en desorden, pero por alguna extraña razón parecían saber a dónde dirigirse ¿cómo no hacerlo? el piano era una extensión de mi cuerpo. Un sonido maravilloso inundó primero mi corazón y luego el cuarto, salió por las rendijas de la puerta y se deslizó por las escalinatas del gran corredor, por la cocina, por el patio de juegos para estallar en miles de partículas armoniosas por todo el castillo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cuando mi mamá abrió la puerta dispuesta a encontrarse con el intruso que tocaba el piano familiar y me vio por primera vez, en muchos años, riendo no pudo reprimir el llanto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Patrick y yo nos hicimos inseparables. A partir de ese día era él quien se encargaba de traerme la comida a la cama, pero no sólo eso. Nos quedábamos hablando por horas. En ocasiones el traía unos lápices y empezaba a dibujar. Yo le pedía que me mostrara el mundo exterior, él me complacía pintando lagos, montañas, bosques y animales de todos los tipos y colores; en otras ocasiones era él quien me pedía que tocara el piano. Yo me sentaba y empezaba a mover los dedos como si estuviera poseída, eran ellos quienes encontraban la melodía y siempre las tonadas eran diferentes. Pat se reía y decía que conmigo nunca podría aburrirse porque siempre la música iba a ser diferente.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A mis padres no les molestaba esa amistad; por el contrario, responsabilizaban a Pat de mi mejoría y alentaban sus visitas. Esto aumentó el odio de los Dupont, Luís y Napoleón, quienes se referían despectivamente a los Smith como los ‘vaqueros’ y les hacían la vida imposible cada vez que podían.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Una mañana de julio hablamos del mundo exterior. Yo le comentaba que a veces me sentía como un pajarillo en una jaula de oro, que me gustaría dejarlo todo tirado y experimentar el mundo por mi misma y no simplemente contemplarlo a través de un vidrio. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Patrick dejó de jugar con una pequeña pelota y me miró con seriedad.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Y por qué no lo hacemos pequeña dama?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Hacer qué?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Escaparnos, conocer el mundo real.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Que qué?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Eso… fuguémonos —y en sus ojos estaba presente el brillo de quien está a punto de romper las normas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Estás loco, Pat —repliqué asustada—. ¿No sabes que si salgo puedo morir?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Pamplinas —dijo mientras se encogía de hombros—. ¿No son esos los matasanos que decían que debías quedarte en cama todo el tiempo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Sí, pero….</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Pero nada. Si te vas a morir, la muerte te puede encontrar más fácil acá; además en esta época el paisaje está precioso, los árboles guardan mil secretos y el aire te puede elevar hasta el País del Nunca Jamás ¿No vale la pena morir por ver algo así?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No sé, me da miedo —exclamé titubeante</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Vas conmigo, soy un “vaquero” y no dejaré que nada malo le pasé a mi pequeña dama –me sonrió.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El plan era sencillo: Acomodábamos los almohadones en la cama de tal manera que pareciera mi cuerpo y los tapábamos con las cobijas; mientras tanto Pat iba a la cocina y le decía a su mamá y al resto de las empleadas que yo había amanecido de mal genio y que por ese motivo no quería que nadie me molestara. Ese día no tenía clases por lo que no nos veríamos interrumpidos por ningún profesor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Patrick cumplió su labor y le pidió permiso a su madre para ir<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al pueblo. Obviamente esa era su coartada para poder pasar el resto del día conmigo. Después de retirarse de la presencia de su progenitora, el pilluelo no se dirigió a donde le había dicho sino que se devolvió hasta mi cuarto y con una enorme sonrisa me dijo: “Listo el pavo”.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Salimos en el menor silencio, andando en puntas de pies, yo con la cara cubierta por un velo y un enorme sombrero para que nadie me reconociera en caso de ser descubiertos. La modalidad de escape era muy ingenua: Mi amigo corría hasta una esquina vigilando que no hubiera ningún criado o vigilante al acecho y luego me silbaba para que yo hiciera lo mismo. Esta es la hora en que aún me pregunto cómo es que nadie nos vio ni esa ni el resto de las veces que nos escapamos de casa, estoy casi segura que los extraños dones de Patrick obraron en ese pequeño milagro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Finalmente nos encontrábamos fuera del Château des roses. ¡Lo habíamos conseguido! No recordaba cuándo había sido la última vez que había salido de mi prisión de oro. Sentir el viento puro estrellarse contra mi rostro hicieron que las lágrimas silenciosas y aprisionadas empezaran a derramarse como el agua de una fuente. Pat no dijo nada, se acercó, y con delicadeza secó mis lágrimas, luego de lo cual gritó: “Una carrera hasta el rio, el último es una gallina mojada”.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">No pensé que debido a mi inactividad permanente podría caerme y romperme una pierna, o que la agitación podría precipitarme a la muerte prevista por los médicos. En ese momento solamente veía que ese pequeño yanqui me estaba ganando la carrera y que si no me movía rápido iba a quedar consagrada como, y qué horror para alguien de mi categoría, una ‘gallina mojada’.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Llegamos al rio. Estábamos exhaustos. Mis piernas no daban más de sí. Respiraba como nunca lo había hecho en mi vida, mi pecho resonaba como un fuelle. Sentí que si esa noche moría a causa de la enfermedad no importaba, había valido la pena conocer esa pradera, esa agua cristalina y brillante que parecía un espejo, el viento que se movía de manera juguetona. ¿Qué era la vida sino esto?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Quieres ver algo especial? –me interrumpió Patrick.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">No le respondí pero asentí con la cabeza. Agarró una pequeña piedra del suelo, jugueteó con ella y luego me miró. Nuestros ojos se encontraron un par de segundos, por primera vez sentí miedo en él, el temor de quien sabe algo y no se atreve a revelarlo. Lo miré con toda la dulzura que pude y vi que como por arte de magia, recuperaba el brillo de sus ojos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Voy a hacer que este guijarro golpeé tres piedras luego de lo cual regresará a mi mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Eso es imposible —exclamé sin darle mucha importancia.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No hay nada imposible en el mundo de los hombres —me respondió.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Lanzó con todas sus fuerzas pero la tercera piedra rebotó de regreso. Quiero decir que la pequeña roca golpeó primero una piedra, luego la segunda y al golpear la tercera no siguió su trayectoria, no hizo un pequeño ¡plaf! al chocarse contra el agua y no se sumergió en el rio, sino que después de impactar con el tercer objeto, la pequeña roca se detuvo ingrávida en el aire como si estuviera sostenida por un hilo invisible. La piedra flotaba y empezó a danzar en diferentes direcciones hasta que volvió a las manos de quien la había lanzado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Eres la primera persona a quien le muestro esto —repuso muy serio Patrick— quiero que tengas esta piedra como testigo de nuestra amistad, quiero que la guardes y cada vez que la veas pienses en mí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Mientras escribo estas letras observo la pequeña piedra. Está frente a mí, en mi estudio, como el más preciado de los tesoros. Le he cumplido la promesa a mi amigo: La piedra ha permanecido siempre conmigo y al igual que yo, contempló dos guerras mundiales, la muerte y los ríos de sangre que corrieron en Europa cuando la locura pareció apoderarse del mundo, ha estado en los momentos de hambre, de pesadumbre, de dolor, de lágrimas y enfermedad.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero también ha estado en los momentos más felices de mi vida. Lo hizo cuando me casé, al momento de nacer mis hermosas hijas y cuando los hijos de ellas nacieron; incluso ha permitido que sea testigo del nacimiento de mi hermoso bisnieto, Jean Baptiste, y contemplar el futuro a través de sus hermosos ojillos negros. La piedra que Patrick Smith lanzó esa extraña y maravillosa mañana de julio, que rebotó y regresó a sus manos ha estado a mi lado siempre y cada vez que la miro puedo observar el hermoso rostro de mi amigo que me da fuerzas en los momentos más oscuros de mi vida y que me recuerda que cosas como la amistad y el amor perduran más allá de cosas tan fatuas como la muerte.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Miro el pedrusco y me transporto de manera mágica a esa calurosa mañana en que escapé de casa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Cómo lo hiciste Patrick? —le pregunté mientras lo miraba anonada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No lo sé, pequeña dama. Desde que recuerdo he hecho cosas parecidas sino más extrañas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Cómo qué? —pregunté admirada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Como esto —dijo. Y a un movimiento de sus manos, las hojas caídas se levantaron del suelo y empezaron a flotar a su alrededor, mientras que él mismo se elevaba unos cuantos centímetros del suelo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Wow—atiné a decir—. ¿Tus padres lo saben?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No… tú eres la única que lo sabe.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Por qué yo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Enrojeció y no me sostuvo la mirada. Se sentó y contempló el agua en silencio por varios minutos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Sabes que Napoleón me contó un día que un muchacho de su pueblo movía las cosas sin tocarlas y la gente lo mató por qué creían que estaba poseído por el diablo? El mismo Napoleón me contó que si él pudiera hacer lo mismo, se dedicaría a robarle a la gente ya que nadie lo descubriría.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Yo lo miraba atónita.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No quiero que me maten o tener que robar, tampoco quiero ser herramienta de nadie. Sólo quiero ser feliz, conocer el mundo, viajar, vivir. Si nadie se entera de lo que soy, será mucho mejor para todos. ¿No crees?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—A mi no me importa lo que puedas o no hacer, eres mi amigo y eso es lo que verdaderamente vale —exclamé, y él sonrió.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El resto del día nos la pasamos explorando el rio y el bosque, buscando ranas de colores, acostados en el prado viendo las nubes y observando cambiar los colores del cielo. Volvimos por la tarde al comienzo del crepúsculo y tuvimos suerte, nadie nos vio.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Por cuatro meses nos escapamos de manera esporádica, aunque cada vez lo hacíamos con mayor frecuencia, tomando mayores riesgos. Nuestros paseos ahora eran prácticamente el día entero, y sospecho, aunque nunca lo podré saber, que contaban con la complicidad de quienes servían en el castillo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El poder de Patrick parecía aumentar con el tiempo. En nuestras últimas salidas movía cada vez más objetos llegando incluso a manipular pequeños animales; en ocasiones movía el prado a su alrededor haciendo que las pequeñas flores se inclinaran mientras yo pasaba, él decía en medio de risas que hasta las rosas admiraban mi belleza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Una tarde de noviembre nos dirigíamos a casa después de un día agotador cuando observamos un movimiento brusco en un arbusto cercano, al acercarnos, una silueta salió bruscamente de su escondite y no era otro que Napoleón quien nos había descubierto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡De esta no te escapas, maldito fenómeno! —gritó mientras empezaba a huir.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Patrick me miraba muy serio mientras yo empezaba a llorar pensando en qué íbamos a hacer.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Confías en mí? —preguntó mi amigo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Siempre —le respondí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Vamos a hacer lo siguiente: Quiero que corras lo más rápido que puedas y sin que nadie te vea entres a tu cuarto, así si Napoleón sigue con la idea de delatarnos tú podrás desmentirlo; mientras tanto voy a alcanzarlo y razonar con él, no creo que sea tan cabeza dura.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Pero…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Nada de “peros” ¡Corre, pequeña dama!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Corrí como nunca antes lo había hecho en mi vida. Tan rápido como el viento, tan veloz como una gacela. Al llegar a mi cuarto estaba agotada, débil, nunca en mi vida había estado tan cansada como en ese momento. Tan pronto me recosté en la cama, una extraña oscuridad se apoderó de mí y caí en un sueño profundo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">No supe en qué momento me desperté, pero al abrir los ojos vi que Patrick me contemplaba atentamente; había algo en él que me asustaba, la sombra de una enorme tristeza y melancolía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡Pat! ¿Estás bien?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿Qué pasó con Napoleón? ¿Pudiste convencerlo de que no hablara?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Nada de eso importa ahora Antoniette, mi hermosa dama —y después de una pausa añadió—. ¿Has visto alguna vez lo preciosa que es <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la noche con la luna y sus estrellas?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Sabes muy bien que nunca hemos podido salir de noche. Es muy arriesgado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Es cierto, pero creo que esta es nuestra oportunidad… Quiero que veas el cielo estrellado y la luna de mi mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Antes de que pudiera interrumpirlo, mi amigo se elevó del suelo y empezó a volar hacia mí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¿Quién eres? ¿Peter Pan? —exclamé asombrada a la vez que maravillada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—No he perdido mi sombra, pequeña Wendy, pero he venido por ti ¿Aún confías en mí? –preguntó a la vez que alargaba su mano hacía mí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Siempre —le contesté<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a la vez que cogía su pequeña mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Salimos volando por la gran ventana que se abrió de par en par para nosotros. Nos elevamos por encima del castillo, del bosque y del rio. Subíamos y subíamos por el cielo despejado contemplando una luna gigantesca y las estrellas que asemejaban a cientos de luciérnagas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—¡Es hermoso! —exclamé.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Esta luna habrá de ocultarse y mañana saldrá de nuevo pero no será la misma; esta luna que contemplas hoy es única y es mi regalo para ti… En cuanto a las estrellas son como el eco de tus melodías dispersas por todo el universo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">No sé cuánto tiempo estuvimos flotando por el firmamento pero siempre llega la hora de regresar y volvimos lentamente hasta mi habitación. Mi amigo me acomodó en mi cama y antes de irse me dijo:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Recuérdame siempre —y acto seguido acercó sus labios a los míos y me dio mi primer beso de amor, tras lo cual se fue difuminando hasta que desapareció.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Se oyeron gritos y una gran agitación por toda la mansión, inquieta me levanté y salí de mi alcoba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">—Madeimoselle —exclamó León, uno de los sirvientes—, no debería salir de su habitación, lo que ha pasado ha sido horrible… —dijo mientras su voz temblaba e intentaba que yo volviera a mi cuarto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Asustada por sus palabras corrí más rápido siguiendo el rastro de las lágrimas y los gritos de dolor. Salí de la casa principal y crucé los jardines hasta llegar a una pequeña casa que servía de despensa para los víveres. En ella me encontré con los trabajadores que lloraban apenados, algunos de ellos me vieron pero no hicieron nada para impedirme el paso, quizá<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pensaron que era injusto negarme a las realidades de la vida.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ingresé y vi a Mark y Fran Smith llorar desconsolados mientras mis padres miraban apenados la situación. Al fondo del lugar, se encontraba el cuerpo sin vida de mi amigo Patrick. Estaba<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>atado a una viga y había sido brutalmente golpeado hasta morir, pese a ello su rostro lucía sereno, con una expresión de paz interior suprema.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A su lado, en el suelo, había dos cuerpos, también difuntos, pero a diferencia de mi amigo sus rostros no tenían ninguna expresión pues no tenían cabezas. No habían sido degollados o cortadas de sus cuellos, simplemente habían explotado y dejado lugar a una sangre que manaba sin detenerse. Los cuerpos de estas personas pertenecían a padre e hijo, a Luis y Napoleón Dupont quienes no fueron llorados por nadie como le corresponde a villanos de su calaña.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En este punto sólo puedo hacer hipótesis de lo que ocurrió: Patrick alcanzó a Napoleón y lo convenció para que no me delatara, el canalla lo engañó y le pidió que lo acompañara adonde su padre y entre ambos lo habrán capturado y llevado hasta la despensa. Imagino que querían <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>obligarlo a usar su don para robar en beneficio de ellos a cambio de su silencio; conociendo a Pat estoy seguro que se negaría rotundamente lo que habrá enfurecido a los Dupont al extremo de golpear al pobre niño hasta la muerte. También creo que en un último intento desesperado por hacer que ellos se detuvieran, Patrick uso su poder dando como resultado la muerte de los malvados. No creí en ese momento ni lo hago ahora que mi amigo hubiera querido asesinarlos, estoy seguro que fue un accidente de sus poderes fuera de control.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A pesar de los ruegos de mis padres, la familia Smith no quiso que se abriera ninguna investigación pues eso no “iba a devolverles a su hijo”, tampoco quisieron seguir trabajando para nosotros pues la casa estaba llena del recuerdo de su muchacho. Antes de irse, madame Fran se dirigió hacia mí y me dio un fuerte abrazo y beso y me dijo que recordara a su hijo con una sonrisa que él siempre iba a estar cuidando de mí donde quiera que estuviera y que ella me bendecía por haberlo hecho tan feliz en su corta vida. Luego de eso, salió de mi vida para no volver jamás. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Si esto fuera un cuento de hadas diría que la última visita que hizo Patrick a mi habitación me curó de mi enfermedad. No fue así y padecí de ella muchos años más hasta que aprendí a controlarla y vivir con ella. En ocasiones no sé si esa visita fue real o un sueño: La parte racional que nunca descansa me dice que no es posible que haya salido por la ventana y observado el cielo en su máximo esplendor; pero hay algo especial, maravilloso, que me ocurre cuando miro la luna y las estrellas, cuando toco el piano o miro la piedrecilla y empiezo a sonreír y a darme cuenta que a pesar de todo la vida es tan hermosa, tan maravillosa, y comprendo que la magia es real y es tangible en cada uno de los pequeños milagros que ocurren en nuestra vida cotidiana y que se hacen presentes a través de un beso, una amistad y un extraño día de julio.</span><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Calibri;"></span></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
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<div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Blog del autor: <a href="http://letrasbizarras.blogspot.com/">http://letrasbizarras.blogspot.com/</a></span></b><br />
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<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Título, ilustración y epígrafe pertenecen al libro "Los misterios del señor Burdick", de Chris Van Allsburg.</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Este blog no cobra dinero ni lucra con los textos aquí publicados.</div></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-85109805802189899522011-11-14T10:05:00.000-08:002011-12-06T02:17:23.789-08:00ARCHIE SMITH, NIÑO MARAVILLA<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: white; font-family: "Showcard Gothic"; font-size: 48pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">HISTORIAS EN EL PISO TRECE</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: white; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Presenta</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: white; font-family: Ravie; font-size: 36pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK</span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: white; font-family: Ravie; font-size: 22pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">De Chris Van Allsburg</span></div></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: white;"><span style="color: #00b050; font-family: Ravie; font-size: 22pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></span><span style="color: #e36c0a; font-family: "Juice ITC"; font-size: 48pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><span style="color: white;">ARCHIE SMITH, NIÑO MARAVILLA</span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAYAroSYKBDqWoTuRalk0bsYOE1w3idYWUnxvs3BTcHZ-PKrveNs1kF1dHe25dMh7aEdMdeYFFt6-Lhf4dEnDolzf-0eZUODBA-79TKbHJfBkl3Bs4HmXsTMMJT19cetnlHhxvo3ruf0Y/s1600/01+Archie+Smith%252C+ni%25C3%25B1o+maravilla..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAYAroSYKBDqWoTuRalk0bsYOE1w3idYWUnxvs3BTcHZ-PKrveNs1kF1dHe25dMh7aEdMdeYFFt6-Lhf4dEnDolzf-0eZUODBA-79TKbHJfBkl3Bs4HmXsTMMJT19cetnlHhxvo3ruf0Y/s400/01+Archie+Smith%252C+ni%25C3%25B1o+maravilla..jpg" width="316" /></a></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #548dd4; font-family: "Bodoni MT Condensed", "serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: text2; mso-themetint: 153;"><span style="color: white;">Una vocecilla preguntó: —¿Es él?</span></span></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
<div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><div align="center" class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><span style="color: #002060; font-family: "Curlz MT"; font-size: 36pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">Escrito por Adrián Granatto</span></span></div></div></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">1</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span><br />
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">S</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">i les preguntaran a los animales, aves e insectos que habitan el bosque del condado de Bender a qué le temían más, no dudarían en nombrar a Chester Stanton de forma unánime. Cruzarse en el camino de Chester y salir indemne podía considerarse un privilegio o un milagro. Su última víctima había sido un saltamontes al que le arrancó una pata trasera.</span><br />
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La crudeza de los ataques, y la falta de compasión de Chester, logró que los animales decidieran hacer algo al respecto.</span></div></div></div></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Esto es terrible, amigos —dijo la tortuga—. A este paso, este niño nos va a diezmar. Pasaremos a ser animales al borde de la extinción. Miren a nuestro compañero. —Señaló al saltamontes, que estaba sobre un montículo en la hierba a la vista de todos—. Nunca en mi vida he visto tanta maldad en un ser humano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Todos asintieron con la cabeza. Si ella lo decía, debía ser cierto. Nadie ponía en duda la longevidad del quelonio y su sabiduría, aunque muy pocas veces ambas van de la mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Debemos tomar una determinación —siguió hablando la tortuga—. El bosque es salvaje, sí, pero esto es inadmisible. Este niño goza torturándonos. —Hizo un silencio meneando la cabeza negativamente—. ¡Ni siquiera es por comida que lo hace! —gritó con furia —. Eso podría ser comprensible hasta cierto punto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después de todo, uno debe buscar su sustento.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Como si alguien fuera a salir a buscar a una tortuga vieja y dura para comerla —musitó un conejo a su compañera.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Te oí —lo amonestó la tortuga—. ¿Nunca escuchaste hablar de la sopa de tortuga?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No me vas a comparar una sopa de tortuga con un conejo a la cacerola —dijo el conejo—. Seamos serios.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Basta —dijo un faisán poniendo fin a la discusión—. Nos reunimos aquí para buscarle una solución a un problema que nos perjudica a todos, no para bromear. Nuestro amigo el saltamontes se ha librado de una buena, pero otros no han tenido esa suerte. Recuerden a la lagartija y lo que sucedió a continuación. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El conejo y la tortuga bajaron la cabeza, avergonzados. Pensar en la lagartija era muy doloroso. Su muerte tuvo lugar solo siete semanas atrás. Chester la atrapó cuando estaba tomando el sol sobre una piedra plana. Primero cortó su cola y esperó que le creciera otra, como le habían contado en la escuela. Como comprenderán, eso no sucedió y Chester se enojó mucho. Así que tomó a la lagartija y le hizo un tajo todo a lo largo del vientre y la dejó en la piedra. Se alejó unos metros y se sentó a esperar. Al rato bajó un halcón, picoteó dos veces a la lagartija y se la llevó volando. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester quedó fascinado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A partir de ese día destripó a varios animales, dejándolos a merced de los carroñeros. Consiguió una de esas cámaras de fotos que se revelan en el momento y retrataba el instante en que se devoraban a las vírgenes. Así llamaban a las muchachas que ponían en las piedras de sacrificios, y así llamaba él a sus victimas. Lo había oído en una película y se le quedó. Siempre sacrificaban vírgenes. Tal parecía, los Dioses quedaban mucho más conformes con ellas. No sabía que significaba, pero le agradaba la palabra.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No sé que clase de padres le regalan a sus hijos una navaja —reflexionó el faisán.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Unos padres enfermos —croó una rana desde la orilla del estanque. Su esposo había sido el tercero de los sacrificados. Ella observó todo detrás de unos juncos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y qué podemos hacer? —preguntó una ardilla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Bueno —dijo la tortuga volviendo a tomar las riendas del asunto—. Tal como lo veo, la única forma de ponerle punto final a esto es darle a ese muchacho una lección que nunca olvide.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué tipo de lección? —quiso saber el conejo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La tortuga sonrió y las arrugas de su rostro se acentuaron, dándole un aspecto de abuelo bueno, un abuelo que llega a visitar a sus nietos con los bolsillos repletos de golosinas. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Una horripilante lección —dijo sonriendo aún más. </span><br />
<a name='more'></a></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">2</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: text1;"><span style="color: white;">S</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">e alzó un murmullo entre el variopinto grupo. Algunos decían que era una locura, otros se regocijaban pensando en que tan horripilante sería la lección que tenía planeada la tortuga. Solo unos pocos mantenían las reservas sobre el plan, preguntándose que pasaría luego. ¿Y si Chester no aprendía su lección y regresaba más agresivo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Regresar? —La tortuga abrió grandes los ojos ante la pregunta—. ¿Qué les hace pensar que regresará? </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Explícanos tu plan —pidió un búho encaramado a una rama baja—. Dinos de qué se trata.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Plan? —dijo la tortuga mirándolos a todos—. Yo no tengo ningún plan. ¿Quién dijo que yo tengo un plan?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Dijiste que le ibas a dar una lección horripilante.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Claro que sí —aseguró la tortuga—. Dije que la única forma de acabar con esto es dándole al niño una lección que nunca olvide, una lección horripilante. ¡Pero nunca dije que yo supiera que tipo de lección era esa! ¡Creí que debatiríamos por alguna en concreto!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El búho entrecerró sus enormes ojos y aleteó, furioso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Me haces perder el tiempo con tus estupideces! —ululó—. ¡Abres la boca y de ella solo salen palabras vacías! ¡Nunca se te cae una idea!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">–Ahí empezamos de nuevo —se quejó un topo. Se acomodó los lentes, que se le habían deslizado hasta la punta de la nariz, y les preguntó—: ¿No pueden dejar sus rencillas personales para otro momento? </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Está bien —dijo la tortuga estirando el cogote—. ¿Hacemos una tregua? —le preguntó al búho.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Voy a hacer lo posible.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La tortuga meneó la cabeza con desesperación.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No voy a decir nada al respecto —suspiró.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El conflicto entre ellos había comenzado hace años. Ya nadie recordaba el por qué, ni siquiera ellos mismos, pero a estas alturas eso ya no era importante, solo un detalle menor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Propongo que hablemos con el oso para que le vaya a hacer una visita. Nada demasiado sangriento, un destripamiento leve —dijo el búho con su sapiencia habitual.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Y luego tendremos el bosque lleno de cazadores tratando de cazar al feroz animal que hizo tamaña barbaridad —discrepó el conejo—. Muchos animales acabarían muertos por tanto cazador disparando a todo lo que se mueva.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Nosotras tenemos una idea mejor —musitó una vocecilla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Quién dijo eso? — se sobresaltó el búho, y estuvo a punto de caerse de la rama.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Nosotras —dijo la vocecilla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Unas pequeñas luciérnagas volaron frente a sus ojos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Perdonen, no las vi —se disculpó el búho—. De noche ustedes son más visibles, pero de día…</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Lo sabemos —dijeron todas juntas en medio de una risilla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Bueno, no tanta risa y explíquense —dijo la tortuga, un poco celosa de que el búho acaparara toda la atención.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las luciérnagas, unas quince en total (siempre se mueven en grupo), se posaron sobre el caparazón de la tortuga. Esta se hinchó de orgullo al notar que la iban a usar de podio y le echó una mirada complaciente al búho.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Conocemos a un niño —comenzaron a hablar las luciérnagas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">–No —las interrumpió el conejo—. Basta de niños. Los niños son malos y no cuidan el bosque. Yo mismo los he visto arrojando basura o haciendo sus necesidades en el estanque. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Y hacen fuego con esos aparatos que tienen —acotó el faisán—. El fuego es peligroso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Todos asintieron con la cabeza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Este niño es diferente —dijeron las luciérnagas—. Este niño cuida a los animales. Ayudó a nuestro compañero el ciervo cuando cayó al barranco y se rompió la pata.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Todos miraron al ciervo, que se sonrojó al ser el centro de atención.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">–Es-es verdad —tartamudeó—. Me caí por el barranco y me quebré la pata. Creí que moriría. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los animales lanzaron un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“¡Ohhhhh!”</i> de nerviosismo. Esto le gustó al ciervo, y se mandó con más confianza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—De pronto —dijo haciendo una pequeña pausa y paseando la vista entre todos—, apareció un niño.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Esta vez no hubo ningún <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Ohhhhh! </i>Todo fue silencio, un silencio contenido y expectante. Se sentía la tensión en el ambiente.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y qué pasó? —dijo el saltamontes cuando el silencio se prolongó demasiado y nadie decía nada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Se acercó a mí y pensé que ese sería mi último aliento. Traté de ponerme en pie y huir, pero la pata rota no me sostuvo y volví a caer. Me encomendé al Creador y cerré los ojos, esperando el dolor final. Pero grande fue mi sorpresa cuando lo oí hablándome suavemente y sosteniendo mi pata con delicadeza. Llevaba en las manos un maletín del que sacó unas vendas. Me limpió las heridas con un líquido que ardía, pero, lo crean o no, el niño me soplaba para que ardiera menos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Los animales se miraron entre sí, dudando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Es verdad —afirmó el ciervo—. Lo juro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Quieres que creamos que te arregló la pata? —preguntó la tortuga.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Sí —dijo el ciervo—. Buscó unos palos y me la entablilló. Que me caiga muerto en este mismo momento si miento.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Voces de admiración y desconfianza se elevaron entre el grupo reunido. Varios se acercaron al ciervo para ver su pata y discutían en voz baja. Entre ellos se encontraba el búho, que había bajado, cosa rara en él, de la rama y observaba la pata del ciervo con ojo clínico.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y tú dices que el niño te la curó? —le preguntó clavándole la mirada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Así es —aseveró el ciervo sin apartar la vista.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El búho se volvió hacia los demás.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Pues bien —dijo en voz alta para que lo oyeran todos—, deberemos creer en lo que nos ha contado nuestro amigo el ciervo, y seguir escuchando a las luciérnagas. —Miró a cada uno de los animales, insectos y aves a su alrededor—. ¿Alguno de ustedes desea añadir algo al respecto?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Nadie dijo nada y el búho asintió con la cabeza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Continúen, por favor —les dijo a las luciérnagas. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">3</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: text1;"><span style="color: white;">—C</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">omo decíamos al principio —dijeron las luciérnagas, pues tienen la necesidad de hablar todas juntas para unir sus voces y lograr ser escuchadas—, este niño es diferente. Llegó a Bender hace dos años. Su padre es el nuevo farmacéutico, el señor Smith.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Lo hemos visto —dijeron un par de tórtolas—. Es uno de bigotitos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿El niño tiene bigotes? —dijo asombrado el faisán.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—El niño no, el padre —respondieron las tórtolas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Podríamos hablar con él y pedirle que nos ayude —continuaron hablando las luciérnagas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué nos ayude el padre? — dijo el faisán, que a estas alturas ya no entendía nada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—El padre no— chillaron las luciérnagas —, el niño. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No entiendo —dijo el búho—. ¿De qué forma nos podría ayudar?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Al contrario de nosotros —dijeron las luciérnagas—, él podría dialogar con Chester y convencerlo de que su comportamiento con los animales deja mucho que desear.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y ustedes de verdad piensan que se podría dialogar con este muchachito? Me parece que ya ha dado sobradas muestras de ser bastante prehistórico. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Lo primordial es darle la oportunidad de cambiar –reflexionaron las luciérnagas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Hay que arrancarle las piernas! —dijo en un sollozo el saltamontes—. ¡Venganza!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Rebajarnos a su crueldad nos convertiría en seres peores que él —dijeron las luciérnagas—. Debemos demostrar compasión, enseñarle piedad.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Venganza! —volvió a gritar el saltamontes—. ¡A por el oso!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Comenzó una discusión violenta entre los que querían al oso y el destripamiento leve, y los que, al contrario, preferían el diálogo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Amigos —dijo la tortuga tratando de calmar a la muchedumbre enloquecida—, hay que tomar una decisión. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Al oso! ¡Mandemos al oso! –gritaron varios.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Diálogo! ¡Seamos sensatos! —dijeron otros.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Muy bien —dijo la tortuga frunciendo el ceño—. Silencio, déjenme pensar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El griterío bajó el nivel pero no se acalló. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Está visto que no vamos a llegar a nada —se quejó el búho—. A ver, amigos, propongo el siguiente plan de acción. ¿Me escuchan, por favor? Vamos a llevar a cabo lo dicho por las luciérnagas. —Hubo un murmullo indignado y el búho levantó las alas para calmarlo—. No he terminado, amigos. ¿Me permiten seguir hablando? Muchas gracias —agradeció cuando todos hicieron silencio—. Mientras tanto, para tener los dos frentes cubiertos, hablaremos con el oso para que esté preparado por si debemos llamarlo de urgencia. ¿Estamos de acuerdo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Del grupo se levantó un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“sí”</i> medio dudoso, pero <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“sí”</i> al fin y al cabo. Fue más que suficiente para que el plan se pusiera en marcha.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las luciérnagas ya estaban por irse, cuando el búho las detuvo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Una pregunta —dijo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Dinos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Cómo se llama el niño?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Archie —contestaron las luciérnagas—. Archie Smith.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">4</span></b></div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: text1;"><span style="color: white;">B</span></span></b><span style="font-family: "Monotype Corsiva"; font-size: 16pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">ender es una comunidad pequeña con una calle principal arbolada donde se aglomeran los locales comerciales. Las casas son bajas y con amplios patios traseros divididos por setos. Lo único que sobresale apuntando al cielo es el campanario de la iglesia, una vieja estructura de madera que sabe Dios cómo se mantiene en pie.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Monotype Corsiva"; font-size: 16pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las farolas del alumbrado público tratan de dispersar las sombras de la noche en una batalla perdida de antemano. La casa de Archie Smith se encuentra a dos cuadras de la iglesia; es la casa con el buzón pintado de amarillo, idea de su madre. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">5</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">E</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">l cuarto de Archie da para donde sale el sol. Cualquiera diría que sería el Este, pero Archie discreparía este punto diciendo que debido a la inclinación del eje de rotación de la Tierra y el movimiento de traslación de la misma, esto ocurre solamente dos veces al año, los días de equinoccio. Sea cierto esto o no, cuando las palabras salían de boca de Archie, había tal seguridad en su voz que uno realmente dudaba. Así y todo, todas las mañanas el sol entraba por la ventana, le pegaba en los ojos, y lo despertaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Pero esta noche lo que entró por la ventana no fueron los rayos del sol, cosa que de por sí sería extraño, sino dos esferas de luz perfectas. Se acercaron a Archie, que dormía cómodamente arrebujado en las sábanas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Es él? —preguntó una vocecilla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Es él —aseguró una segunda voz.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No parece la gran cosa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Shhhhhh! —le recriminó la segunda voz.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hubo un chisporroteo parecido al código Morse y varias lucecitas más entraron a la habitación iluminando los juguetes dispersos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Lo despertamos?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Si queremos hablar con él sería lo lógico.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las luciérnagas se reunieron sobre la cabeza del niño formando una aureola gigante, dándole el aspecto de un ángel dormido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Archie Smith —llamaron en perfecta sincronía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El niño se removió en la cama y entreabrió los ojos. Al principio pensó que ya había amanecido y se desperezó, sentándose en la cama y bajando los pies al suelo en un gesto matutino automático. Y como siempre, sus pantuflas no se hallaban en el lugar que deberían. Murmuró con la boca pastosa un galimatías de disgusto y bajó la cabeza para mirar debajo de la cama, donde siempre parecía haber una oscuridad pegajosa. Y en ese momento se dio cuenta del círculo que sobrevolaba sobre él. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se sobresaltó y cayó de rodillas al suelo de madera, entrechocándose los dientes. Se mordió la lengua y unas gotas de sangre mancharon el parquet. Los ojos se le llenaron de lágrimas y ahogó un sollozo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Estás bien, Archie Smith? —dijeron las luciérnagas—. No te asustes. No hemos venido a hacerte daño.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Ni falta hace —agregó una de ellas—. Ya bastante daño se hace él solo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie escupió. La saliva era rojiza. Levantó la vista a aquella nube luminosa y parlanchina y concluyó que no extrañaba peligro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué son ustedes? —preguntó, todavía arrodillado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Somos luciérnagas, Archie Smith.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No sabía que las luciérnagas pudieran hablar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Podemos hacer eso y muchas otras cosas más.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué cosas?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Luego hablaremos de eso, Archie Smith. Ahora necesitamos que nos escuches, tenemos una propuesta para hacerte. ¿Conoces a un tal Chester Stanton?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Si conozco a Chester? Claro que lo conozco.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Son amigos?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie sonrió.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No creo que esa palabra se adecue a nosotros.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">6</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: text1;"><span style="color: white;">E</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">l primer encuentro de Archie con Chester se dio en el patio de la escuela. Archie comía un emparedado junto a Steve Mitchell, su compañero de curso, mientras repasaban matemáticas. Estaban sentados en unos bancos de cemento sin respaldos, los libros abiertos frente a ellos, los bates de beisbol a sus pies. Steve jugaba con una manzana pasándosela de mano en mano. En uno de los pases, Chester se adelantó y atrapó la manzana.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Muy bien —lo felicitó Steve—. Buenos reflejos. ¿Ahora puedes devolvérmela?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester ya se había alejado unos pasos y estaba a punto de morder la manzana. Se detuvo y giró la cabeza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿La quieres de vuelta? —preguntó sopesando la fruta en su mano.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Por favor —musitó Steve.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie notó algo curioso: en el patio, los niños dejaron de jugar y las voces se apagaron. Todos tenían sus caras vueltas hacia ellos, expectantes.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se puso de pie y tomó del brazo a Steve.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Vamos —le dijo, recogiendo los libros del banco—, es tarde.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Espera —dijo Chester desde su lugar, a unos tres metros de ellos—. Todavía no le devolví su manzana.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Echó su brazo hacia atrás y arrojó la manzana, la cual trazó una trayectoria directa al rostro de Steve. El impacto fue tal, que la manzana se desintegró en varios pedazos, no sin antes romperle la nariz al niño.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Increíblemente, Chester alzó los brazos lanzando un grito de júbilo y los demás niños lo corearon y aplaudieron. Steve corrió a la enfermería dejando un reguero de sangre tras él. Por esas cosas que uno nunca puede explicar lógicamente, a Archie se le vino a la cabeza la historia de Hansel y Gretel y su rastro de migas. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No va a ser difícil encontrarlo</i>, pensó. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Solo tengo que seguir la sangre</i>.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Algunos de los otros niños se habían acercado hasta Chester y lo palmeaban y festejaban. Chester sonreía como un tonto y hacía reverencias.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Gracias, gracias, gracias —decía con cada una de ellas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Archie Smith no era un niño violento. Sus padres lo habían educado para que se uniese en discusiones usando la inteligencia, debatiendo con ideas. Muy pronto Archie fue consciente de que eso pocas veces era posible.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Pero ahora la ira le nublaba la razón. Sabía que debería respirar profundo y calmarse hasta que esa neblina rojiza se disipara, pero algo en su interior le rogaba que lo dejara salir.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Chiller; font-size: 20pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Por favor</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, le suplicaba. </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Chiller; font-size: 20pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Una vez, sólo una vez y volveré a ocultarme</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Chiller; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">.</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Entonces, Archie cerró los ojos y la neblina rojiza se volvió más espesa, envolviendo su mente en una bruma cálida a la que se entregó sin dudar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">7</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-themecolor: text1;"><span style="color: white;">C</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester se encontraba a mitad de una reverencia cuando Archie se acercó hasta él y le dio un empujón. Tomado de sorpresa, y en una posición semiagachada, Chester cayó al suelo sin poder evitarlo y se golpeó la cabeza, abriéndose una herida de cinco centímetros en el cuero cabelludo. Todos dieron un paso hacia atrás, asombrados por la situación. Era la primera vez que veían a Chester Stanton caído y sangrando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se miraba las manos como no reconociéndolas. ¿De verdad había empujado a Chester? La bruma ya no era cálida, sino fría. La ira se iba convirtiendo poco a poco en miedo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester se puso de rodillas. Se limpió un hilo de sangre que le corría por la frente con el reverso de su mano y la observó unos segundos. Nunca había visto su propia sangre y se sentía curioso. La olió y luego la lamió. Hizo un gesto de desagrado y escupió.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Tú —dijo mirando a Archie. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Trató de ponerse de pie y todo le dio vueltas, como si se hubiera montado en un carrusel; vaciló y cayó al piso. Allí tendido se tomó la cabeza con las manos y dijo con un balbuceo:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Cuando me ponga en pie, voy a matarte.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Archie retrocedió unos pasos y chocó con el banco de cemento. Bajó la vista y vio el bate. Asustado como estaba, no dudó en tomarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">8</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">A</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"> escondidas de su madre, su padre le enseñó ciertas estratagemas de los bajos fondos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No siempre la gente está dispuesta a discutir amablemente, Archie</i>. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por eso es mejor estar preparado,</i> solía decirle.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">9</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><strong><span style="color: white;">—¿Q</span></strong></span>ué pasa con Chester? —preguntó Archie a las luciérnagas—. ¿Qué quieren con él?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Con él nada; el asunto es contigo. Tú eres la diferencia entre una solución pacífica y otra sangrienta. Necesitamos que hables con él y lo convenzas para que deje de lastimar a la fauna del bosque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Hablar con él? No creo que eso sea posible, no conmigo al menos. Chester y yo hemos tenido un altercado hace tiempo, y desde ese día mantenemos una distancia prudencial. Si me acercara a él lo suficiente para hablarle, no creo que me dejara ni siquiera abrir la boca: me tumbaría de un golpe al instante frente a todos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No será necesario tener público. Cuando llegue el momento, alguien vendrá a buscarte y te llevará al bosque para que seas testigo de las acciones de Chester. Allí vas a confrontarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿En el bosque? —Archie se quedó con la boca abierta, totalmente pasmado, y tuvieron que pasar varios segundos hasta que pudo seguir hablando—. ¿Ustedes quieren que yo vaya al bosque, solo, y le diga a Chester que deje de hacer…? —Dudó—. ¿Me dijeron en algún momento qué es lo que les hace Chester?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Chester nos está asesinando —respondieron las luciérnagas—. Mata por placer animales, aves o insectos. Se ha obsesionado con ello.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie asintió con la cabeza y se acercó a la ventana. Apoyó sus manos en el alféizar donde descansaba un yoyo hecho por su padre, que tenía como hobby tallar madera. Detrás de la casa había armado un pequeño taller para despuntar el vicio. Muchas veces Archie se acercaba para verlo crear. Así lo llamaba su padre: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“crear”.</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Es el don que Dios me</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dio, Archie</i>, decía mientras golpeaba con cuidado una gubia con una maza de madera. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todos tenemos uno, es cuestión de averiguar cuál es</i>. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie tomó el bate de beisbol que se apoyaba al pie de la ventana. Él y su padre lo habían hecho juntos con un trozo de arce. Lo empuñó e hizo un swing. Las luciérnagas se dispersaron por la habitación temiendo que les acertara de un batazo. Luces y sombras bailaron en las paredes creando un enorme calidoscopio. Archie inhaló el aire nocturno y sus fosas nasales se llenaron con el aroma a pino del bosque cercano. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Con la vista fija en el oscuro cielo, deslizó la mano a lo largo del bate hasta llegar a una pequeña imperfección. Le dijo a su padre que en medio de un juego le lanzaron una bola rápida y la sacó del campo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero eso, claro, era mentira. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La verdad era que se había acercado y puesto cada pie a los costados del cuerpo de Chester. Levantó el bate por encima de su cabeza y esperó a que Chester alzara la vista y se diera cuenta de la situación. El rostro de Chester pasaba de la sorpresa al terror en ráfagas cada vez más rápidas. Y cuando Archie bajó el bate con fuerza, Chester gritó como jamás había gritado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">10</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="color: white;">E</span></span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">l bate golpeó el piso a centímetros de la sien de Chester y unas astillas de madera pasaron frente a sus ojos. Archie se acuclilló sobre él, apoyándose en el bate como si se tratase de un bastón, y le murmuró unas palabras. Solo Chester pudo oírlas, pero entre el alumnado circularon miles de versiones. La más popular era <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La próxima vez no fallaré”, </i>lo que despertaba grititos histéricos entre las niñas. Qué le dijo, nunca se supo, pero a partir de ese día se mantuvieron alejados uno del otro y se ignoraban mutuamente.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">11</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">as luciérnagas se reunieron en uno de los rincones del techo, y desde allí observaron al niño que seguía abanicando el bate mientras miraba por la ventana.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó una de ellas al grupo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Está en shock —dijo otra—. Démosle unos momentos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las otras estuvieron de acuerdo, pero siguieron manteniendo las distancias. Aquel bate les daba mala espina.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">12</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">rchie Smith se sentó en la cama dejando el bate a su lado, sobre la manta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y si me niego? ¿Qué sucedería si no quiero hacerlo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las luciérnagas se mantuvieron cautas y siguieron en el rincón.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Las cosas se pondrían difíciles –admitieron—. Mientras nosotras estamos aquí hablando contigo, otro grupo está hablando con un oso. Si tú no puedes convencerlo, el oso se hará cargo del asunto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Un oso? —frunció el ceño Archie—. ¿Un oso de verdad?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Un oso enorme y con bastante mal carácter. Se mostraría encantado de destripar al niño.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Destripar? —El estómago de Archie dio un vuelco.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—O algo peor. Tal vez se lo coma.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Comérselo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Para desaparecer todo rastro. Es lo mejor en estos casos. Se evita que el bosque se llene de cazadores.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Pero comérselo? ¿No podría enterrarlo y ya?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Los perros pueden encontrarlo. No, lo mejor es que se lo coma.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se levantó de la cama de improviso y sacó la cabeza por la ventana, agarrándose con fuerza de la pulida madera del alféizar. Aspiró una profunda bocanada del frío aire nocturno y el estómago se le calmó un poco. Por encima de él, la luna era la única testigo de su nerviosismo. Se volteó hasta quedar con los codos apoyados en el alféizar y miró a las luciérnagas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Está bien —dijo—, voy a hacer lo posible.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Las luciérnagas bajaron del rincón y se detuvieron frente a él. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Mañana vendrán a buscarte para llevarte al bosque. Estate atento. Ahora descansa, lo necesitas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se tumbó en la cama y las luciérnagas salieron por la ventana. Archie se levantó y la cerró. En lo que a él respectaba, de ahora en más dormiría con la ventana cerrada. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Volvió a acostarse y se tapó con las sábanas. Se durmió minutos después.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Soñó con osos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">13</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">P</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">or la mañana, mientras se cepillaba los dientes, se dijo que todo había sido un sueño, una pesadilla. Luego, sentado a la mesa del desayuno, ya se había convencido de ello, y salió rumbo a la escuela montado en su bicicleta y olvidándose del asunto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">14</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">as horas en la escuela pasaron lentas. Archie sentía los párpados pesados y no podía concentrarse en lo que explicaba el profesor. Cuando sonó el timbre dando fin a la jornada, Archie fue derecho al baño a mojarse la cara. El agua fría le corrió por el cuello y se le metió por debajo de la remera. Tiritó y dio un paso hacia atrás. Tomó unas toallas de papel mientras se dirigía a la puerta y la abría. Salió al pasillo secándose la cara y chocó con alguien.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Perdón… —comenzó a decir, y levantó la vista. Frente a él estaba Chester. Y antes de que pudiera evitarlo, unas palabras salieron de su boca—: Tal vez se lo coma.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester alzó las cejas. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué dijiste? —gruñó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Nada —dijo Archie dándose la vuelta, pero Chester lo tomó de la mochila y lo atrajo hacia él.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No me agradas, niño —le dijo al oído.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">En verdad, más que no agradarle, lo que sentía Chester hacia Archie era odio, un odio que lo corroía y burbujeaba dentro de él como ácido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Aquel día de la manzana (fruta que nunca jamás pudo volver a comer porque ya verla le daba arcadas), todo el respeto que Chester había logrado alcanzar con los demás niños se desvaneció al instante y para siempre. Y fue a partir de ese momento que se refugió en el bosque y comenzó su<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> rally</i> de sacrificios. En cada animal sacrificado, Chester se imaginaba estar sacrificando a Archie. En su mente lo veía suplicándole piedad mientras lo cortaba con la navaja y la sangre manchaba la piedra. En ese mundo distorsionado, Chester era feliz y lograba una paz infinita consigo mismo. Pero después, cuando la fantasía se diluía y lo que se hallaba sobre la piedra era un inocente animal, el odio volvía. Y no volvía solo. Nunca lo hacia. El miedo venía con él. Porque, aunque nunca lo admitiría, Chester le temía a Archie. Ese día, cuando Archie se acuclilló sobre él y le murmuró al oído, había visto en sus ojos algo que lo aterrorizó, una especie de locura agazapada tras las pupilas. Chester estaba seguro de ello: era lo mismo que el veía en su espejo todas las mañanas. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">15</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><strong>A</strong></span>rchie se hallaba en una posición incómoda, con las puntas de las zapatillas rozando el suelo y los hombros levantados hasta las orejas. Se sentía una marioneta en manos de alguien no muy ducho para esos menesteres. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se había comenzado a juntar gente alrededor de ellos y Archie sentía que se ruborizaba. Trató de zafarse, sacudiéndose como un pez fuera del agua, pero solo logró que le dolieran los hombros. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Suéltame —dijo con voz ahogada. Se dio cuenta que estaba a punto de llorar.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Pataleó y el talón de su pie izquierdo golpeó la rodilla derecha de Chester. Este lo soltó lanzando improperios y Archie se abrió paso entre los otros niños hasta las puertas dobles de vidrio que daban a la calle, y bajó los escalones del frente a trompicones. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Estaba destrabando la bicicleta del soporte metálico que sostenía la rueda delantera, y que ocupaba todo el costado del edificio, cuando oyó a Chester bajar las escaleras a la carrera. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡No huyas, cobarde! —gritó Chester, embebido en una euforia que le cosquilleaba en todo el cuerpo. La huida de Archie le había dado la pauta de que no era tan valiente y peligroso como él se había imaginado, y que capaz aquel día solo había tenido una chispa de valentía, la misma clase de chispa que salta del nudo de un leño ardiendo, asustándote por lo imprevisto del chasquido y nada más, solo eso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie no se lo pensó dos veces: dejó la bicicleta y corrió calle abajo. No hacia su casa, sino hacia el bosque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">16</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">a calle pavimentada por la que corría Archie se volvía de tierra metros antes de llegar al bosque. Un cartel prevenía sobre la presencia de animales salvajes en la zona. No era extraño que algunas veces algunos mapaches se atrevieran a husmear en la basura, o que algún ciervo apareciera en medio de la calle comercial con ánimo curioso; además, el hospital de Bender contaba con una gran cantidad de suero antiofídico, ya que las serpientes solían meterse en las casas buscando calor.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Al ingresar al bosque, la calle polvorienta se transformaba en un camino bordeado de piedras; pero treinta metros después torcía a la izquierda y se convertía en un sendero. Archie corrió por él hasta que desapareció engullido por la maleza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">17</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester se detuvo cuando vio desaparecer a Archie. No conocía esta parte del bosque y sabía que perderse en él era demasiado fácil. Su abuelo solía decir que el bosque era engañoso. Una vez (Chester lo recordaba como si hubiera sido ayer, aunque en ese entonces tenía cinco años), sentado en el porche, bebiendo limonada y con el pequeño Chester en las rodillas, le contó que fue al bosque con la idea de cazar algunos conejos para la cena y no pudo encontrar el camino de regreso. Vagó por el bosque una semana entera. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Lo peor eran las noches”</i>, le decía al pequeño Chester, que escuchaba a su abuelo con los ojos abiertos<i style="mso-bidi-font-style: normal;">. “En las noches el bosque se llena de voces</i>”.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester nunca supo a qué se refería su abuelo con eso de las voces; pero su padre, que había escuchado la misma historia miles de veces cuando pequeño, le dijo que no le hiciera caso, que no era real, aunque sí admitió que su padre estuvo desaparecido una semana. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Mi madre decía que lo del bosque era una excusa, y que de seguro había estado en</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Welford con una de sus amiguitas, y gastando dinero jugando al póker”,</i> le comentó un día mientras pescaban en un río sucio y angosto pero siempre lleno de peces. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Volvió sobre sus pasos y se detuvo al lado de la bicicleta de Archie. La quitó del soporte y se montó en ella. Miró el bosque por encima del hombro y se marchó silbando una melodía.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se sentía bien. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">18</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">rchie corrió hasta llegar a un grupo de árboles de verde follaje, mucho más verde que los que lo rodeaban. Se descolgó la mochila y la dejó caer. Apoyó la espalda contra uno de aquellos árboles y se deslizó hasta quedar sentado en el suelo. Se sentía cansado. Decidió quedarse unos minutos y luego volver. Archie pertenecía a ese grupo reducido de personas que parecen llevar dentro de ellos una brújula que les indica el camino y nunca se pierden. Es un don poco común, pero muy preciado. Archie creía que le venía de parte de su madre, ya que su padre era de perderse seguido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Notó que la mochila estaba abierta. La acercó a él y vio que el cierre estaba roto. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Qué bien</i>, pensó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Problemas? —preguntó una voz.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se sobresaltó y soltó la mochila. El contenido se esparció en la hierba. Buscó con la mirada quién había hablado, pero no vio a nadie.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Hola? —dijo titubeante.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Hola —contestó la voz—. Aquí estoy.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Desde la maleza asomó una cabeza peluda negra con una línea blanca que le corría entre los ojos hasta la punta del hocico. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Archie Smith, verdad?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie asintió con la cabeza mientras tanteaba con su mano el suelo a su alrededor. Se topó con algo grueso y lo aferró. Si esa cosa se acercaba demasiado, se lo arrojaría.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué haces aquí? —preguntó el animalito—. Esta parte del bosque es peligrosa.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se encogió de hombros. De ninguna manera iba a responderle a ese animal; hacerlo significaría que había enloquecido. ¡Los animales no hablan, por Dios santo! Sopesó lo que tenía en la mano y por primera vez lo miró. Era su diccionario. Archie dudó. ¿De verdad se iba a defender de un ataque, si es que lo había, con un diccionario?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Te creía más alto —dijo el animalito saliendo de la espesura. La línea blanca se ensanchaba a partir de la cabeza y le recorría todo el lomo hasta el final de la cola.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie, sin dudarlo, le lanzó el diccionario. La mofeta lo esquivó y alzó su cola.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Ey! —dijo muy ofendido—. ¿Qué te pasa? No me provoques sino quieres terminar perfumado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Lo siento, lo siento —se disculpó Archie tapándose el rostro con las manos y espiando a la mofeta por entre sus dedos—. No quise hacerlo, estoy nervioso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Un diccionario? —inquirió la mofeta, que pasaba las páginas con su una de sus uñas—. ¿Me tiraste un diccionario? ¿Me lo puedo quedar?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Claro —dijo Archie—. Es todo suyo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Gracias. Ahora ven conmigo –dijo la mofeta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Pero Archie no se movió. Miraba a la mofeta con desconfianza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Pasa algo? —pregunto el animalito.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Tenía entendido que ustedes eran de hábitos nocturnos —dijo Archie—. ¿Qué haces aquí de día?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Horas extras —contestó la mofeta haciendo una mueca—. Vamos, debemos prepararte para el encuentro.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué encuentro?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—El encuentro con el niño malo —respondió la mofeta—. ¿No te explicaron las luciérnagas lo que deberías hacer?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Entonces no fue un sueño?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Un sueño? ¿Creíste que era un sueño? —La mofeta profirió un sonido parecido a una risilla—. Esto es real, Archie Smith, y debes prepararte para lo que vendrá.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">19</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester llegó a su casa y tiró la bicicleta en el jardín delantero. Abrió la puerta y recorrió el pasillo hasta la cocina. De la heladera sacó un bidón de jugo de naranja y un tarro de mantequilla de maní. Dejó ambas cosas sobre la mesa y buscó un cuchillo y el paquete de pan. Untó varias rodajas con la mantequilla de maní y se las comió. Bebió el jugo directamente del bidón y parte de él se le escurrió por la barbilla. Se limpió con el dorso de la mano y salió por la puerta trasera. A izquierda y derecha se levantaba un seto que separaba las propiedades, pero al fondo había una cerca de madera de media altura con una puerta cerrada con pasador. Del otro lado se extendía una amplia franja de tierra desnuda que formaba una hondonada bastante profunda. En épocas de lluvias se convertía en un río caudaloso; y más allá, el bosque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se palpó el bolsillo trasero en busca de la navaja y saltó la cerca. Se deslizó por la hondonada arrastrando consigo piedras sueltas. Bajar era fácil, lo difícil era subir. Trepó ayudándose de pies y manos, y aún así resbaló varias veces. Cuando llegó a lo alto estaba cubierto de polvo. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">De este lado el bosque raleaba y se notaba la mano del hombre. Había mesas y bancos de granito esparcidos aquí y allá.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El abandono del lugar era notorio. Años antes un incendio devoró esta parte del bosque, cobrándose la vida de dos de los bomberos del pueblo, y ya nadie quiso volver. Con el paso del tiempo el lugar tomó fama de embrujado y de esa manera se evitó que los niños se atrevieran a ir allí. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester caminó entre los bancos pasando las yemas de los dedos por la superficie áspera de las mesas. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Es tiempo de vírgenes, vírgenes, vírgenes —canturreó—. Voy a buscar vírgenes, vírgenes, vírgenes.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Llegó a la última de las mesas e ingresó al bosque por un camino ancho. Anduvo por él unos treinta metros hasta una bifurcación. En vez de elegir alguno de los caminos, pasó entre dos árboles y siguió el paseo, ahora con la hierba cubriéndolo hasta las rodillas. Media hora después los árboles se abrieron para dar lugar a un claro en donde un estanque ocupaba gran parte. Chester se quitó las zapatillas y las medias, dejándolo amontonado al lado del agua, y rodeó el estanque chapoteando los pies en la orilla. Exceptuando ese sonido de chapoteo, el claro se hallaba sumido en el silencio. Pero Chester no se daba cuenta de ese detalle. Su mente se encontraba ya lejos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">20</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">D</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">espués de juntar las cosas y meterlas nuevamente en la mochila, Archie siguió a la mofeta. Las ramas bajas de los árboles le azotaban la cara y una le cortó la mejilla. Se mantenía a distancia de la mofeta y no le quitaba la vista de la cola. En algún lado había leído que estos bichos usaban unas glándulas anales para lanzar ese olor apestoso. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En otras</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">palabras, te bombardean a pedos</i>, pensó. La risa se le escapó sin poder evitarlo y la mofeta se volvió para mirarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y ahora qué pasa?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Nada —dijo Archie. Se acomodó mejor la mochila, cuidando que no se le cayera nada—. ¿Falta mucho?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Ya casi llegamos —dijo la mofeta emprendiendo el camino nuevamente—. Y si no nos apuramos, vamos a llegar tarde.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y a donde vamos?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—A hablar con los que saben.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y quienes son?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—La tortuga y el búho.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se detuvo en seco. La mofeta no se dio cuenta y siguió caminando. Al rato volvió sobre sus pasos con cara de pocos amigos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y ahora?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Dijiste que voy a hablar con una lechuza y una tortuga?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No es lechuza, es búho.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y cuál es la diferencia?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—La cabeza —dijo la mofeta—. Los búhos tienen unas plumas que parecen orejitas, mientras que las lechuzas tienen la cabeza bien redonda. ¿Ya terminamos con la clase de zoología? ¿Ahora podemos seguir nuestro camino?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie hizo todo el resto del camino arrastrando los pies, tratando de retrasar aquel encuentro lo más posible. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Empecé hablando con</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">luciérnagas</i>, se dijo a si mismo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">seguí con una mofeta, y voy a terminar el día conversando con un búho y una tortuga. Falta que me hable el lavarropas y me interno yo solito en un manicomio. ¿Por qué me pasan a mí estas cosas?</i></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Alto —dijo la mofeta levantando la cola. Archie se imaginó lo peor y retrocedió unos pasos. ¿Hasta cuantos metros llegaba el líquido apestoso que lanzaban estos bichos? De pronto, la respuesta a esa pregunta se volvió la más importante de todas. Por las dudas, retrocedió unos pasos más. El crujido de las hojas bajo sus pies le hizo darse cuenta del silencio que había caído en el bosque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Silencio —susurró la mofeta, y Archie se quedó quieto. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El animalito parecía observar algo. Archie aguzó el oído y escuchó un chapoteo. Se acercó despacio hasta donde se encontraba la mofeta y espió entre los arbustos. Vio un claro y un estanque. Estaba por preguntarle a la mofeta que ocurría, cuando en la orilla más alejada del estanque notó movimiento. Instintivamente se agachó. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Ese era Chester?,</i> se preguntó. Esta vez se asomó con cautela y, efectivamente, era Chester el que estaba del otro lado del estanque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">21</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester, ignorante de que lo observaban, se quitó la remera y la dejó caer al suelo. Sacó del bolsillo trasero del pantalón la navaja que había robado en el negocio de camping Wextter una vez que él y su padre fueron allí a comprar accesorios para pesca. Mientras su padre hablaba con el dueño, y éste le mostraba los anzuelos, Chester metió la mano bajo la vitrina y tomó la navaja. Era una navaja de las llamadas mariposa. El mago está dividido en dos mitades que pivotean a ambos lados de la base de la hoja. Chester tardó casi tres meses en saber controlarla. Se cortó varias veces. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Jugó con la navaja en su mano, haciéndola girar con rapidez, mientras que con la otra se desabrochaba los pantalones.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sacudió las caderas y los jeans se le arremolinaron en los tobillos. No llevaba ropa interior.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Busco vírgenes, vírgenes, vírgenes —cantó—. Quiero vírgenes, vírgenes, vírgenes.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y así, con su culo gordo y fofo al desnudo, Chester Stanton entró al bosque a buscar a su nueva víctima.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">22</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—E</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">stá desnudo —dijo, anonadado, Archie—. ¿Por qué se desnuda?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Para no manchar la ropa con sangre —le explicó la mofeta—. Luego entra al estanque y se baña; después se queda quieto mirando el sol hasta que se seca. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Eso es bastante lógico</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, pensó Archie. Pero otra cosa lo preocupaba.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Tiene una navaja. No me dijeron que tenía una navaja. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Supongo que eso te lo iban a decir la tortuga y el búho. Ahora ya es tarde. —La mofeta resopló y movió la cabeza de un lado a otro—. Nunca viene tan temprano por aquí, algo debe haber pasado. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Yo me voy —dijo Archie poniéndose de pie y colgándose la mochila al hombro—. Esto no me gusta. Nunca me dijeron que tenía una navaja —repitió.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No puedes irte —imploró la mofeta—. Si te vas, van a mandar al oso. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie no contestó y la mofeta lo tomó como una invitación a seguir hablando:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Solo queremos asustar al niño, no matarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Pero él tiene una navaja —lo interrumpió Archie—. Ustedes temen que el oso se tiente y lo mate, pero no tienen ningún inconveniente en que Chester me mate a mí. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Nunca ibas a estar en peligro —dijo con desdén la mofeta—. Nosotros íbamos a estar protegiéndote.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Nosotros? ¿Quiénes son “nosotros”?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Nosotros, los animales del bosque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y qué tenían pensado hacer si él me atacaba?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Defenderte, por supuesto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y de qué manera?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—En verdad, no sé. Supongo que improvisaríamos en el momento. Para improvisar somos bastante buenos. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie frunció los labios y cambió el peso de su cuerpo de un pie a otro. Volvió a preguntarse si no estaría soñando.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Sabemos lo del ciervo –dijo de pronto la mofeta—. Eres delicado con los animales.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué ciervo? —dijo Archie boquiabierto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—El ciervo al cual le curaste la pata rota.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Ah, ese ciervo</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, pensó Archie. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se ruborizó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">23</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">H</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">abía estado vagando por el bosque, cerca del barranco, cuando se topó con el ciervo. Fue de improviso y ambos se sorprendieron quedándose sin reacción, Archie con el corazón latiéndole enloquecido por una felicidad repentina, el ciervo con el corazón latiéndole enloquecido por el miedo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Estuvieron así unos tres segundos, momento en que Archie movió uno de sus dedos. Eso fue suficiente para que el ciervo se espantara y saliera huyendo a los saltos con tanta mala suerte, que perdió pie en el borde del barranco y cayó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se asomó y vio al ciervo tendido en el fondo. Se sintió aliviado al notar que estaba vivo, pero también se percató de que una de las patas delanteras estaba en una posición extraña. Así que volvió a su casa, tomó un maletín de juguete, y lo llenó de cosas que encontró en el botiquín de primeros auxilios del baño.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Al regresar al barranco, bajó con cuidado y le entablilló la pata lo mejor que pudo. El ciervo se fue rengueando, y Archie lo vio marcharse admirando su cornamenta astada.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">24</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"> eso fue todo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie siempre se sintió culpable por el accidente del ciervo. Si él no lo hubiera espantado, el ciervo no hubiera caído. Pero parecía que otra versión había llegado a oídos de los animales, y ahora ellos creían que era una especie de salvador.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">25</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—O</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">ye —dijo la mofeta—, ¿te sientes bien? Te has puesto pálido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se quitó la mochila y se sentó en el suelo, abrazándose ambas piernas y apoyando la frente en las rodillas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No, no me siento bien —dijo—. Ustedes tienen una idea equivocada de mí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué quieres decir? —La mofeta entrecerró los ojos. Algo en el tono de voz del niño la había puesto en alerta.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie levantó la cabeza y apoyó el mentón en las rodillas. Abrió la boca para hablar, y justo en ese momento escucharon un grito lleno de alegría. Archie se sobresaltó y cayó de espaldas; la mofeta siseó como un gato.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie se arrastró hasta los arbustos y espió entre las ramas.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester había regresado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">26</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">T</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">raía algo en las manos, algo grande y grisáceo. Archie ladeó la cabeza. No estaba seguro, pero parecía un caparazón.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Oh, Dios… —escuchó gemir a la mofeta—. No puede ser.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Qué pasa? —dijo Archie en voz baja.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Es la tortuga, nuestro líder.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Las tortugas son todas iguales. Puede ser otra.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No, no, no —sacudió la cabeza la mofeta—. Estás equivocado. Las placas de los caparazones nunca son iguales, son como las huellas dactilares.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Vieron como Chester caminaba por la orilla del estanque lanzando unos sonidos ininteligibles. Archie se dio cuenta que llevaba la navaja apretada entre los dientes. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Y dónde sino?,</i> pensó. Se le ocurrió otro lugar, pero no creía que fuera muy cómodo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester se detuvo y al lado de una piedra alta y plana donde depositó el caparazón. Desde el lugar donde estaba, Archie distinguió unas manchas oscuras en la piedra.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester comenzó un tonto baile alrededor de la piedra. Sus partes pudientes se sacudían obscenamente y Archie desvió la vista.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Esto es demasiado —se quejó—. Yo me voy.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Por favor, no te vayas! —le imploró la mofeta—. ¿Vas a dejar que le haga daño? Mira.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A regañadientes, Archie miró.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester había dejado de bailar y se acercaba a su victima con una piedra de gran tamaño entre las manos. Debía pesar bastante, ya que Chester iba inclinado y gruñendo por el esfuerzo. No había que ser muy inteligente para saber lo que pensaba hacer. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Un escalofrío recorrió a Archie.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">No puedo permitirlo</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, se dijo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Pero cómo lo detengo?</i> </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—¡Haz algo, por favor! —rogó la mofeta—. ¡Va a matarlo!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">27</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">L</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">a tortuga, desde la seguridad de su caparazón, vio a Chester con la piedra y supo lo que sucedería. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿He vivido ciento cincuenta años</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">para terminar de esta manera?,</i> pensó. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No hay justicia en este mundo.</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pero si voy a morir, no moriré escondiendo la cabeza.</i></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">28</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester se tomó un respiro y dejó la piedra en el suelo. La maldita pesaba demasiado. Por el rabillo del ojo notó movimiento y levantó la vista. La tortuga asomaba la cabeza. Chester sonrió y se quitó la navaja de la boca.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Por fin te dignas a salir, maldita. ¿O eres maldito? Lo que sea, no importa. Iba a romperte con esta piedra; pero ya que asomaste el cogote, pienso que lo mejor será degollarte.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La tortuga abrió y cerró la boca con fuerza.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Vas a morderme? —dudó Chester. Sabía que las tortugas no tenían dientes, pero sí un borde aserrado muy filoso. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Como toda respuesta, la tortuga volvió a abrir y cerrar la boca.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester dejó la navaja en el suelo y levantó la piedra. Un dolor bastante inquietante le subió por la espalda.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Comenzó a caminar alrededor de la tortuga. Esta lo siguió con la mirada hasta que lo perdió de vista a sus espaldas. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Oh, oh</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, pensó la tortuga.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">29</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester alzó la piedra hasta su rostro. El dolor de la espalda se profundizó, pero Chester lo ignoró. Tomó aire y levantó los brazos por sobre su cabeza. Parecía un pesista tratando de romper un nuevo record. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Bombas fuera! –gritó alegremente.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">30</span></b><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">F</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">ue más de lo que Archie pudo soportar. Salió de entre los arbustos gritando incoherencias y gesticulando con los brazos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">31</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">C</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hester trastabilló y a poco estuvo de caérsele la piedra sobre su cabeza. Aterrizó a sus pies, a milímetros de sus dedos; pero Chester no pareció darse cuenta: su atención estaba puesta en la persona que venía corriendo por la orilla del estanque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Se sintió furioso. Habían ultrajado su lugar secreto, su espacio íntimo. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Corrió hacia la navaja. Tenía todo el tiempo del mundo para alcanzarla. Pero cometió un error: se olvidó de la tortuga. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Esta se movió rápido cuando Chester pasó a su lado sin guardar las distancias y le mordió la oreja derecha. Chester gritó y se llevó la mano al oído. Los pies se le enredaron y cayó al suelo. Desde allí observó como la tortuga se comía el pedazo de oreja que le había arrancado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie llegó hasta él y se lo quedó mirando. Chester fue consciente de su desnudez y se tapó los genitales.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Haz estado haciendo cosas malas —dijo Archie alcanzándole los pantalones. Los había recogido en plena carrera—. Y si no te detienes, cosas malas te sucederán a ti.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Tú no puedes amenazarme! —gritó Chester. Tenía el costado derecho de la cara manchada de sangre—. ¡No aquí!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No te estoy amenazando, te estoy advirtiendo. Créeme cuando te digo que yo soy tu mejor opción.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester se colocó los pantalones y se puso de pie. Se levantó la cremallera de un tirón y Archie dio un respingó sin poder evitarlo.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La navaja había quedado entre los dos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No lo hagas —dijo Archie—. No podré salvarte.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Salvarme de qué? —sonrió Chester</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Del oso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">La sonrisa de Chester se agrandó.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No hay osos por aquí.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie titubeó. Ahora que lo pensaba mejor, no recordaba que hubiera osos en la zona. ¿Lo habían engañado? Si así era, su autoestima bajaría mucho. Embaucado por unos animales… </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester aprovechó el momento y se inclinó para tomar la navaja. Pero Archie, sumido y todo en esos pensamientos deprimentes, se movió más rápido y pateó la navaja, que se levantó del suelo y se hundió en el estanque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Mi navaja! —gritó Chester entrando en el estanque y tanteando el fondo con las manos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Ayúdame —le pidió la tortuga a Archie. Chester hacía tanto ruido en el agua, que no llegó a escucharla.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Archie tomó a la tortuga por ambos lados del caparazón y la puso en la hierba. La tortuga sacó sus patas y se acercó al estanque.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Escúchame —dijo con voz firme. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Esta vez Chester sí la escuchó, y gritó espantado a la vez que se introducía más en el estanque. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El agua verdosa le llegaba a mitad del pecho.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Escúchame —repitió la tortuga—: debes dejar de hacer lo que haces. Está mal. Deja a los animales en paz o tendremos que llamar al oso. Él no sabe de segundas oportunidades, él devora.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡No quiero que me devoren! —gritó Chester—. ¡No quiero que me devoren!</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Este muchacho no va a quedar bien</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">, intuyó Archie. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Qué una tortuga te amenace mientras estás hundido en un estanque hasta el pecho? No es algo fácil de olvidar. </i>Ese pensamiento lo llevó a otro:<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> ¿Y entonces yo? ¿Qué queda para mí? </i>Decidió que no era buen momento para pensar en eso.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Vamos —le dijo la tortuga a Archie—, esto ya ha acabado.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester seguía gritando enloquecido dentro del estanque, golpeando las manos contra la superficie del agua.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡No quiero que me devoren! —¡Plaf, plaf! Chapoteo—. ¡No quiero que me devoren! —¡Plaf, plaf! Chapoteo—. ¡No quiero que me devoren! </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">32</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">sí lo encontraron tres horas después cuando una llamada anónima dio aviso a la policía. Cerca de allí hallaron una cámara de fotos de revelado automático envuelta en bolsas de nylon y escondida en el tronco de un árbol. Las fotos que acompañaban a la cámara eran de una crudeza tal, que uno de los policías vomito el almuerzo sobre sus zapatos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Chester fue ingresado al hospital y estuvo un mes y medio internado en la sala de psiquiatría. El doctor que lo atendía tuvo la mala idea de hacerle una evaluación con las láminas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rorschach</i>. Chester saltó por encima de la mesa a la segunda lámina y le mordió las orejas, mientras gritaba:</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¡Tortuuuuuuugas! ¡Todas son tortuuuuuugas! </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">33</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">A</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">rchie no necesitó psiquiatras, pero les rogó día y noche a sus padres para mudarse a otro sitio. Le era imposible dormir sin tener pesadillas, y se despertaba gritando y bañado en sudor. En la escuela sus notas bajaron estrepitosamente, y no podía evitar dibujar en los márgenes de los cuadernos tortugas, mofetas y algún que otro oso parado en dos patas y mostrando sus garras.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Claro que no hay osos por aquí —le explicó la tortuga a Archie antes de despedirse. La mofeta iba con ellos—. Para encontrar uno hay que ir varios kilómetros al Sur; allí hay a montones y de todos los colores. Esa fue una estupidez del búho, que abre la boca sin pensar. Creyó que diciendo eso calmaría los ánimos. Nunca pensó que varios animales apoyaran la idea; y cuando ocurrió, no pudo echarse atrás. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y por qué yo? ¿Porque ayudé a un ciervo?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—Eso pregúntaselo a las luciérnagas. Ellas te metieron en este brete. </span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—¿Y ahora? —preguntó Archie—. ¿Debo guardar silencio y no decir nada de todo esto?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">—No —negó la tortuga—. Puedes decir lo que se te venga en gana. —Sonrió y miró a Archie a los ojos—. Igual, ¿quién va a creerte?</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">34</span></b></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Juice ITC"; font-size: 28pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">U</span></b><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">n día de invierno dejaron la casa. Archie miraba por la ventanilla del auto como el bosque pasaba raudo a su izquierda. Daba la sensación de que era el bosque el que se movía y no ellos.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Llevó la vista al frente. Entre el espacio de los asientos pudo ver el camión de mudanzas que iba por delante del auto.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Cerró los ojos y se durmió. No tuvo sueños, o por lo menos nada que luego recordara. Cuando despertó, el bosque había desaparecido.</span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Título, ilustración y epígrafe pertenecen al libro "Los misterios del señor Burdick", de Chris Van Allsburg.</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-align: center; text-indent: 35.4pt;">Este blog no cobra dinero ni lucra con los textos aquí publicados.</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></i></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin: 12pt 0cm 0pt; mso-add-space: auto; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5037767284087461755.post-78485674659494450552011-11-08T07:20:00.000-08:002011-11-08T07:20:06.867-08:00Bienvenidos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXk-eTOSLRlQtjRDyOpe2lBjt80VIxTIXgKzU_ltOZMZ79Ji4C8ypEit2fS5C798SfyBUXBrcc_JW49ubHA-cSGhuuz8TiwpoVU_VRqaUrhfZr3diruHT8vy69qOiOV7d2sps8NRdMUoU/s1600/piso+trece.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" ida="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXk-eTOSLRlQtjRDyOpe2lBjt80VIxTIXgKzU_ltOZMZ79Ji4C8ypEit2fS5C798SfyBUXBrcc_JW49ubHA-cSGhuuz8TiwpoVU_VRqaUrhfZr3diruHT8vy69qOiOV7d2sps8NRdMUoU/s400/piso+trece.jpg" width="400" /></a></div><div class="MsoNormalCxSpFirst" style="background: #882222; line-height: normal; margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormalCxSpFirst" style="background: #882222; line-height: normal; margin: auto auto 0pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: seashell; font-family: Chiller; font-size: 26pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El ascensor se ha detenido, las puertas se han abierto. Ya no hay salida. ¿Te animas a cruzar el umbral? </span><span style="color: seashell; font-family: "Arial", "sans-serif"; font-size: 9.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span></div><div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="background: #882222; line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: seashell; font-family: Chiller; font-size: 26pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Este es el piso trece, donde las cosas… no son lo que parecen.</span><span style="color: seashell; font-family: "Arial", "sans-serif"; font-size: 9.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span></div>Piso trecehttp://www.blogger.com/profile/15559305238028007350noreply@blogger.com1